Capítulo Veintitres

605 52 0
                                    

Capítulo 23

— ¿Bruno no vino al instituto hoy no? – sacó tema de conversación Lucas mientras conducía su auto acompañado de su ex novia.

— No, tuvo un viaje familiar – le respondió seca sin darle más detalles.

— ¿Ustedes están saliendo? ¿Oficialmente ya? – le preguntó con cierta incomodidad.

— Podría decirse, todavía no lo llevo a casa, pero cuando regrese seguro lo haga – dijo sin más ella.

— Entonces si van en serio – comentó en voz alta y con pesar él.

— Sí, como lo tuyo con Francheska – retrucó mordaz la rubia para luego darse cuenta que según lo que Matt le había contado ellos habían cortado ayer.

— Lo mío con Francheska no fue serio. Nunca se me ocurrió presentársela a mi familia – se defendió él, y aunque no aclaró que ya no seguían más juntos, Micaela notó que habló en pasado.

— Tu mamá no hubiese permitido que le presentaras otra chica – lo desafió ella. – Menos alguien como esa – agregó casi con asco – sin clase.

— Micaela – la reprendió Lucas. – No la presenté porque yo no quería, me importa un bledo lo que mi mamá quiere.

— Obviamente que no te interesa en lo más mínimo – concordó Mica. Si tuviese en cuenta a Gloria, nunca hubiese terminado con ella.

— Lo siento, ¿okey? Ya tuve mi merecido – se intentó disculpar el morocho.

— ¿Tu merecido? – Mica no comprendía que su ex estaba pidiéndole disculpas por haberla dejado.

— Sí, mi merecido. Mi novia me fue infiel, mi mejor amigo se olvido de mí y el amor de mi vida cayó en brazos de mi enemigo. – expresó frustrado mientras estacionaba su auto ya que habían llegado a su casa.

— Matt no se olvidó de vos – rodó los ojos la rubia y Lucas se echo a reír.

— Bien – aceptó – Matías no se olvidó de mí pero todo el resto es cierto – Mica lo miró de reojo y se rió.

— Vas a estar bien – determinó ella antes de bajarse del auto y caminar con firmeza hacia dentro de la casa de su ex. Lucas la vio caminar y luego de unos segundos la siguió.

Gloria sonrió sorprendida y feliz al ver entrar a Micaela en su casa.

— Divina, ¿cómo estás? – saludó a su ex nuera.

— Bien Gloria, ¿vos? – respondió cordial la joven. – Espero que no te moleste que Lucas me haya invitado almorzar con ustedes es que luego tenemos que hacer un trabajo para historia.

— Sabes que adoro la idea – sentenció satisfecha la mamá de Lucas guiñándole un ojo a su hijo que junto había entrado por la puerta y llevando del brazo a Micaela hacia el comedor.

La mala de la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora