Capítulo 3 : Los Bennet.

3.4K 215 5
                                    

Capítulo 3 : Los Bennet.

El médico me dio el alta después de comprobar varias veces mi salud. Mi madre me contó varias cosas sobre mi vida pero todavía no había acudido ningún recuerdo a mi cabeza. Memoricé todo : me llamaba Aila Bennet; tenía diecisiete años; mi cumpleaños era el tres de febrero; mi color favorito era el azul; tenía tres hermanos mayores y uno menor que se llamaban Brandon, Caleb, Cameron y Mark; vivía en Londres; iba al colegio privado Westminster School y por lo general tenía muy buenas notas. Había olvidado cosas pero mi madre me dijo que ya las recordaría o las aprendería poco a poco. Viajar en avión me pareció algo nuevo aunque para llegar hasta Suecia antes de perder la memoria tenía que haberlo cogido, ¿verdad? No existía una forma más rápida.


Llegamos a nuestra casa que estaba en 150 Shaftesbury Ave y me quedé asombrada al instante en que la vi, era blanca y básicamente me parecía muy grande para que yo viviera con mi familia allí.

Miré a mi madre y ella se encogió de hombros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miré a mi madre y ella se encogió de hombros. Parecía la casa de unos billonarios, era preciosa y cuando entré comprobé que era más que enorme, parecía la casa de cuento que cualquier chica querría aunque a mí se me antojaba extraña, se suponía que había vivido ahí toda mi vida pero no me transmitía nada de recuerdos. Quizás había olvidado todo lo relacionado con la casa, seguro que lo recordaría más adelante, o eso esperaba. Nada más entrar en el salón, los gritos de unos chicos llenaron el ambiente y parecía que estaban jugando a la XBOX ya que se tiraban unos sobre los otros para conseguir disparar. Por alguna extraña razón supe que estaban jugando al Call Of Duty, seguro me sonaba de haberlos visto jugar más.

- ¡Chicos! - los llamó mi madre haciendo que todos se levantaran y se acercaran hasta donde nosotros estábamos. El primero que se acercó a mí fue el más pequeño que si no recordaba mal se llamaba Mark y tenía ocho años. Sus brazos abrazaron mis piernas y, siguiendo un instinto, me agaché y lo abracé haciendo que él sonriera -. Mark, cariño, ya sabes lo que te dije por teléfono.

Él asintió y se alejó pero su cara ya no estaba tan feliz como cuando había aceptado su abrazo. Agarré su mano y lo cogí en brazos, parecía que mi antigua yo no lo hacía mucho y por eso le había alegrado tanto el hecho de que ahora lo hiciera.

- Está bien - dije mirándola. Ella asintió y la sonrisa de Mark fue más amplia y bonita que antes. Los tres chicos que estaban frente a nosotros me miraron confundidos por lo que había hecho pero yo me encogí de hombros - Hola, supongo que sois Cameron, Brandon y Caleb.

- Yo soy Cameron - dijo un chico de pelo rubio y ojos castaños que se acercó y me revolvió el pelo con cariño haciéndome reír -. Soy un año mayor que tú. Él es Caleb - dijo haciendo que otro chico se acercara. Su pelo era pelirrojo y sus ojos azules, sus mejillas estaban llenas de pecas y parecía un chico bastante agradable ya que me abrazó -. Tiene dos años que tú y...es mudo.

Asentí, mi madre me había dicho algo acerca de eso, recordaba que lo había comentado pero no había sabido asociarlo a ninguno de los tres. El último era Brandon que me abrazó con fuerza y casi pude sentir su alegría cuando acarició mi cabello.

- Te he echado de menos aunque ahora tú no puedas decir lo mismo, Aila - susurró haciendo que yo fuera la única que lo pudiera oír.

Se separó y actuó como si fuera indiferente. Entonces recordé que mi madre me había hablado de Brandon, él había sido el que peor lo había pasado con la muerte de nuestro padre. Era el mayor aunque era de la misma edad que Caleb pero había nacido cinco meses antes, solo les separaban esos meses pero aún así le considerábamos el mayor, por lo que me había contado mi madre en el avión.

- Seguro que estás cansada - dijo Mark tirando de mi mano para llamar mi atención -. ¿Quieres que te enseñe tu habitación, hermanita?

- Me encantaría, Mark - le sonreí haciendo que él empezara a andar hacia las escaleras.

Subimos y me condujo a través de un pasillo hasta que llegamos al final y nos paramos enfrente de una puerta blanca.

- Aquí te dejo, hermanita, cuando sea la hora de cenar te avisaré.

- Gracias, Mar...hermanito.

Él se fue corriendo y me dejó sola para abrir la puerta y encontrarme con una preciosa y grande habitación. Era azul y blanca aunque las paredes estaban decoradas con dibujos que representaban ramas, ventanas, flores, lámparas, parecía un dibujo realista que te hacía ver una habitación dentro de otra, era asombroso.

En un lado estaba la cama que tenía las sábanas blancas y el edredón azul y una lámparilla que bajaba desde el techo hasta quedarse suspendida por encima de una mesilla de noche que habían en el lado derecho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En un lado estaba la cama que tenía las sábanas blancas y el edredón azul y una lámparilla que bajaba desde el techo hasta quedarse suspendida por encima de una mesilla de noche que habían en el lado derecho. Me tumbé y cerré los ojos, realmente estaba cansada de forzar a mi mente tratando de recordar a mi madre, mis hermanos, mi ciudad...mi vida en general. Me encogí abrazando mis piernas y así fue como me quedé dormida.







Sentí como alguien me llamaba.

Me giré y vi a un chico con el pelo castaño claro y los ojos azules que se acercaba a mí corriendo. Sus brazos me rodearon refugiándome del mundo y sentí como su cabeza encajaba justo para que él apoyara su mentón en la parte superior de la mía. Me sentí segura, sentía que lo conocía desde hacía mucho tiempo y que era una persona importante en mi vida pero no supe quién era.

Se lo iba a preguntar cuando él desapareció de repente dejándome en medio de la oscuridad, sola, buscándole. Corrí sin saber a donde me dirigía hasta que sentí como alguien me zarandeaba hasta que abrí mis ojos.



- Aila - me llamó Mark.

Lo miré confusa por el sueño que acababa de tener pero disimulé una sonrisa, parecía que había gritado y había asustado a mi hermano así que intenté tranquilizarle alborotándole el pelo como había hecho Cameron conmigo.

- ¿Vamos a cenar? - dijo sentándose en mi cama.

- Claro, Mark.

Me bajé de la cama y sentí como él rodeaba mi mano con la suya para tirar de mí hacia la cocina donde todos estaban charlando animadamente. Me senté al lado de Caleb y le hablé en la lengua de signos somprendiéndome de saber cómo.

Seguro que lo recordaba de mi vida antes de la amnesia. Seguro que era eso.

En Mi Otra Vida [SL3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora