Dieciocho

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🍫   COLLIN   🍫

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🍫   COLLIN   🍫

Hay muchas hormigas caminando por mi brazo, suben y bajan, algunas pican muy duro, entonces se me hace imposible seguir dormido y abro los ojos, lo primero que siento es mi rostro enterrado en una suave almohada. Lo segundo que noto es que traigo puesta la misma ropa de ayer y que las hormigas son pequeños calambres pinchando y torturando mi brazo porque Delia está dormida sobre él. Con cuidado de no despertarla, me libero, me siento en la cama, recordando todo lo sucedido hace unas horas.

Delia. La paella. Mi estómago. Ya no me duele, pero me siento cansado, con hambre y enfadado, porque no podemos permanecer por mucho tiempo aquí, ya que mi papá y los empleados llegarán en cualquier momento. Miro a mi enfermera particular y sonrío, será difícil olvidar ésta primera cita. Intento taparla lo más que puedo con la sabana y beso su frente, haré café y luego la despertaré.

Cada vez hace más frío, a medida que en noviembre se asienta el invierno las noches son más oscuras y heladas, las calles pronto estarán abarrotadas de adornos navideños y de gente haciendo compras.

Recuerdo que anoche se terminó el café, así que me acerco hasta uno de los estantes y tomo uno de la reserva, pero mis ojos se detienen en un papel, la caligrafía es extraña, las mayúsculas están adornadas y el punto de las «i» no son puntos, sino círculos gigantes; me dirijo a la cocina, leyendo y sonriendo estúpidamente. 

«No-novio bipolar» Frunzo el ceño y ruedo los ojos

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«No-novio bipolar» Frunzo el ceño y ruedo los ojos. Puntos para mí por buscarla en la moto. Sonrío con suficiencia, pero al leer lo de las palomas suelto una sonora carcajada. Más puntos para mí por el casco. Los puntos seis y siete sí me ponen pensativo y nervioso... Leo la última línea: «Y así, señores y señoras, tendrán un día perfecto».

Dejo escapar un pesado suspiro porque en las últimas horas pasaron muchas cosas, fue más que perfecto, adoro sus locuras y su sonrisa, hasta adoro nuestras peleas, pero lo que más me impresionó fue que pude abrirme a ella y contarle lo que me atormenta. Es que con Delia todo es más fácil, hasta que dijo que ojalá gane el concurso, no sé qué pensar sobre eso, ¿por qué quiere que gane si ese también es su sueño?, me incomoda pensar que sea lástima. No, no puede ser eso, Collin, ella dijo que te dará pelea. Miro hacia cualquier punto de la pared, pensando..., y cuando mi cabeza logra atar los cabos sueltos el corazón se me detiene, me comienzo a sentir mal, la vista se me pone borrosa y siento que las náuseas vuelven.

La receta ganadora ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora