Ocultando las cosas descubro que he fracasado como persona pero eso no cambia el hecho de que mi corazón palpite, todo lo que en mi mundo parece extinto no es más que el comienzo de mi vida o mejor dicho el intermedio, me acosté en mi cama y me puse a pensar que siempre cuando el aburrimiento me dominaba o me pasaban cosas malas Yuma siempre estaba ahí para mi, pero Shu siempre me daba paz y amor.
El agua de la llave de la regadera me hacia tranquilizar y poner mis ideas en paz, pero realmente no podía parar de pensar en Yuma, el me besó aún sabiendo que yo lo consideró tan sólo un hermano, nunca me había parado a pensar en verlo de otra manera a distinta, aún así eso no cambia el hecho de que el es mi única familia.
- ¿En que piensas mujer? .- me preguntó shu
- En Yuma .-ups demaciado sinsera
Shu no dijo nada y se sorprendió por mi respuesta y al ver que la rege tenía que enmendar me grave error
- No es lo que piensas, es que el es mi hermano .- Dije nerviosa
-Tal vez el no piense de la misma manera .-Dijo calmado pero sus ojos mostraron sierra tristeza la cual sólo me lastimaba, pero en unos segundos que me perdí en sus ojos el me tenía abrazada a su cuerpo, me sentí protegida .- Te quiero .- me susurró Shu aún abrazandome.
Me sentí feliz al escuchar esas palabras saliendo de sus labios era mi paz el estar a su lado, no me tenía que preocupar cuando se trataba de el.
- Oie Shu, yo también te quiero .- Tras decir eso me separe un poco de el y bese sus labios con ternura.
Cuando nos separamos nos miramos fijamente, sus ojos azules me mentían a mundos distintos y hermosos a su vez, pero luego mi vista se desvío al reloj y casi me infarto al ver la hora, Se supone ya deberíamos estar en la escuela. Tome a Shu del brazo y este me jaló hacia el quedando aún más envuelta que antes.
- 5 minutos más .- me dijo Shu
- pero ya hay que irnos o no llegaremos jamás
Justo cuando dije eso el nos teletrasporto al instituto, nos tocaba en la misma clase y seguíamos abrazados por lo cual las chicas de la escuela me miran fijamente a los ojos con cara de ¡Sultalo! Esas reacciones me causaban mucha gracia.
Llegamos al salón justo a tiempo para la clase, todos se quedaron con cara de el es tan guapo y como entramos tomados de las manos sentí la presencia de muchas chicas.
La clase comenzó y varias me preguntaron que si era mi novio, otras me dijeron pensé que andabas con Yuma y yo respondí, no ando con ninguno.
Cuando la clase finalizó sentí que alguien me jalaba fuera del salón, sabía que no era Shu, al voltear mi cabeza me encontré con Yuma.
- Olvida lo que paso ayer .-me dijo serio
No supe que responder y sólo asentí con la cabeza, después de eso el se marchó y sentí algo de culpa dentro de mi corazón.
Al volver a la mancion me puse a ver películas de comedia, pero cuando llegó Shu el se sentó a mi lado puso una de terror, todavía no pasaba ni la parte de terror y ya estaba temblando, siempre fui miedosa en ese aspecto, siento como Shu pone su manó en mi mis hombros y eso me tranquilizó...hasta que... El muy inteligente actor me mató del susto y escondí mi cara en el pecho de Shu, y fue ahí cuando lo escuche reír y me sonrojó a más no poder. Al terminar la película Shu se la paso diciendo "mujer miedosa" "vives con vampiros y te dan miedo los fantasmas"
- Bueno hoy dormire en mi cama.- Dijo Shu
- ¿Que? No seas malvado, tienes meses sin dormir sólo y ahora me dejas .- dije asustada.
- Dormire contigo si haces lo que yo quiera .- Dijo Shu jugeton, (raro en el)
- Si, áre lo que sea .-dije suplicante
Llegamos a el cuarto y Shu me abrazó por la espalda y su boca en mi cuello causaba de alguna forma el deseó de querer ser mordida. Y justo cuando pensé en eso los colmillos de Shu se posaron sobre mi boca causando que soltara un gemido de dolor. Cuando separó sus colmillos de mi cuello me di vuelta mirando sus ojos tan hermosos y así callendo en sueño profundo.
Escritora
¿Que les gustaría que pase?
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La hermana de Edgar
FanficMi nombre es Mizu, tengo 16 años, soy hermana de Edgar, el mejor amigo de Shu. Si, el que murió. ¿Quieres saber mi historia? Sigue leyendo