ALYSSA
Camino por el pasillo mirando en todas direcciones, con temor de encontrarlo en cualquier esquina, esperando por mí. Entro en clase y subo hasta mi asiento.- ¿Qué ha pasado? ¿Qué te ha dicho Sinclaire? – Me pregunta Brit.
- Liss, parece que has visto un fantasma. – Añade Joyce.
- Mike. – Es lo único que soy capaz de decir.
- ¿Qué pasa con él?
- Le he visto.
- ¿¡Qué!? – Exclaman las dos, justo cuando Stephen entra por la puerta.
- Romeo y Julieta, bajen aquí. – Dice con un tono enfadado.
Miro a las chicas, que esperan una respuesta, y después a Rob. Este se levanta y baja las escaleras hacia el centro del aula. Respiro un segundo, para calmarme, y voy tras él. Nos colocamos en el centro y miramos al profesor.
- Primer acto, escena quinta. Conversación inicial entre Julieta y Romeo. Adelante. – Dice sentándose en una silla de la primera fila. Rob me mira y me guiña un ojo antes de colocarse frente a mí.
- Si con mi mano indigna he profanado tu santa efigie, sólo peco en eso: mi boca, peregrino avergonzado, suavizará el contacto con un beso.
- Buen peregrino – digo poniendo voz de Julieta –, no reproches tanto a tu mano un fervor tan verdadero: si juntan manos, peregrino y santo, palma con palma es beso de palmero.
- ¿Ni santos ni palmeros tienen boca?
- Sí, peregrino: para la oración.
- Entonces, santa, mi oración te invoca: suplico un beso por mi salvación. – Todos comienzan a reír y a hacer comentarios por el beso que toca ahora. Miro de reojo a Sinclaire, pero no dice nada, solo clava los ojos en mí.
- Los santos están quietos cuando acceden. – Digo mirando a Rob.
- Pues quieta, y tomaré lo que conceden. – Se acerca y acaricia mi mejilla antes de acercarse a mi boca.
- Un momento. – Dice Stephen levantándose. – Romeo, debe poner más empeño. No suena real. – Se coloca frente a mí, mirándome a los ojos y lo repite. – Pues quieta, y tomaré lo que conceden. – Sus labios rozan la comisura de mis labios, sin llegar a tocarlos, de una manera tan suave que provoca escalofríos en todo mi cuerpo. – Mi pecado en tu boca se ha purgado. – Murmura con voz baja y grave.
- Pecado que en mi boca quedaría.
- Repruebas con dulzura. ¿Mi pecado? Devuélvemelo.
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Eres mi dosis
Teen Fiction«-Sonreír un poco no le mataría... -murmura en voz baja y vacilante. -Tiene cinco minutos para terminar el puto examen -susurro en su oído, rozando sutilmente su oreja con mis labios. -Cabrón -dice entre dientes. Puedo ver cómo la piel de sus brazos...