Capítulo 20

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Nazan se levanta y le mira con gratitud mientras sonríe al ver que los rasgos de Abraham y los del que estuvo en su casa ayudándome encajan. Le saluda firmemente sin dejar de sonreír y me tiende la mano para levantarme, ablandando su actitud conmigo por haberme hablado como lo ha hecho minutos atrás. No le mencioné lo del desmayo para que se mostrara más amable conmigo, lo juro, aunque finalmente haya resultado acabar así. Abraham me mira buscando escapatoria de la mirada agradecida y brillante de Nazan, a pesar de que no termine de caerle completamente bien.

—¿Cómo le has encontrado? —pregunta, totalmente sorprendido de la situación en la que se halla.

Yo, aún con miedo de cómo puede reaccionar cuando sepa que es él, trago saliva y miro a Abraham sonriéndole, para luego dirigir mi mirada hacia Nazan.

—Nazan, este chico que ves aquí, el que me ayudó, es Abraham.

Su expresión cambia radicalmente a una de sorpresa y a la vez de rabia, obviamente por ser él. Abraham se siente algo amenazado cuando Nazan le dirige una mirada encendida, pero inmediatamente se recompone.

—¿Ya no me das las gracias por haberla ayudado? ¿El que me la haya tirado borra ese hecho?
—¿Que te la has qué? Mira —dice, evitando que Abraham pueda hablar—, me la suda que te la hayas follado, sólo voy a decirte que no hiciste demasiado; lo que hiciste tú lo pude hacer yo.
—Pero no lo hiciste.

Y ahí está el Abraham que tiene que poner su punto y final para ser feliz. No sé qué decir, esta escena me está dejando muy tocada. Yo únicamente quería que Nazan odiara algo menos a Abraham y que empezaran a intimar, pero sólo he conseguido que estos sentimientos agranden, y me siento como una mierda por ello. Nazan comienza a destensarse y a deshacer sus puños para tranquilizarse y mira a Abraham, intentando intimar con él.

—¿Y qué estabas haciendo antes de que te cruzaras por mi puerta y te llamara?

Abraham se hace el interesante y hace como el que intenta recordar cuando hace unos minutos me contó todo a mí, lo cual hace que ponga los ojos en blanco y cruce los brazos en su dirección, y él me mira y se ríe.

—Venía de liarme con una chica en un parque cuando, al pedirle sexo, me mandó al carajo e iba a mi casa riéndome cabreado. Justo al salir del parque me encontré a una ex muy pesada que no paraba de decirme que tengo que ir a casa de sus padres, lo cual me hizo cabrearme más.
—Oye, eso no me lo contaste a mí. ¿Era Annie?

Asiente con la cabeza, seguramente preguntándose que de qué la conozco. Me río por ello esperando a que continúe contando.

—Iba por la acera cabreado cuando de repente sale éste con una desesperación que me hizo muchísima gracia —se carcajea—, pero cedí a ayudarte.

Es la segunda vez que lo cuenta, pero me sigue latiendo rápido el corazón al recordarlo y al ver que me ayudó. Siendo sincera, se me ha olvidado completamente la presencia de Nazan. Le miro y tiene los puños cerrados con fuerza y los ojos cerrados, respirando bruscamente y con los labios entreabiertos. Claramente, está enfadado. Miro a Abraham avisándole y me dirijo hacia Nazan por detrás, pasando mis manos por sus hombros para destensarle, mientras le pregunto qué le pasa y no me contesta. Comienzo a masajearle los hombros y consigo mi propósito, relajándose por todo su cuerpo y respirando cada vez con más naturalidad, suspirando. Vuelvo a preguntarle.

—Es un cúmulo de sucesos: recordar tu desmayo, que una persona como Abraham me ayudara y que, para colmo, como una recompensa o algo así, te folle.

Ahí está mi Nazan sentimental. Me sitúo frente a él y le abrazo, y siento que Abraham nos escudriña y se sienta en el banco. No sé cómo la gente aguanta los triángulos amorosos. Bueno, yo me encontraba en uno, pero al menos no estabamos los tres presentes, como lo estamos Abraham, Nazan y yo ahora. Nazan se recompone y coloca su cabeza en el hueco de mi cuello y comienza a succionarlo y besarlo, lo cual me enciende y me hace jadear, y noto que sonríe por lo pegados que tiene sus labios a mí. Siento cómo alguien me agarra por la cintura y me atrae hacia sí, sosteniéndome. Entonces es cuando recuerdo la presencia de Abraham.

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⏰ Última actualización: Sep 02, 2016 ⏰

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