La mala de la historia

Capítulo Veinticuatro

Capítulo 24

Después del ameno almuerzo con la familia Velasco, en el cual todos hicieron como si nada hubiese pasado y Mica y Lucas siguieran juntos, ellos subieron a la habitación de él para ponerse hacer el trabajo que les había mandado la profesora de historia. Así que mientras buscaban las respuestas en sus libros, comían helado que Gloria les había alcanzado.

— ¿Amor encontraste la 4? – le preguntó distraído Lucas haciendo referencia a una de las preguntas.

— No – respondió Mica pensativa, ella si se había dado cuenta como él la había llamado, y aunque lo negase, esa simple palabra removió mucho dentro de la rubia.

Después de eso, prosiguieron haciendo la guía sin hablar. No era un silencio incomodo, más bien estaban concentrados en su tarea.

— Mica – la llamó Gloria desde la puerta entrando a la habitación de su hijo. – llamó tu madre, dijeron que van a venir a cenar. – le avisó ella.

— Bueno Gloria, gracias – sonrió amable – si necesitas ayuda con la cena podes decirme – se ofreció.

— No hermosa, gracias. Sigan con sus deberes – agregó la madre de Lucas antes de volverse a la cocina.

Cuando la mujer se fue, dejándolos solos nuevamente, Lucas suspiró pesadamente y se giró para enfrentarse a su ex novia.

— Fue por ella – habló de una vez por todas él.

— ¿Qué? – dijo ella sin comprender a que se refería el joven.

— Siempre te amé, lo sabes. Nunca deje de hacerlo – reveló Lucas causando una conmoción en su compañera. – Cuando conocí a Francheska, me gustó pero aún así, yo seguía enamorado de vos, seguía y sigo considerando que sos la mujer más hermosa que vi en mi vida.

— No sé a que queres llegar Lucas – lo cortó ella tratando de desvanecer el tema que comenzaba a inquietarla.

— Quiero decirte la verdad. – prosiguió él sin escucharla. – El punto, es que te deje y me fui con Francheska... por pura rebeldía. – Mica se echó a reír a carcajadas, haciendo que Lucas frunciera el ceño enojado.

— ¿Esto es una broma cierto? – indagó ella buscando alguna señal de gracia en el rostro de él, pero nada, hablaba en serio. – ¿Estando enamorado de mi y amándome solo me dejaste para llevarle la contra a tus padres? – le reclamó furiosa Micaela. – Esto es peor que si hubieses dejado de amarme.

— Lo sé, fue la peor tontería que cometí. Estoy muy arrepentido, créeme – se disculpo sinceramente él. – Por querer hacer una rebelión contra mi mamá, rompí lo nuestro y te perdí, debería haber agachado la cabeza y aceptado que mis padres tuvieron la mejor elección.

— Sí, deberías haberlo hecho – concordó molesta la rubia dirigiendo su mirada al libro que yacía en sus manos. – Sigamos con el trabajo, falta muchísimo y quiero adelantarlo más. – dio por finalizado el tema para tristeza de Lucas.