ALYSSA
Camino por la habitación, de lado a lado sin saber bien qué hacer. Escucho puertas abrirse y cerrarse. Asomo la cabeza pero no veo a nadie. Entro en el baño y veo una bañera enorme. Tal vez podría... ni se te ocurra. ¿Por qué? ¿Te parece momento de darse un bañito? No puedo hacer otra cosa, así que...
Cierro la puerta y me quito la ropa en seguida, excitada y emocionada por no haber probado algo como esto antes. Abro el grifo y espero a que se llene, mientras paseo por el inmenso cuarto de baño. Joder, todo huele a él.
Minutos después meto la punta del pié y suelto un pequeño grito por lo caliente que está, pero enseguida me acostumbro y termino de entrar por completo.
— Joder —gimo en voz baja.
— No me lo puedo creer —su voz me sobresalta. Giro la cabeza y le veo cruzado de brazos observándome desde la puerta—. Estoy deseando saber cómo has llegado a la conclusión de que esto —me señala—, era una buena idea.
— Verás —digo sonriendo de forma coqueta—, el Señor no me ha dejado quedarme con él y enfrentar a los perros —me levanto, provocando que me mire de arriba abajo—, en lugar de eso, me ha mandado a la habitación como si fuera una niña —saco una pierna y después la otra—. Lo que él no sabe —camino hasta el—, es que dejé de ser una niña hace mucho.
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Eres mi dosis
Novela Juvenil«-Sonreír un poco no le mataría... -murmura en voz baja y vacilante. -Tiene cinco minutos para terminar el puto examen -susurro en su oído, rozando sutilmente su oreja con mis labios. -Cabrón -dice entre dientes. Puedo ver cómo la piel de sus brazos...