Frank se odio a si mismo por unos segundos antes de asimilarlo; no había bajado la guardia, no había sido vencido.
Aquello simplemente había venido tan rápido que, cuando paso, simplemente no pudo moverse, apenas y pudo forcejear de camino a la trampa cuando cayó en la realidad... había sido traicionado por su mejor amigo.
No sabía que era lo peor, el dolor de la ironía mezclado con la impotencia y la rabia; ni siquiera dejo pasar el tiempo. Apenas y logró ponerse nuevamente en pie, comenzó a llamar, gritar, chillar y golpear hacia la puerta que los encerraba dentro de aquel pequeño cuarto.
− ¡Abre la puerta! – golpeo el acero, sintiendo como aquel frio se impregnaba lentamente sobre sus manos; uno tras otro, aquellos golpes no paraban desde hacía más de un par de horas, mismas que habían estado atrapados.
− ¡Rubén es una orden! – al igual que los gritos, aquel ritmo histérico hacía eco por cada pequeño rincón de aquella vieja estructura; poco o nada importaron los llamados y suplicas del cabecilla, no obtuvo nunca una respuesta.
− ¡Joder! – maldijo nuevamente, lanzando aquellos golpes y patadas insistentemente; la ira lo había cegado, el hecho de que tu mejor amigo llegue por la espalda y te traicione no era algo con lo que él pudiese lidiar, no de una manera tranquila.
− No funciona, déjalo ya... − exclamó Guillermo − Te quedaras sin energía – tomándolo por los hombros, alejándolo lentamente de aquella puerta.
− No, Rubén es uno de mis mejores hombres, y mi mejor amigo – negó, llevando ambas manos desesperadas a su cabeza − ¡Nunca haría nada como darme la espalda! – sin importarle que las pequeñas gotas de sangre provenientes de sus puños mancharan su frente, cayendo contra el piso manchándolo en aquel tono oscuro.
− Ha sido Samuel, siempre es él... nunca me dejó en paz – hablo Guillermo resignado, aquel miedo había vuelto de golpe en una sola tarde, acababa de perder a su hijo de una manera tan estúpida.
− ¡Mierda! – murmuró nuevamente, solo para estampar su pie frenético contra el frio concreto de la pared.
− No pensé, yo no quise pensar que estaba siendo... − susurro a sí mismo, abriéndose paso entre los escombros, pateando las rocas y cualquier objeto que se interpuso en su camino mientras solo seguía buscando alguna respuesta.
Una respuesta dolorosa, atrevida, obvia... pero, sobre todo, sucia.
− Relájate, ni siquiera yo me lo imaginaba, todo este tiempo – habló nuevamente su compañero − Bajo nuestras narices, ayudándonos en todo, siendo tan cercanos, a mí, a Zeus... − intentando tranquilizarle, acercándose, aun cauteloso ante su posible respuesta.
− Lo lamento... − Frank se disculpó.
− Ya está, solo tenemos... −
− No, yo he tenido la culpa de cierto modo, desde siempre... − respondió, volviéndose hacia él − Tuve un extraño presentimiento con él – en una extraña y nueva mirada que incluso a Guillermo logro sacarle de lugar.
− ¿Recuerdas? Sus constantes accidentes con repercusiones en la bodega o la sala principal, la manera en que desaparecía – la culpa caía en cada una de sus palabras, al igual que la vergüenza que deseo ocultar solo con el desviar discreto de su rostro.
− Nunca imagine que fuera eso, él ya era así desde antes de que te nos unieras – vergüenza, transformada en tristeza y a su vez esta evoluciono a la ira, había hecho una promesa, no solo al chico frente a él − ¡Joder, él fue uno de los primeros que creyeron en mí y apoyaron cuando forme el equipo! – a toda una generación de personas que creían en su liderazgo, al igual que él creía en Rubén.
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Prisoner~ [Wigetta] EN PAUSA
Fiksi PenggemarAU MPREG +18/~ ATENCIÓN; este fic puede contener escenas de sexo y violencia; además de maltrato físico. Se usa el tema de la violencia domestica; basado en un delirio de borracha a las seis de la mañana He estado en medio de esta guerra durant...