Gracias

210 14 0
                                    

30 minutos exacto después, tocaron a mi habitación.

Yo iba vestida con un vestido negro, con un escote en "v" Algo ajustado, que llegaba hasta los tobillos; en la parte de los hombros tenía detalles de plumas negras; con zapatos de tacon alto; había rizado mi cabello luego hice un recogido; me maquille lo más natural; me puse unos pendientes pequeños y sin duda me coloque mi máscara.

Mis manos estaban heladas. No sabía quien iba a estar al otro lado de la puerta. Me Di cuenta que realmente deseaba que todo aquello fuera algún loco sueño. Tomé una gran bocanada de aire y abrí la puerta.

- Hola! - me quedé helada, sin poder moverme y sin poder decir nada.

- Estas hermosa -dijo Michael sonriendo evaluandome con su mirada, tenia una sonrisa hermosa, unos bellos ojos azules, cabello castaño oscuro; podia sentir su aroma ¡Vaya! Si que olia bien. No podía creer que estuviera frente a mi, él realmente se miraba muy apuesto, iba vestido con un traje completamente de negro, salvo su corbata que era plateada.

- Hola - dije, soltando el aire que estuve conteniendo. -en verdad eres tú - aún no me lo creía.

- Y tú eres tú - sonrió, era la segunda vez que sonreía y ya amaba esa sonrisa.

- ¿Siempre supiste que era yo?

- Sólo hasta que me enviaste tu foto, recordé haberte visto por el campus.

- ¿Qué? ¿estudias aquí? - creo que mi mandíbula cayó hasta el suelo.

- Hace un mes nada más.

- Aún no me creo que esto este pasando -camine dentro de mi habitación y me senté en el borde de mi cama.

Él se apoyó con el hombro en el marco de la puerta, las manos dentro de sus bolsillos y su cabeza ladeada, con una media sonrisa en su bello rostro mientras me observaba.

Me quite mi masca y lo observé, sin decir nada. Al final el rompió el silencio.

- ¿Cuál es tu verdadero nombre?

- En realidad si me llamó Shai, es un diminutivo de Shailine. Y tú?

Camino hasta donde me encontraba y me tendió una mano, la tomé y me puse de pie, hasta quedar frente a frente.

- En realidad también me llamó Michael -sonrió, se acercó más a mi y me dio un beso en la mejilla.

Se estaba alejando cuando me apresure a darle un abrazo, uno que siempre deseé darle, le rodee su cuello con mis brazos y él puso los suyos alrededor de mi cintura.

Lo abracé . Lo abracé como jamás había abrazado a nadie, cerré mis ojos con fuerza; recordé todos esos momentos en los que me apoyo, en lo que me hizo reír, en sus consejos, todo! No quería apartarme de él, lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. No sabía por que estaba llorando ¿felicidad? No importaba, sólo importaba que él estubiera ahí conmigo.

-Gracias! -logre decir tan bajo, que no creí que él me uniera escuchado.

Me apartó, y limpio mis lágrimas con sus pulgares mientras me ofrecía una de sus hermosas sonrisas.

- Dije que siempre estaría para ti, no agradezcas nada - beso mi frente y volvió a traerme asia él, coloque mi cabeza sobre su pecho mientras el me rodeaba con sus brazos.

Los minutos pasaron y él dijo:

- Creo que deberiamos ir a la fiesta y buscar a ese idiota -dijo sonriendo, me separe de él y lo mire.

- No estoy segura de querer hacerlo.

- Tal vez sea tu única oportunidad.

No quería admitirlo pero tenía razón, acomode mi cabello, me vi al espejo, por suerte no llevaba tanto maquillaje sino se me ubiera corrido todo, sólo volví aplicar polvo y labial.

- Entonces vamos por el idiota -dije riendo.

Michael me tomó de la mano y nos dirigimos asia la fiesta. Nos dirigimos hasta Mike.

FakelandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora