Mi mente me gritaba, no sabía que hacer la conciencia me decía sigue con tu vida y el corazón me señalaba que fuera por él.
Hoy es el día en que James nacería, había pasado un año entre incógnitas y mineros, razonamientos que no me dejaban en paz, muchos ya se habían dado por vencidos con su llegada, tal vez el volvería, pero no sabíamos de qué forma lo haría, ¿quién sería el? Si decido luchar por y seguir, no podría arrepentirme, será una decisión de la cual no podré escapar a no ser que él me diga que lo haga.
Tome unos pantalones blancos y una chaqueta del mismo color me había vestido de enfermera, voy a ser la que ayude a la mujer, como una auxiliar, estuve visitando el hospital toda la semana, estaba lista para esto físicamente pero los nervios me tenían loca, sólo voy a verlo como un bebé luego tendré que esperar a que crezca para poder acercarme a él.
Salí de mi habitación, en la parte de afuera me esperaban tres hombres, vampiros, amigos de Ethan y Luna, ellos serían los que me escoltaran hasta ahí no lo veo necesario, pero ellos insisten.
Esperaba un auto, más bien una camioneta de color rojo vino tinto, muy lujosa, subí en la parte de en frente uno de ellos hablaba por teléfono en un idioma que no entendía para nada y otro conducía, estaba muy nerviosa lo cual era muy ridículo, sólo sería un bebé que tan grave podía ser.
Son las dos de la tarde, me sorprende ver toda esa tecnología y cosas, no sabía para que eran pero aun así tenía más cosas en las que preocuparme, tenía michas ansias, estaba preparada, había preparado todo esto por más de cien años, estaba lista, lo sabía, de alguna forma, hoy se definiría el curso del resto de mi vida.
Mire a la mujer de la recepción, esta me observaba atenta y con dudas, era gorda y su mirada me hacía temblar, aun así no le preste atención, no me dejaría intimidar por una simple humana.
— Soy quien reemplazara a Mary — dije acercándome a ella.
Aún no me decía nada, sólo me miraba fijamente, al final señaló un pasillo a su derecha.
Caminaba por aquel frío y largo pasillo hasta una de las llamadas salas de partos, sabía que una mujer embarazada no tardaría en llegar, ansiaba verla, ver quien sería la nueva madre de James, o cual sea su nuevo nombre.
De repente escuche gritos de personas alaridos y más. Corrí a ver qué pasaba, por el pasillo venían dos enfermeras y un doctor con una mujer en silla de ruedas, estaba a punto de dar a luz, se lo que significa y mi cuerpo comienza a temblar, no de nervios, no sabía qué hacer, jamás había atendido un parto que tonta.
Decido dejar esas ridículas ideas de mi cabeza y comencé a ayudar a todos, primero subimos a la mujer a la camilla, salí de ahí esperando ver a otra de las enfermeras con las cosas que faltaban, así era, ella venía corriendo y gritando desesperada, esto parecía un manicomio más que un hospital, corrimos dentro, yo me encargaba de ayudar a la madre, controlar la presión y de más.
Sólo se escuchaban gritos, maldiciones, cosas por el estilo, la mujer no paraba de gritar, ya me tenía mareada, aun así seguí dándole mi apoyo, le decía una y otra vez que ya pasaría, que todo iba a acabar.
Mi plan era llevarme al bebé después de que naciera, no me importaba nada más, de pronto un chillido ensordecedor envolvió la habitación, un lloriqueo, el ruido se calmó, sólo se escuchaban los sollozos del recién nacido, tomaron una manta y colocaron el bebé en brazos de la nueva madre, sus lágrimas se detuvieron, una leve sonrisa nació en su angelical rostro para después juntar sus ojos verdes con los míos, las lágrimas peleaban por salir, yo no dejaba que eso pasara, pero con tan sólo verlo el alma se me derretía, no podía creer que él estuviera aquí, no dudaba ni por un segundo que el fuera, lo era, él es por quien tanto espere, los mismos ojos, su misma sonrisa, su mirada era... como si pudiese reconocerme.
—James... —
— ¿cómo dices? — me pregunto la madre, fue entonces cuando me di cuenta de que lo había dicho en voz alta.
—Yo... tiene cara de James—me apresure a decir
Ella volvió la mirada al bebé.
— Tienes razón - dijo sin dejar de mirar lo—James... ese será su nombre.
No pude evitar sonreír ante tan especial momento, una madre junto a su recién nacido, no quería ser la responsable de su sufrimiento al separarlos, James siempre deseo una vida normal, con padres normales, amigos y demás, quería que viviera eso, tal vez sería mejor si el tuviese la oportunidad de vivir lo, tengo miedo de cuando el recuerde toda la memoria ya no quiera volver con migo.
Mis lágrimas salían sin control, salí de aquella sala casi corriendo, dejando a todos con la palabra en la boca, salí del hospital, me dirigí al auto y pedí a los hombres volver al castillo, supe que querían saber que había pasado, pero también sabía que ellos no estaban en posición para preguntar.
El auto conducía, por las largas y enormes carreteras, yo no apartaba la vista de la ventana, mirando un punto inespecífico, pensando, analizando, todo sería más fácil si hubiese traído con migo a James, pero no podía arrebatarle su hijo a esa mujer simplemente no podía.
Soy una bruja, tal vez la más poderosa de la historia y no me atrevía a robar le a una mujer a su recién nacido es algo ridículo pero no está en mis planes hacerlo sufrir a él, ¿qué le diría cuando se preguntara dónde están sus padres? No podía quitarle esa felicidad a nadie.
Llegue a mi habitación esperando a que nadie preguntara o hiciera algún comentario al respecto.
Tome mi camisón y me adentre a la cómoda y enorme tina llena de agua y sales minerales, el agua invadió mis sentidos en un mar de sensaciones que recorrían todo mi ser, es fantástico saber que James está de nuevo con migo, es decir vivo, tendría que esperar unos años a que él tenga la edad adecuada para aparecer me en su vida, tal vez me presentara como la estudiante nueva en su escuela o algo por el estilo, además tendría que separar a cualquier mujer que se atreva a acercarse, no quería que él se enamorara de alguien más, esto no será fácil pero aun así no me daré por vencida.
Mi mente divagaba en los recuerdos que aún vagan en mi corazón, por mi mente... aún lo amo, lo sé al ver sus ojos su mirada, tal vez suene estúpido pero aún siento mariposas al verlo al sentir su presencia en mi corazón, tal vez no lo vea a mi lado pero tenemos una conexión que nadie más que nosotros logramos entender.
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SUSURROS DEL PASADO
FantasyLa oscuridad reinará en la vida de esta joven chica, un mundo de dolor, mentiras secretos ocultos. Un final inesperado al igual que su principio. La única realidad aquí es la de la muerte, el único final seguro en este mundo colmado de miseria. La ú...