¿Fakeland? Pero ¿Qué es eso?
A mis quince años no tenía ni la menor idea de que se trataba. Supongo que por cuestiones del destino o aburrimiento, como lo es casi todas las situaciones de mi vida, decidí creaerme una cuenta en Facebook con otro nomb...
Adam estaba tratando de convencerme que entraramos al lago. Sabía que esa sonrisa no iba para nada bueno.
- Oh vamos Shai! Deja de ser un aburrida todo el tiempo.
- No soy aburrida- me crucé de brazos.
- Bien! Entonces demuestralo -empezó a quitarse la camiseta. Y el lago ya no era la única vista hermosa. Cuándo fue que el debilucho de Adam se volvió tan fuerte, con los músculos bien definidos.
- N..no lo lograrás Adam.
- Yo no estaría tan segura- sonrió.
Oh no ahí estaba otra vez esa maldita sonrisa.
- Ni se te ocurra -le dije.
Rió.
- Qué cosa? -empezaba a acercarse a mi.
- Okay Adam ya no te acerques, se lo que intentas.
- Ah si! Y qué es? - seguía acercándose.
Estaba justo enfrente de mi.
- No lo harás.
- Tan segura estas?- podía sentir su respiración. Mi corazón empezó a palpitar más rápido ¿pero qué...? No esto no pasará.
Pase al lado de él en dirección al lago.
- Si lo estoy. Porque lo haré yo. - me quite la camiseta y pantalón que Adam me había dado, quedándome en ropa interior corrí al lago.
El agua no estaba fría como pensé que estaría, era una sensación agradable. Era como un sueño el estar ahí, con ese cielo nocturno hermoso, el lago que parecía un espejo del mismo, estaba nadando en el cielo.
- Es hermoso cierto - escuché la voz de Adam por detrás minutos después.
- Sin duda -contemplaba el cielo.
- Me alegra que seas tú con quien pude compartir esto. Y es que no me imaginaba con nadie más que contigo.
Me voltié y ahí estaba él con una mirada tierna en sus ojos.
- No te imaginas lo agradecida que estoy por esto yo...
Él acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y acariciaba mi mejilla - Te lo dije antes no tienes porque agradecerme nada - y me dio un beso en la frente, luego apoyo su frente contra la mía. No sé cuanto tiempo paso, pero sentí que todo se detenía, él estaba tan cerca que podía escuchar su respiración y no se si fue mi imaginaciónque creí hasta escuchar sus latidos, pero seguramente esos eran los míos ¿acaso sentía algo más por Adam? Porque sin duda él lo sentía. Puse mi mano en su mejilla como él lo había hecho. Pude sentir como él se tensaba un poco, empezó a acercarse y nuestro labios quedaron a centímetros.
- Creo que debemos irnos - mi voz apenas salió en un susurro. Él suspiró, separándose de mi y asintiendo con la cabeza.
- Bien vamos.
Empecé a salir antes que él. Aún no asimilaba lo que había pasado. Logre salir del lago y empecé a ponerme de nuevo la ropa. Miré hacia atrás y Adam aun estaba lejos. Ahora no sabía que decir después de eso. Me senté a espera que él saliera. ¿Porque él justo ahora hace esto? Mi cabeza era un remolino. Volví a ver al lago y él pesaba a salir.
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Tenía que hablar con él sobre esto. Me puse de pie, mientras el se acercaba.
- Adam yo...
Paso al lado dio sin siquiera mirarme, cogió su camiseta y se la volvió a poner.
- Shai... lo siento -dijo sin siquiera voltear y empezó a caminar.
Esto no podía quedar así. Me apresure y lo tire del brazo él se volteó pero tenía la mirada en el suelo.
- No hagas esto -tome su rostro con mis manos haciendo que me viera -No lo hagas, no vas a volver esto complicado no te dejaré...
Él tomó mi manos quitándole de su rostro -Shai me gusta sí! Desde hace mucho y jamás tuve el valor de decírtelo, jamás te demostre nada más que una simple amistad y fue porque siempre estabas ahí. Pero cuando me contaste sobre Fake y sobre Michael y Mike, sentí que te perdía, que cada vez te alejabas de mí y eso me volvía loco. Tal vez no quieras que complique las cosas pero ya lo estoy haciendo, ya no podía guardame más esto. Y entiendo que tú los quieres a ellos, más bien no! No lo entiendo como es que después de todo los engaños aún te siguen importando sin mencionar que apenas los conoces, no sabes nada más aparte de que estudian aquí simplemente no lo entiendo, tú vales mucho para ellos y odio cada vez que te veo deprimida por culpa de ellos, tal vez tu no lo veas así pero es la realidad. Y se que nada de lo que te diga te hará cambiar de opinión porque se lo terca que eres.
En este punto no recordaba nisiquiera como hablar.
- Yo... Bueno...
- Esta bien Shai no tienes porque decir nada, sé que esto no es fácil de asimilar para ti, pero tenías que saberlo. Así que vamos hay que secarnos o también tendremos que preocuparnos de un resfriado.
