En Mi Otra Vida [SL3]

Capítulo 15 : No soy ella.

Capítulo 15 : No soy ella.

Las cosas se complicaron.

Si con esa frase pudiera describir todo lo que estaba pasando, las cosas serían más fáciles. Al empezar a vivir la vida que había olvidado pensé que sería de lo más ordinaria, pensé que sería la típica chica normal pues me sentía así pero la realidad me había dado en la cara.

No solo estaba el hecho de que solo conocía lo que se había presentado para mí nada más despertar sino que no recordaba nada de mi vida anterior que tenía que recordar, se suponía que tenía Amnesia Pasajera, debería volver a recordar.

Pero empecé a recordar cuando menos me lo esperaba, me venían imágenes de mi pasado sin que yo me diera cuenta y muchas veces incluso me desmayaba. Mi madre se estaba empezando a preocupar al igual que mis hermanos. Tobias seguía a mi lado y me daba la sensación de que tenía miedo de recordar por él, ¿y si la verdadera "yo" no le gustaba? ¿y si todo acababa por recordar?

Lo que más me preocupó fue el hecho de que no me sonaba ninguna calle de Londres, ningún rincón de mi barrio, ni siquiera recordaba la imagen de mi habitación. En cambio recordaba calles en un idioma que, por lo que había visto por Internet, parecía Sueco. También la imagen de unos niños corriendo a mi alrededor y una señora trayéndome la merienda mientras estudiaba o ayudándome con lo que no entendía.

No sabía quien era hasta que, mientras buscaba una noticia de Suecia por curiosidad – y también por si descubría algo -, encontré una imagen de mí misma y otra en la que aparecía un puente. Según el reportero, Aina Larsson se había suicidado tirándose desde el puente que mostraba la fotografía tras haber estado recibiendo acoso escolar por más de dos años.

Aina. No Aila. Aina Larsson. No Aila Bennet.

Entonces, ¿quién era Aila y por qué se parecía tanto a mí? ¿Por qué yo había acabado en lugar de Aila si en verdad era Aina? ¿Dónde estaba la verdadera Aila? 

Empecé a sentirme agobiada, ¿ahora que debía hacer? 

Lo correcto era decirle a todo el mundo quien era en verdad pero me sentía angustiada por lo que pasaría después de mi confesión. No quería que los seres queridos de Aila salieran heridos, no quería que por mi culpa la gente fuera desdichada o tuvieran un mal concepto de la verdadera "Aila".

Me iría, buscaría a Aila y la traería de vuelta a casa, quizás ella no había podido volver por mí, quizás yo le había prohibido sin saberlo volver a ver a su familia y amigos.

Me sentía tan confundida y perdida, ¿sino era "Aila", cómo era Aina? ¿Se parecería a lo que era o sería distinta? Quería descubrir quién era y quedándome como alguien que no era no parecía ser la solución. Pero, si me iba, tendría que separarme de todos a los que conocía.

Tendría que dejar a Tobias, tendría que hacerme la indiferente ante sus sentimientos cuando era perfectamente cosciente de que lo amaba, había empezado a amarlo antes de darme cuenta. Lo quería y, por eso mismo, tenía que desaparecer. Tenía que dejar de ser quien no era.

Me mordía las uñas cuando oí el ruido de una moto. 

Sabía que era él, podía sentir mi corazón latiendo rápido y el atrayente olor de su colonia invadiendo el ambiente al tiempo que se acercaba. Sus brazos me rodearon y dejé que me abrazara cerrando los ojos, aquella vez sería la última en la que lo sintiera cerca de mí. 

Me giré y, sin esperar un segundo, besé sus labios con delizadeza como despedida. Sabía lo que tenía que hacer, pero por ser cobarde estaba atrasando el momento. 

-  Terminemos - dije separándome de él con la mirada baja sin querer que sus ojos leyeran mis verdaderos sentimientos -. No quiero que esto se alarge más. Me...Me...Me he cansado de ti, Rönngren. 

Y empecé a alejarme de él mientras cada paso se clavaba en mi alma, sentía como me alejara de él para siempre, cada centímetro quemaba, cada centímetro contaba. Pero, antes de que hubiera andado lo suficiente, sus brazos me rodearon por detrás y su cabeza se apoyó en mi hombro. 

Mi corazón se paró. 

No podía luchar contra mis sentimientos si él estaba tan cerca, si se quedaba así no podía pensar con claridad, hacía que mi mente no pensara en otra que cosa que no fuera besarlo o hacer que siguiera abrazándome. Intenté separarme de él pero sus brazos solo me abrazaron más fuerte mientras mis sentimientos flaqueaban poco a poco.

- No te creo - susurró en mi cuello enviándome una corriente de calor -. No creo nada de lo que estás diciendo ahora. Puedo sentir que mientes.

-  Yo no... - intenté negar pero una de sus manos tapó mi boca impidiéndome hablar, solo podía emitir sonidos. 

-  Simplemente di lo que realmente pasa, solo di eso. 

Quité su mano de mi boca y sentí como su brazo volvía a rodearme de nuevo como si temiera mi huida o algo por el estilo. 

-  No soy ella -  fue lo único que pude susurrar -. No soy Aila Bennet, no soy ella. 

Sus manos se instalaron en mis hombros y me giraron mientras las primeras lágrimas caían por mis mejillas. Sus ojos buscaron los míos y mi miedo se intensificó cuando me di cuenta de que iba a hablar. 

-  Me da igual quien seas - susurró acercando su cara más a la mía -. Te quiero a ti, no a tu nombre. Mientras seas tú no importa como te llames. 

-  Pero no soy...

-  No importa - me cortó besando mis labios. Se quedó cerca, hacía que mis temores se fueran, ahora lo necesitaba cerca para no despertar de ese sueño -. Solo es un nombre. 

-  Aina - dije sin darme cuenta. Sus ojos recorrieron mi rostro hasta que se encontraron otra vez con los míos -. Me llamo Aina Larsson. 

Él sonrió y acunó mi rostro entre sus manos. Yo solo me quedé quieta, parecía un sueño que él me aceptara sin saber quien era. Solo le había dicho mi nombre pero él ni siquiera me lo había pedido, se limitaba a confiar en mí. 

-  Aina -  dijo atrayendo mi atención hacia sus labios -. ¿Sabes? Ambos nos hemos estado ocultando tras un nombre falso, es hora de que empecemos a ser lo que relamente somos.