Capítulo 1 : Te amo.
Nadie lo sabía.
Tampoco era algo que se podía sacar como tema de conversación, era más bien algo con lo que tenías que vivir y lo que a veces te hacía convertirte en lo que eras. No se lo había dicho a nadie, era más bien el secreto que guardaba como si tuviera miedo de que alguien lo descubriera y me mirara con pena o incluso se pusiera en peligro por mi culpa.
En el fondo tampoco sabía a quien decírselo. La señora Anderson ya tenía bastante como para que tuviera que preocuparse por otra cosa más y ningún niño del orfanato tenía la edad como para afrontar mis problemas. Quizás Åke pero no quería tampoco que se preocupara por mí, bastante me había costado que no lo descubriera ya que era la persona con la que pasaba más tiempo y a la que le contaba todo. Åke era mi mejor amigo y sin embargo no podía contárselo para protegerlo, era irónico.
Alguien al que le hacen bullying cada día de la semana se convierte en una persona débil y desconfiada. Yo me convertí en alguien así sin tan siquiera darme cuenta de lo que estaba pasando, al principio pensé que pararían o que se cansarían de hacerme daño pero no pararon, llevaban así meses y cada vez yo me quedaba peor tanto psicológicamente como físicamente. En el fondo quería hacerles frente y hacer que pararan de hacer mi vida imposible pero no podía, simplemente no encontraba las fuerzas suficientes como para que aquello acabara.
Era una cobarde, lo sabía.
- Aina - me giré y vi a Åke que asomaba su cabeza por el hueco de la puerta entreabierta. Su cabello castaño brillaba con los rayos del sol que se colaban por mi ventana y apuntaban a donde estaba él parado. Sus ojos azules me miraban sonrientes y su sonrisa era la más amplia que había visto nunca, algo muy bueno le había pasado -. ¿Puedo entrar?
- Claro - reí viendo como él corría hasta mí y me abrazaba con fuerza. Muchas veces me había alegrado de tener a alguien de mi edad en el orfanato ya que los demás niños eran muy pequeños y, además, Åke era el amigo más perfecto y leal que podías pedir, había sido un gran apoyo desde que lo conocí, con siete años -. ¿Ha pasado algo para que estés tan contento? Creo que se te va a romper la cara como sigas sonriendo así.
- Simplemente me pongo feliz al verte - dijo tirándonos sobre la cama para después hacerme cosquillas -. Creo que estoy más que feliz de que estés a mi lado, Aina, no sé que haría sin ti.
Sonreí, él también significaba eso y mucho más para mí. La señora Anderson apareció por la puerta y nos miró con cariño al vernos reír. Ella había sido como una segunda madre para mí aunque más bien siempre nos había tratado como si fuera nuestra abuela. Todos los niños la querían y Åke y yo mucho más ya que llevábamos con ella más de la mitad de nuestra vida.
- Ya que estás aquí, Åke, te daré las buenas noticias.
- Creo que ahora mismo nada podría hacerme más feliz de lo que estoy - rió mi amigo mirándome.
- Ya verás que sí. He recibido una llamada de una familia muy rica que quiere adoptarte, hijo, es una muy buena noticia para ti.
Miré a Åke y noté como su humor se iba oscureciendo poco a poco. Entonces recordé la promesa : Ninguno de los dos no separaríamos del otro nunca. La verdad era que pensé que nadie nos adoptaría, teníamos diecisiete años y nadie quería a unos hijos tan mayores pero la noticia que acababa de escuchar parecía llevarme la contraria. Me alegraba por Åke aunque me entristecía muchísimo el hecho de separarme de él.
- No lo haré - dijo él de repente atrayendo nuestra atención -. No me iré de aquí.
La señora Anderson me miró sabiendo por qué él estaba actuando así y yo asentí para que nos dejara solos. Ella se fue y yo miré a Åke viendo como él no hacía nada más que mirar al suelo. Agarré su mano haciendo que me mirara a los ojos y pude ver el daño que le hacía separarnos.
- Debes aceptar la oportunidad que te están dando - le dije.
- No pienso dejarte sola, Aina, prometí que no me separaría nunca de ti.
- Te libro de esa promesa, no tienes que sentirte forzado a cumplirla.
- No es eso, Aina - susurró él juntando nuestras frentes -. No sé como decirte lo que siento, no puedo a penas expresarme.
- Sólo dilo, Åke, estoy aquí para escucharte.
Sus ojos se encontraron con los míos y casi al segundo pude sentir como sus manos rodeaban mi cara como tantas veces que casi me había derrumbado delante de él. Mi corazón se movió dentro de mi pecho a la vez que sentía los labios de Åke besar mi frente.
- Te amo, Aina.
Mi cuerpo se quedó quieto mientras sentía como las cosas que había sentido por mi amigo cuando había sido más pequeña aparecían. Al llegar al orfanato me había encantado la atención que Åke me prestaba ya que nunca la había tenido siendo más pequeña. Había caído por las atenciones de un niño de ojos azules que pensaba que era una niña agradable y bonita. Cuando nos habíamos hecho mayores, escondí esos sentimientos en un lugar recóndito de mi corazón sin dejar que salieran en ningún momento.
- No nos hagas esto, Åke - susurré -. Quiero que tengas una familia y que estés feliz, si te quedas aquí nunca te lo perdonaré.
- ¿Estás diciendo que me vaya?
- Sí - dije apartando la mirada de la suya. Sabía que esto le haría daño pero él se merecía estar con una familia y tener las oportunidades que yo no tenía. Me dolía verlo así porque era la persona a la que más quería pero sabía que estaba haciendo lo correcto -. Quiero que te vayas, Åke, ahora.
Él intento agarrar mi mano pero yo me aparté y miré al suelo hasta que oí como él cerraba la puerta de un portazo dejándome sola en mi habitación con lágrimas en los ojos.
Había alejado a la única persona que me entendía.
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En Mi Otra Vida [SL3]
RomanceAina Larsson es una chica huérfana que vive en un orfanato ya que su madre murió y los servicios sociales la dejaron allí. En el orfanato hay más niños que la ven como su heroína y como su hermana mayor de la que piensan que es invencible. Pero hay...