Capítulo 4

51 4 2
                                    

—No, mamá; estoy bien —me pregunta por duodécima vez, siempre con la misma pregunta: "¿te llevo al hospital?".
Volví de casa de Nazan a las seis de la tarde más o menos, no recuerdo la hora exacta; a pesar de haber mirado la hora dos veces en el móvil, no conseguí quedarme con la hora. Típico.
Josh aún no sabe nada, y no sé cómo explicarle lo sucedido, puesto que todo ocurrió en casa de Nazan, y no pasó de forma muy... natural.
No he comido nada, no me entra el apetito ni con el olor de cinco kilos de pasta, que es de lo único que me alimento.
Subo las escaleras y me encierro en mi habitación, pensando cómo poderle informar.
Busco mis auriculares y los conecto al móvil, no tengo fuerzas para encender el portátil.
Hago el intento de desbloquear la pantalla, pero me quedo observando unos dos minutos la foto de Josh y mía cuando estuve en su casa hace dos días. Lo cual me hace sentir en una tortura continua, ¿por qué me tiene que pasar esto a mí? No puedo elegir; me gustan por igual. Son muy diferentes, y me gustan tal como son. No, no me gustaría que uno tuviese ambas personalidades, porque perdería la chispa. Josh es mucho Josh, y Nazan es mucho Nazan, y no puedo hacer nada para que esto se solucione. No puedo fusionarles, ni tampoco puedo existinguir de mi vida a uno. Ni puedo, ni quiero; porque son dos trozos de mi vida, ambos con el mismo peso, con el mismo amor y admiración: son mis dos pequeños. No quiero cambiarles. Quiero a un Nazan y a un Josh, no a una mezcla. Los quiero por separados, pero a ambos en mi vida.
"Josh, tuve una bajada de azúcar, y por eso no pude contestar a esas tres llamadas perdidas, y lo siento. Estuve en casa de Nazan"... no, no queda bien.
Con lágrimas en los ojos, creo que tengo el discurso de excusa:
"Estuve en casa de Nazan para pedirle el cuaderno que no encontraba, ¿recuerdas?, el de lengua, que no lograba encontrarlo. El muy capullo me lo había rateado para hacer la gracia pero le salió el tiro por la culata y me di cuenta de que había sido él. Al llegar, cuando le dije de todo, tuve una bajada de azúcar. Aún no sé de qué proviene, pero me quedé hora, hora y media desmayada y no pude contestar a las llamadas. Lo siento..."
Sí, creo que queda bien.
Abro la aplicación YouTube y comienzo a escuchar una canción de un artista del cual no había oído hablar: un tal Shawn Mendes.
YouTube me recomienda su canción Never Be Alone, y en cuanto la escucho, busco más composiciones.
Stitches, Life Of The Party... Me encantan todas, y me quedo sumergida en su disco hasta que, no sé cómo, oigo cómo alguien golpea la puerta, cuestionándome sin palabras si puede entrar.
—Pasa.
Debería de haber dicho "pasad"... por la puerta aparecen Josh y Nazan. No puede ser... mi discurso acaba de perder su valor.

Siento la tardanza, pero la inspiración y el tiempo me impiden escribir... lo siento, de verdad. Quisiera encontrar la manera de poder hacer todo lo que me gustaría, pero... aún no la he encontrado. Espero encontrarla algún día.
Hasta el próximo ☺️💓

ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora