Capítulo 10 : Bipolar.

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Capítulo 10 : Bipolar

La clase de educación fue incómoda ya que tuve que estar cerca del chico sintiéndome extraña, era como si lo conociera de algo pero no sabía de donde exactamente. Intenté no acercarme demasiado a él y casi sonreí cuando el timbre sonó marcando el final de la clase. Me fui antes de que él dijera algo más que me hiciera ver otra serie de imágenes confusas en mi cabeza y volví a entrar en el vestuario de los chicos para coger mis cosas e irme rápido sin que me vieran. Entré en el de las chicas y me cambié para después mirar el uniforme con la R bordada. Tumbled no había estado en clase y tenía el sentimiento de que había sido por no tener chándal ya que me había dejado el que tenía seco.

Me sentía culpable, él había faltado a clase por mí, había sido mi culpa que acabáramos mojados y que el entrenador ahora estuviera buscando a Tumbled. Salí del vestuario sola ya que Lidia se había tenido que ir antes por problemas familiares. Como no tenía las dos últimas clases no podía irme a casa con mis hermanos y no quería llamar al chófer así que empecé a andar en dirección a casa mientras me ponía los cascos y escuchaba la voz de Emmelie de Forest cantar Only Teardrops. Miré a los niños que acababan de salir de los colegios y sonreí cuando dos hermanos estaban agarrados de la mano mientras corrían para alcanzar a su madre.

De repente sentí como alguien tiraba de mi brazo dándome la vuelta. Miré a Tumbled sorprendida pero él se limitó a atraerme hacia él y besarme en los labios para después levantarme en sus brazos. Me quedé paralizada y solo pude posar las manos sobre sus hombros y mirar como él tenía una expresión indescifrable, algo había pasado pero no había manera de adivinar qué. Sus brazos me bajaron para después abrazarme con fuerza como si estuviera atormentado y necesitara que alguien estuviera a su lado.

Estaba actuando raro, no parecía de los que necesitaban abrazar a alguien pero me alegraba estar allí para él, se lo debía después de haberme salvado en educación física

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Estaba actuando raro, no parecía de los que necesitaban abrazar a alguien pero me alegraba estar allí para él, se lo debía después de haberme salvado en educación física. Estuvimos así unos minutos hasta que nos separamos y él agarró mi mano para después conducirme hasta su coche que estaba aparcado cerca. Me abrió la puerta y poco después estabámos dirigiéndonos hacia quien sabía donde. Miré como el rostro de Tumbled había cambiado y ahora tenía esa expresión de aburrimiento que siempre ponía cuando la gente estaba a su alrededor.

Era un maldito bipolar.

Miré por la ventana y me quedé callada, no sabía por qué él había empezado a comportarse así cuando hacía unos segundos me había besado y abrazado como si me necesitara. Volví a mirarlo para ver que él también me estaba mirando, nuestros ojos se encontraron y pude ver como él estaba intentando algo.

- ¿A dónde vamos? - pregunté.

No dijo nada pero de todos modos lo adiviné, reconocí la calle donde estaba mi casa así que supuse que iba a llevarme a casa. Por alguna razon me sentí decepcionada de que quisiera librarse de mí con tanta rapidez. Paramos enfrente y salí antes de que me abriera la puerta. Anduve en dirección a la puerta hasta que sentí como me agarraba de la chaqueta evitando que me fuera. Me giré a mirarle y puse una expresión neutra, ni siquiera sabía por qué estaba enfadada.

- Tenemos que quedar todos los viernes para el proyecto de literatura - dije ya que fue lo primero que me vino a la cabeza -. Nos vemos mañana a la salida ya que no tenemos la última clase para hacer la lista de libros.

Quité la mano que agarraba mi ropa y entré en casa sin mirar atrás, tampoco quería que pensara que iba a dejar que me besara cuando él quisiera, los límites existían y él también los tenía que respetar por muy rompe-reglas que fuera. Mi madre no estaba en casa porque llevaba la empresa desde que mi padre había muerto y se quedaba hasta que era la hora de la comida pero ahora, como yo había llegado antes, no la vería hasta que llegara a su hora normal. Fui a mi habitación y tiré las cosas en el suelo para hacer lo mismo con mi cuerpo sobre la cama.

Mi mirada estaba en el techo pero el recuerdo de unos labios sobre mí hizo que me diera palmadas en la frente para que esa imagen desapareciera, pero no lo hizo. Me levanté y decidí salir a correr antes de comer, tendría más apetito y me distraería para no pensar en cosas en las que no tenía que pensar. Me cambié de ropa y me dispuse a salir empezando a correr demasiado rápido ya que la imagen de Tumbled no se iba. Al final acabé más que cansada con ganas de volver a casa pero me encontraba en medio de la nada ya que ni siquiera me había fijado en el camino.

El ruido de un coche me alertó y, cuando me giré, este paró y el dueño bajó la ventanilla para hacer que lo reconociera. Era el chico de eduación física, el que me había llamado Aina y hacía que me vinieran cosas no conocidas a la cabeza.

- ¿Te llevo a alguna parte? - preguntó amable pero pasé de largo, continué andando sin querer hablar con él. Tenía una extraña sensación cada vez que él estaba cerca -. Espera - gritó bajándose del coche y llegando hasta mí.

Su mano agarró la mía y fue entonces cuando dejé de estar en el presente.

❇❇❇

- ¿Sabes?

Me giré y lo miré, seguramente Åke estaba a punto de decir algo estúpido, era muy normal en él intentar que nos riéramos a todas horas. Era una de las cosas que más me gustaban de él, la facilidad que tenía para que la gente se olvidara de todo.

- No, no sé - bromeé hasta que sentí como sus manos me levantaban dejándome por encima de su cabeza.

Su risa me contagió y al final nuestras carcajadas eran lo único que se escuchaba en la playa en la que estábamos. Sus ojos no dejaron de estar conectados con los míos y casi pude volver a notar como mi corazón se llenaba de esos sentimientos que había intentado olvidar.

Åke siempre sería mi primer amor.

Y el primer amor nunca se olvida.

En Mi Otra Vida [SL3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora