Trece

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Cancion: Benny - Inspiracion

Cancion: Benny - Inspiracion

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DELIA

Collin entra al cuarto de baño y me pide que espere un momento. De nuevo puedo apreciar todo el lugar, sólo que esta vez fijo los ojos en la cama y medito sobre lo inquieta que me siento, trato de mantener la calma, así que aparto la vista y observo las pequeñas cosas que no me había detenido a detallar: las paredes están pintadas de azul marino y crema, un crema suave, parecido al de la madera de la cama, en el piso hay una alfombra que cubre casi todo el lugar, es la razón por la que estoy descalza, se siente tan bien pisarla, es como cuando acaricias a tu mascota con el pie. De frente hay un armario, mientras buscaba en las gavetas qué ponerme luego de ducharme, confieso que inspeccioné sus cosas, tiene gelatina de cabello, desodorante y un perfume con aroma enloquecedor, ¿una fragancia puede ser fresca y sexi al mismo tiempo? ¡La respuesta es sí!

Sonrío estúpidamente, hasta que me doy cuenta de que me siento muy atraída por Collin, cada centímetro de su cuerpo ha sido creado para provocarme, pero fuera de esa atracción física no sé absolutamente nada de él. También encontré un folleto de alcohólicos anónimos que me alarmó un poco, no sé qué explicación darle a eso.

—¿Todo bien? —pregunta al salir, noto que lleva puesta ropa cómoda, parecida a la que me ha prestado.

Quiero decirle que no, que nada está bien, que mi cabeza está llena de preguntas sin respuestas, que me siento mal por todo lo que pasó con Daryl, pero también quiero decirle que me muero por besarlo y que quiero perder la conciencia en el intento, que no me importaría si después de esta noche todo termina porque él lo que quiere es una extraña relación que no va conmigo... Detengo el hilo de mis pensamientos antes de que termine aceptando que me gusta tanto que sería capaz de olvidar mi sentido común, mi cabeza es un desastre, no debí venir.

—Es sólo que... no sé si fue la mejor decisión quedarme aquí —contesto mientras me siento en la cama.

No responde y yo comienzo a ponerme nerviosa. Varios mechones de cabello rubio se deslizan por su frente cuando ladea la cabeza y se sienta sobre el edredón, frente a mí. De repente, sus dedos están sobre mi mentón y alza mi barbilla para que lo vea a los ojos.

—Puedes estar tranquila, no pasará nada que no quieras que suceda —dice observándome con atención.

—Es que pensé que tú...

—Shhh... no pienses, Delia. —Toma mi mano lastimada y la acaricia—. Sé que hoy ha sido un día de mierda, sólo trata de descansar.

Asiento, resignada, nada bueno puede salir de esta locura, luego hace que me acueste y me arropa con la sabana. Camina hasta el armario y saca una cobija, ha dicho que dormirá en el mueble, su comportamiento me tiene desconcertada, esta faceta amable y cariñosa me ha dejado sin palabras. Él coloca la mano en el pomo de la puerta, una parte de mi corazón se derrite y lo detengo.

La receta ganadora ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora