Capítulo 3.

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Foto multimedia, Daniel.

- Pero Jennifer, yo no tengo el dinero cómo para pagar este bar... -me dice Daniel mirando las brillantes y llamativas luces de neón.

- Hostia tío, te dije que pagaré yo, vale, ¿podéis entrar? -digo con tono cabreado.

Daniel me mira con los ojos abiertos.

- ¿Por cuánto tiempo has estado en España? -dice con el ceño fruncido.

Yo río.

- Que entréis. -digo caminando hacía la puerta.

Una vez adentro, veo el elegante lugar, todo es muy rústico y madera. Escucho la música suave y veo algunas personas bailando algo alcoholizadas.

Me dirijo caminando hacía la barra y luego tomo asiento, me ladeo y veo que Daniel se sienta al lado mío.

- ¿Por qué has decidido volver? -digo alzando la voz ya que la música está algo fuerte.

Daniel sonríe.

- Pues, hechaba de menos a mi mejor amiga... -dice igualmente alzando la voz.

Yo sonrío.

- ¿Que tal la vida por allá? ¿eh? -digo mirando a mi alrededor- ¿has con seguido alguna chica? -digo volviendo a mirar a Daniel.

Daniel habré la boca para responder pero el chico de la barra le interrumpe.

- ¿Qué deseáis beber, chicos? -dice mirando a Daniel y luego a mi, al verme me muestra una coqueta sonrisa y sus ojos azules brillan.

Rápidamente Daniel al ver esto toma mi mano.

- Dos vasos de vodka negro, deja la botella aquí, por favor -digo sacando mi billetera para pagarle.

Miro a Daniel para que suelte de mi mano y le sonrío.

- Tú -me apunta con su dedo índice - tú jamás dejaras de conquistar hombres ¿no? -dice con el ceño fruncido.

En eso llega el chico moreno de ojos azules con nuestra botella y sirve dos vasos.

- Gracias -le digo con una sonrisa y le paso el dinero.

- ¿Cómo va tu relación con Frank? -me dice mientras tomo un sorvo de mi trago.

Yo le sonrío.

- Pues es lo que siempre quise... no puedo pedir más -digo en cogiendome de hombros.

- Te pregunté que como vais, no si es lo que querías... -dice tomando un sorbo de su trago - ¿lo amáis?

Frunzo el ceño mientras miro mi vaso.

- ¿Lo queréis? -dice frunciendo el ceño.

Termino de tomar otro sorbo de mi trago y rápidamente le respondo.

- ¡Claro que le quiero! -digo alzando la voz - le amo... de eso estoy segura...

Digo mirando hacía todos lados.

- Jennifer -dice- ¡Jennifer! -vuelve a decir y capta mi atención.

- ¿De verdad lo amas? -me dice y su rostro se suavisa.

- Claro que sí, Daniel - digo suspirando- el lo és todo para mí... -entrelazo mis manos y las miro- son muchos años de relación -golpeo la barra con la palma de mis manos- ¡por supuesto que le amo- digo alzando la voz.

Daniel sonríe y tomá su trago de un solo viaje y se sirve otro vaso.

En eso me acabo el mío y me sirvo otro hasta que llegamos al punto en el que se nos vacía la botella.

Cuando Nos Volvamos A Encontrar... (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora