Delia Dávila tiene una meta, ganar el concurso Star Chef; pero el destino se encargará de poner en su camino al peor contrincante. Collin Tanner parece haber nacido con el don innato para la cocina, él tiene un solo objetivo, no dejar que nada se in...
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Katy Perry - The one that got away
🍫 COLLIN 🍫
Tres semanas después todo marcha bien, nada parece haberse alterado desde que Delia vive conmigo, sus estudios, la academia, mi trabajo, nuestra convivencia ha estado llena de risas y peleas absurdas, lo normal, todo sigue como siempre. Estamos viviendo días de tranquilidad luego de aquella noche en que nos hicimos promesas de estabilidad, hemos estado más confiados y relajados, creo que también ayudó mucho que ella hablara por video llamada con su cuñada, Delia estaba tan asustada que las manos le temblaban, pero a medida que esa mujer le decía cosas alentadoras, se calmaba.
Su hermano Diego aún no lo sabe y no estoy seguro de que eso sea la mejor opción para mí, ella decidió contarle cuando ya estemos en Venezuela, no hay otra alternativa, así lo decidió y yo tendré que aprender a lidiar con su familia, sólo espero que no hagan preguntas como, por ejemplo, ¿cuándo se casan?, porque en ningún momento hemos hablado de eso, como tampoco le he hablado de la visita que me hizo Judy el jueves en el restaurante. Quiero dejarlo estar, Delia sabe que no le doy importancia a esa mujer, lo que sí me hizo hervir la sangre fueron sus amenazas; quiero pensar que no sería capaz de hacer ninguna estupidez...
Tras cambiar mi ropa por el traje de chef, me puse manos a la obra. El restaurante estaba lleno de gente y papá y yo trabajamos sin descanso. Tras despachar el último platillo me tomé diez minutos libres para descansar, pero el descanso duró poco porque Max entró a la cocina.
—Collin, preguntan por ti.
—¿Quién?
—Creo haberla visto antes, una pelinegra estirada y con cara de haberse tragado un palo de escoba, le dije que estás ocupado, pero es bastante insistente.
Le pedí que me la señalara a través de la ventana redonda que tiene la puerta de la cocina, vi su perfil y resoplé.
—¡Mierda! ¿Qué hace aquí?
Me aparté de la ventana y advertí que mi padre hacía una mueca de desaprobación, Max puso la misma y entendí el porqué, pensaron que yo seguía en mis andanzas. Delia asiste con frecuencia al restaurante a practicar lo que más se le dificulta: recetas de postres. Desde que se enteraron del embarazo, ella se ha convertido en la consentida del Tadyer, en poco tiempo han aprendido a quererla mucho y que otra mujer estuviera buscándome no les agradó para nada.
—No pongan esas caras, ¿de acuerdo?, sé lo que debo hacer —expliqué.
—Si hay opción de correrla, avísame, necesito descargar la molestia que siento con alguien —comentó Frank.
—Tranquilízate, fiera, que ya mismo me ocupo yo. Y papá, esa pizza no estaba quemada, ese cliente estaba loco.
Acto seguido me quité el uniforme y salí, ignorando la risa de Max porque mi padre murmuraba resignado. Caminé con decisión hasta Judy, que estaba parada cerca de la barra, me aclaré la garganta y ella se giró.
