Revenge II: Las reglas de lo infinitamente infinito.

Resaca

Me muevo un poco en la cama. »Mierda me duele el culo—es lo primero que se me ocurre. Luego abro los ojos y la débil luz que se filtra por las cortinas me destruye los ojos. »hoy Daniel se saldrá con la suya,estarán cerradas mas rato.—sonrió y me vuelvo para buscarlo en su lado de la cama. No esta. De un movimiento demasiado brusco me siento y mi cabeza esta a punto de estallar.

Y empiezo a recordar, bueno a intentarlo. Después de que saliera de casa de Victoria no hay nada. »mierda,salí por el asunto de Daniel.

Y entonces recuerdo la llamada, ir hasta dicha casa,ver a Daniel y Conrad salir de la misma,la borrachera, mi milagrosa llegada a salvo...—eso explica el moretón—pienso con amargura—el beso con Jack, mierda el beso—me doy una palmada en la frente ¿como pude ser tan estúpida?.

Muy a pesar de lo que pide mi cuerpo en general me levanto de la cama, me recojo el cabello y me quito la ropa de ayer y tomo una camisa de Daniel que esta en el suelo para luego salir a buscar a Daniel. Lo encuentro en la cocina leyendo una revista y tomando café.

Casi podría decir que me relajo al verlo pero la mirada que me lanza me lo impide.

—"Una boda de la realeza, una vez mas"
" La señorita Emily Rebecca Thorne ha sido considerada como la mas nueva y mas rica socialité de los Hamptons desde su llegada un año atrás. Su fortuna a sus veintitrés años de edad es comparable con la de nuestra Reina Victoria Grayson. Pero nuestra hermosa rubia no siempre tuvo un cuento de hadas. Después de todo,perder a sus padres a los trece años de edad no se puede considerar como tal.
Mientras Daniel Edward Grayson es el típico niño rico al que le gusta contradecir a mami y papi, tras su romance con una camarera de un hotel en Portsmouth su gusto ha mejorado indiscutiblemente. Pero esta no es la primera vez que esta pareja celebra compromiso. Ya que nuestra pareja es temperamental y...

—para ya.—digo sabiendo que ese artículo aunque lleva escondido todo un chisme y conjeturas no tan erróneas es lo mas hipócrita y lo último que quiero escuchar en este momento.

—¿te molesta que lea lo que la prensa cree? No sale tu escapada de ayer.—dice  molesto y apenas mirándome.

—¿tienes una idea de porqué fue?—pregunto sin pensar demasiado las cosas.

—¡NO! Y tampoco quiero saberlo.—soy yo quien debería estar molesta sin embargo es él quien me grita pero me siento indiferente y con ganas de pelea.

—¡Pues,no. ¿te digo porque no quieres saberlo?... Tu madre me dio la dirección de la dichosa casa en las afueras de los Hamptons!—exclamo sirviendo una taza de café pero aunque he alzado la voz un poco, no he gritado, hoy extrañamente no me interesa nada.

—Em, yo... No paso nada, mi padre me quería mostrar pero me negué,te amo. —me explica con tono calmado.

—no sé si podré con esto.—digo rendida y me voy a la habitación.

—hey ,es normal que estés nerviosa,yo también lo estoy. He pensado que quizá deberíamos esperar un poco mas, solo un par de semanas,para organizar todo con mas tiempo. O podemos huir a las Vegas, casarnos,no anunciarlo y esperar dos semanas mas para hacerlo publico. ¿que dices?—ahora esta tratando de enmendar las estupideces que ha hecho; tiempo récord.

Pero por alguna razón,me pareció buena idea, quería mi fiesta de compromiso,quería que esta vez todo fuera perfecto pero no quería esperar mas...

—vámonos a las Vegas. —dije sonriendo y me lance a sus brazos y el río. Pero aun así yo no sentía la euforia de lo que estaba por hacer, me sentía como si me hubieran dicho que iríamos a una excursión a la montaña.

—¿es enserio?—preguntó el desconcertado por lo que había dicho pero me parecía bien. Casarnos antes de lo previsto,una boda de la que nadie se enterara, en un par de meses la boda publica con toda la parafernalia necesaria. Si,me gustaba la idea.

—claro que si. Tu madre tendrá un poco mas de tiempo para planear la fiesta de compromiso, tu hermana mas para la recepción y la ceremonia y tu y yo no tendremos que esperar mas. —dije y le puse los brazos al rededor del cuello. Luego salimos de la habitación para desayunar, pero estaba muy emocionada y no me concentraba en nada.

—¿un viaje rápido?—pregunté cuando termine mi comida y ya estaba a unos metros de distancia de Daniel.

—Un viaje rápido. —repitió el acercándose con otra taza de café.—supongo que lo necesitas ¿como esta tu cabeza?—preguntó.

—Gracias.—tome la taza y le di un sorbo — Esta bien,supongo. —sonrei-sin ganas de repetir la noche anterior.

Él también río y entré de nuevo en la habitación para escoger el vestido con el que me casaría en unas horas.