Capítulo 2.

7.6K 339 47
                                    

Foto múltimedia, Frank.

Resoplo mientras dejo el pedido de sushi sobre la barra de la cocina.

Miro la hora en el reloj que está en la pared. Mi madre se a retrasado unos cuantos minutos.

En eso siento que el ascensor abre sus puertas.

Me doy media vuelta y allí está.

Le regalo una hermosa sonrisa y corro a sus brazos cómo una niña pequeña.

- ¡Mami! - exclamo emocionada cuando por fin estoy entre sus acogedores brazos.

- ¡Hija mía!, pero que guapa estás... -dice mientras me examina de pies a cabeza.

- ¿Madré que no te has visto?, ¡estás guapísima!, debéis de tener a todos los hombres babeando por tí... -digo sonriendo.

La verdad es que esta muy hermosa, no representa sus cincuenta y seis años.

Hermosa se ve, con su cabello lacio por en sima de sus hombros, rubio ceniza. Su piel, se la a cuidado tanto que casi no tiene arrugas, sus hermosos ojos verdes y su tan hermosa sonrisa.

Le miro su atuendo y se ve hermosa vestida con unos vaqueros rectos color azul marino y una blusa floreada hasta mitad de brazo que le combina a la perfección.

- Hija estás hermosísima, Frank te tiene perfectamente cuidada... -dice con una sonrisa coqueta.

- ¡Ay, mamá! -le regaño con las mejillas rojas.

- Mi niña hermosa -dice mientras acaricia mi rostro con su mano- de pequeñita que si algo te avergonzaba, te sonrojabas de inmediato -dice mientras sonríe.

Le regalo una calida sonrisa.

- Que tiempos aquellos en los que me solía sonrojar... -hago una pausa y agacho la cabeza- tan seguido...

Mi madre me levanta la cabeza suavemente con su mano en mi mentón y luego la apolla en mi mejilla.

- Hija, todo pasa por algo... -dice sonriendo- tienes la vida que tanto has soñado, un novio espectácular... y espero que se casen pronto, quiero nietos...

Dice mientras camina hacia la cocina.

- Que te hace pensar que yo quiero hijos, ma' -digo dirigiendome en dirección al equipo de música.

No le subo tanto el volúmen, para poder hablar tranquilas.

Ella toma asiento en la barra y yo junto a ella.

Comenzamos a comer las piezas de sushi, están deliciosas.

Ella me cuenta que tal su viaje en España, y en eso me cuenta que conoció un chico.

- ¿Ah si? -digo hechando un último bocado a mi boca- ¿Quién es?, ¿cómo se llama?, ¿tiene un trabajo estable?...

No termino de hablar y mi madre me interrumpe regañandome.

- Jennifer, dios no hables con la boca llena...

- Perdón -digo aún con comida en la boca- no has respondido mis preguntas -digo una vez que ya lo he tragado.

Mi madre ríe.

- Sigues siendo una pequeña, Jennifer... no cambias. -dice entrelazando sus manos.

- Aun no me respondes -digo y luego tomo un sorvo de mi capuchino.

- Es español, por supuesto, se llama Frederic Brown, tiene una empresa de cosmética completa, salones de belleza, todo lo que te puedas imaginar...

Cuando Nos Volvamos A Encontrar... (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora