Capitulo 4

57 5 0
                                        

No podía creer lo maravillosa que me sentía, fue una noche única, ¿me estaba enamorando?, no lo sabía, no podía llamar amor a esto, lo concia hace unos días, no era amor, eso era seguro, hacia unas horas no me hubiera visto en estas con alguien que no fuera James, sentía una atracción hacia el muy grande, no podía decir que fuera amor, porque no era así, puede sonar cruel pero no lo quiero de esa manera.

Abrí mis ojos lentamente chocando con la fuerte luz de la mañana, mis ojos tardaron en acostumbrarse, poco a poco se fueron acoplando, instintivamente lleve mi mano a mi lado, quería sentir que él estaba a mi ahí, me lleve una gran decepción al ver que no era así, me levante de inmediato, no lo vi, me encontraba sola.

Podía decirse que estaba molesta pero era más la frustración, me senté en la cama justo en el momento en el que un apuesto chico de ojos azules asomaba con una gran bandeja de comida en la que llevaba un pequeño florero con una rosa de color azul rey, recordé el día en el que estuve con James, aunque era notable la diferencia, no me sentía de la misma forma con Cristopher, de eso estaba segura.

— Buenos días— dijo el

—Buenos días— respondí

Puso la comida en mí la cama, desayunábamos y hablábamos, era temprano, no más de las seis y estábamos felices, pero tendríamos que volver al castillo, pronto notarían mi ausencia.

Hicimos el mismo procedimiento con el que salimos de ahí, al llegar a mi habitación el hechizo se desvaneció, Chris se había ido para su casa y yo seguí en la mía.

No dejaba de pensar en todo, es lo normal pensar en esa noche tan hermosa, pero no, sólo pensaba en cuanta culpa tengo por haber hecho esto, James no ha nacido pero... No deja de ser el hombre que ocupa más lugar en mi corazón. Tendría que pensar en cómo le diría al príncipe Chris que no podía estar con él, es cruel hasta para mí pero no puedo reemplazar a quien de verdad amo.

Habían pasado dos días desde que vi por última vez a Cristopher, me sentía preocupada, no sabía si le había pasado algo o no, envíe a un mensajero por noticias pero la espera me carcomía lentamente.

Estaba sentada frente a la chimenea, el invierno había llegado a Darley no hacía mucho y daba la sensación de estar dentro de un cubo de hielo, decidí tocar un poco el piano, la música me ayudaba a relajarme.

— Majestad— dijo uno de mis sirvientes

— ¿noticias?

— no mi señora, pero si llegó una carta del rey— ¿el rey? Que hacia el rey enviando cartas, no lo entendía.

Abrí la carta, el sobre era color blanco y el cello real era color azul, en definitiva era del rey.

Summer.

Mis padres fueron asesinados el día que estuvimos juntos, el reino ha sido azotado por una serié de eventos crueles y despiadados por parte de personas que no quieren seguir las leyes que se crearon hace años, al no encontrarse en casa con ellos, los asesinos optaron por matarlos sólo a ellos, claro creyendo que yo huiría en busca de seguridad.

Como podrás imaginar, no me es posible salir de mi castillo, todos me necesitan, no puedo hacer más que tomar el trono y hacerme cargo de mis responsabilidades.

Esperó entiendas lo que pasa, ya que también te viste expuesta por algo similar, los dos tenemos esto en común, tenemos responsabilidades que sólo podemos acatar nosotros.

Eres una persona magnífica, me hubiera gustado conocerte más a fondo pero no podemos, lucha por ser feliz, has lo que creas mejor para ti y para tu pueblo.

Con cariño Chris
.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, no podía creer lo que estaba pasando, me di cuenta que el dolor no era tan grande, solo necesitaba algo como esto para darme cuenta, para recordar por qué esperaba tanto a James, él es el único que ocupara un lugar tan grande en mi corazón y en mi mente.

Me he hecho a la idea de aceptar todo esto, supongo que mi futuro está al lado de James, Chris es una persona maravillosa, le tengo mucho aprecio, pero no lo amo, tal vez lo único que puedo hacer es esperar a que la persona correcta vuelva a mí, esa persona es mi chico de ojos verdes, esos ojos que no podía dejar de mirar y que ahora son sólo un vago recuerdo que corazón embarga. Sólo podía pensar en una cosa, en sus ojos juntarse de nuevo con los míos, sus caricias recorrer mi cuerpo como antes, el como él era el único que me hacía sentir importante, sólo él... La persona que estuvo hay cuando nadie más lo hizo, todo eso se acabó, se sumergió de nuevo en lo que ha sido siempre mi vida, un mar de lágrimas, sufrimiento y dolor, aunque jamás había sentido este vacío en mi corazón, un vacío que sólo él puede llenar, por más que lo intente el siempre estará plantado no sólo en mi mente y mi corazón, estará plantado eternamente en mí, en mi vida, todo lo que soy se lo debo a él.

La soledad me ha enseñado de más, cosas que sólo se aprenden con la experiencia en carne propia, no sólo con lo que te pueden decir. Lo único más fuerte que el amor es la soledad, el sentimiento de que aunque hayan personas a tu alrededor, en tu corazón sólo alberga la soledad que carcome lentamente tu patética existencia.

No soy especial, una corona no te hace reina, no te hace una buena persona, él lo hacía, pero ya no está, no dejó de sentir que todo esto es mi culpa, lo sé qué ridículo, fue su decisión no mía, aunque esta me afecte más a mí que a él. Mi mente divagaba en su regreso, o su despedida final, lo que venga primero. Se aproximaba la fecha de su nacimiento, no sólo el suyo, también el nacimiento de esperanza, una esperanza que no sólo es mía, todos ansiábamos la llegada de quien hizo libre a todo un reino entero, un reino el cual está agradecido.

Me encontraba desayunando, no sabía que día era, sólo recordaba que se acercaba la fecha, el año, sólo falta un año para su regreso, estoy ansiosa, la verdad es más miedo que nervios y angustia.

De repente un sólo pensamiento, una sola idea invadió mi mente.
¿Y si...ya no me quiere? Tendría que conquistarlo de nuevo lo que es muy difícil, dado que jamás lo hice, él lo hizo con migo.

Tendría que estar junto a los humanos, es básicamente iniciar de nuevo.

—todosea por el— dijepara mí misma.

SUSURROS DEL PASADO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora