Honesto ~

911 109 25
                                    

Creo que se tiene que ser un verdadero hipócrita sin vergüenza para terminar de este modo, en lo más profundo del olvido, rodeado de los chicos a los que todos odian; tal parece que después de todo decidiste dejar los golpes y verdugo de lado para ir directo al infierno.

Deberías estar apenado... vienes aquí como un mártir, queriendo causar lastima cuando el único culpable de tus desgracias eres tú.

Decidiste tomar esas pastillas, decidiste manipular la poca amabilidad que Samuel te entrego y no dudaste en entregar el culo ante la mínima presencia de afecto.

Tú mismo buscaste tu camino hacia esta pocilga; Lo que me sorprende un poco es la manera en la que has soportado venir hacia aquí con nada más que un "Confía en mi", a menos...

Guillermo, tu... pequeña zorra tramposa, ¿es que has visto en este nuevo chico un escape a tu podrida y asquerosa realidad?

Ni siquiera ha pasado una noche y tienes los ojos sobre este "héroe", que seguro te ha recogido por lastima. Si no pudiste complacer a Samuel desde un principio como compañero ¿Qué te hace creer que serás lo suficiente para este sujeto?

Solo mírate, hasta te das pena a ti mismo, lo sabes, aunque le des mil vueltas una y otra vez intentando hacerlo a un lado; Fallaste... no solo a ti, le has fallado a tu entrenamiento, a tu juramento. Le has fallado a Samuel y con ello te has llevado la vida de un inocente entre las patas solo para poder tener un momento de felicidad y disfrutar de tu egoísmo por un par de días.

Incluso tu subconsciente sabe lo que de verdad eres, así que por favor... ¡comienza a ser más honesto y despierta!

− ¡No! – se levantó de golpe, dejando que aquel grito retumbara por las agrietadas paredes. Estaba agitado, cubierto entre su propio sudor apenas y podía sentir su cuerpo mientras se reincorporaba hasta la orilla de la cama. Sus manos temblorosas, hacia unas noches atrás que esos sueños se habían hecho más frecuentes, sin embargo, este en especial parecía dictado por el mismísimo diablo.

Su mente estaba comenzando a jugarle bromas crueles y sádicas desde el día que volvió a casa del hospital; quizás era algo que se tenía merecido después de todo eso.

− ¿Dónde estoy? – casi lo olvido, la madrugada anterior había llegado con ese chico hasta aquel escondite. Aunque debido a su agitación mezclada con el dolor de su cuerpo después de correr de todos aquellos oficiales, la comodidad había sido lo último en lo que pensó, sus ojos se cerraron y su cuerpo cayó rendido después de unos cuantos minutos en completo silencio.

− Tengo que volver a casa... − se dijo, levantándose de la cama para salir en busca de la salida; la habitación le pareció una mejor opción cuando logro abrirse paso hacia el pasillo.

Aquellos pasillos oscuros que parecían no tener fin, húmedos, podía escuchar las gotas caer contra el piso en ese silencio que le causaba escalofríos.

− ¿Hola? − Las paredes con pintura desgastada y agrietada, el suelo estaba cubierto de tierra, lodo y cenizas posiblemente producto de las tuberías de agua oxidadas sobre su cabeza; guiaban de manera directa hacia cada uno de los cuartos; puertas enormes de acero, casi todas estaban cerradas.

Lo único que le permitía ver eran aquellas lámparas de aceite perfectamente colgadas una tras otra en lo más alto de las paredes, mismas que uso como guías para abrirse camino hacia algún lugar en esa oscuridad.

Pasaron minutos, que para Guillermo fueron horas y quizás años; parecía como si caminara en círculos hacia la fría nada mientras poco a poco su paciencia al igual que su cabeza comenzaron a rendirse.

Prisoner~ [Wigetta] EN PAUSAWhere stories live. Discover now