Útil~

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− Ay por dios, eres lo más mono que he visto.... – aquella voz chillona y dulce se le escapó de la chica, quien lo miraba con aquella sonrisa de oreja a oreja, aun con aquella brocha en la mano y escondiendo un espejo detrás de ella con la otra.

− ¿Te diviertes? – fue su única respuesta, dando un suspiro resignado y esperando lo peor.

Aquella tarde su compañera había decidido visitarlo de sorpresa con una extraña petición; Guillermo supo que las cosas irían por mal camino cuando noto aquel maletín de cosméticos y la sonrisa de Lana.

Habían pasado ya unos meses, los suficientes para que aquel estomago abultado comenzara a formar un tamaño más o menos considerable. Y también los suficientes como para no intentar contradecir a su compañera y hacerla enojar.

− No te enojes – se disculpó, intentando disimular su risa − Fue genial que aceptaras ser mi modelo para que pudiese terminar el curso de cultura de belleza. – si bien no lo hacía con mala intención, aquella sesión de maquillaje, además de larga e incómoda termino dejándolo con una extraña sensación.

Esa misma que le decía que algo malo iba a pasar.

− Nunca acepte. – respondió, tomando el espejo para toparse finalmente con ese "trabajo"

Ni siquiera sintió tanto maquillaje encima, y es que la chica no había logrado nada exagerado con su piel, se aseguró de exfoliar su piel y retirar cada vello y pequeña imperfección. Unos ojos delineados acompañados de una sombra en conjunto con su piel clara que hizo de sus ojos un poco más grandes; algo más de rubor en sus mejillas, un rosado, pero discreto gloss y uno que otro iluminador.

Todo en conjunto logro traerle casi un infarto en cuanto notó su reflejo, y es que, aunque en anteriores ocasiones y gracias a su educación su lado "delicado" estuviera más a flote que lo demás, a ningún hombre le gustaba ser tratado como mujer.

− Vamos, no estás tan mal, espera necesito unas fotos. – dijo Lana, buscando nuevamente entre su maletín,

− ¿Era necesario ponerme esto en la cabeza? – pregunto, llevándose una mano al pelo, buscando entre su nuca aquellos pasadores que sostenían los mechones de extensión.

La chica se aseguró de lavarlo y peinarlo, además de plancharlo y acomodarlo de tal forma que pequeñas ondas cayeran por debajo de sus hombros, todo eso fijado con lo que para Guillermo fueron latas y latas de fijador.

− Necesito una transformación completa, y eres el chico más lindo que tenía a mi alcance. −

− Ahora, primero de perfil... − dijo, apuntado aquel lente a su rostro.

− Seguro aprobaras, me veo femenino. −

− Eso es porque ya lo parecías desde antes. – una inocente, pero burlona sonrisa comenzó a dibujarse en ella − Quería pedirte una cosa más. – después de unos cuantos flashes, ella volvió a donde sus cosas y saco un par de bolsas en colores oscuros.

− ¿Qué? ¿Qué es eso...? – curiosidad que se transformó en miedo cuando aquellas pequeñas prendas salieron a la luz. − Oh no, no, no. – y la sonrisa de Lana aumento, más y más.

− Por favor, la transformación tiene que ser completa, e incluso yo diseñe esto en mi clase de corte y confección. – junto sus manos, soltando aquel tono infantil y suplicante.

− Si tú crees que voy a dejar que me vistas con esas ropas tan raras, estas mal. No lo hare, no hay manera... hasta aquí, se acabó. – negó, una y otra vez con la voz más firme e imponente que tenía.

Prisoner~ [Wigetta] EN PAUSAWhere stories live. Discover now