Capítulo 16 : Gemelas.

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Capítulo 16 : Gemelas.

Tobias consiguió toda la información que necesitábamos sobre mi supuesto suicidio. Seguramente la verdadera Aila se había enterado de la noticia y había querido ayudar para encontrarse después en una encrucijada. Debería estar en Suecia, tenía que estar allí pero, la cuestión era dónde. ¿Estaría en algún lugar cerca de mi antiguo ambiente, quizás porque querría saber cómo "era" la persona que se parecía a ella un montón?
¿Quizás no estaba allí?

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La última noche que pasaría con la familia de Aila fue especialmente perfecta. Los chicos prepararon una fiesta ya que era el cumpleaños de mamá pero para mí se sintió también como una fiesta de despedida ya que al día siguiente saldría del país para buscar a Aila. No sabía que pensarían una vez que no me encontraran, quizás mi madre ya se lo esperaba ya que varias veces me pidió que habláramos hasta que lo pudimos hacer después de que los demás se fueran a la cama.

- Lo sé, cariño -  dijo de repente sobresaltándome -. Sé que no eres Aila, me he dado cuenta de ello hace mucho tiempo. Sois parecidas pero distintas a la vez, ¿sabes? Quizás también me di cuenta de que eras otra en el hospital pero quise darte una oportunidad de volver a empezar, parecía que habías intentado morir y pensé que Aila te hubiera ayudado y que también saldría de su escondite pero no lo ha hecho.

La miré confusa, ¿Aila estaba escondida? Pero, si era así, ¿por qué lo hacía?

-  Le diagnosticaron cáncer terminal y nos escondió la verdad durante mucho tiempo hasta que yo lo descubrí. Intenté hablar con ella pero, en cuanto ella supo que conocía su secreto, quiso irse para que no sufriéramos. Ella siempre pensaba antes en los demás que en ella misma, como tú. Ayúdame a encontrarla, por favor, Aina, ayúdame. Aunque ella no es mi hija de sangre la he criado durante todos estos años y es como si yo la hubiera dado a luz, ella es mi todo.

-  Lo haré - dije sin pensar y sentí como ella me abrazaba, en verdad para mí seguiría siendo mi madre, ella siempre había sido tan buena conmigo aún sabiendo que no era Aila que sentía que en verdad ella nos quería a ambas desde lo profundo de su corazón -. Lo haré, mamá.

Ella sonrió mientras las lágrimas caían de sus mejillas y me acarició la mejilla.







No sabía por donde empezar pero se me ocurrió que, si sabía de mi existencia, quizás estaba más cerca de lo que yo pensaba.

Por eso, cuando sentí que alguien me seguía, no sentí miedo. Podía ser ella o no pero de todos modos lo averiguaría. Me giré en el último momento y corrí hacía la figura vestida de negro que se había quedado paralizada al ver mi repentino movimiento. Quité su capucha y casi reí de felicidad, en verdad era ella, había sido demasiado fácil.

-  Aila -  dije -. LLevas siguiéndome desde que llegué a Londres, ¿verdad? -  pregunté mientras ella seguía en estado de shock -. Tienes que volver a casa, tu familia te está esperando.

-  No -  dijo hablando por primera vez -. Ellos ya te tienen a ti, no necesitan a alguien enfermo que se irá dentro de poco. Aina, quédate con ellos, no quiero que el vacío sea muy grande cuando me vaya y tú eres la única que puede rellenarlo un poco.

-  Pero, Aila, yo...

-  Eres mi gemela. Nuestra madre nació al darnos a luz y nuestro padre nos abandonó cuando la perdió por nuestra culpa. Nos quedamos solas hasta que a mí me adoptaron y a ti te dejaron en un orfanato. ¿Sabes? siempre te he estado buscando, sabía de ti pero sabía que tú no me recordarías ya que perdiste tu memoria.

-  Aila...

-  Por favor, quédate después de que me vaya. Hazme ese favor, por favor, Aina, hazlo por mí. Es lo único que quiero, que mi familia no sea muy desdichada.

Ella intentó convencerme pero igualmente me dejó mi tiempo para pensar. No me sentía bien intentando ser otra persona que no era pero ella quería que lo hiciera, quería que nadie sufriera su pérdida. Pero, sabía que mamá quería verla por lo que la conduje hasta un parque cercano por el que ella pasaba al salir de trabajar. Aila parecía impaciente, por alguna razón parecía que se intuía lo que estaba a punto de pasar ya que, cuando apareció mamá, no mostró sorpresa, solo intentó huir pero fue demasiado tarde, ella ya la había retenido entre sus brazos.

Yo me quedé alejada mientras ambas se abrazaban, por fin sentía que había hecho algo bien. Por eso supe que no podía hacerme pasar por Aila, ella se merecía que no la confundieran conmigo, que la recordaran tal y como había sido, no como yo era. A ella le quedaban pocos meses de vida por lo que la convencí de que se quedara con su familia hasta entonces, lo que ella no sabía era que yo me iría mientras ella volvía a ser ella. No volvería a Londres, no quería que nadie descubriera lo que había pasado.

Y era estúpida porque sabía que con ese plan me separaría de todos a los que había conocido. Incluso de Tobias, estar con el era peligroso ya que me podían descubrir y la distancia entre nosotros solo haría que él sufriera. Prefería que pensaba que me había ido y que no podía volver a que viviera esperándome cuando no iba a volver.

Åke sabía todo y, aunque había querido venir conmigo, había logrado que se quedara con su nueva familia ya que parecía muy feliz con ella. No tenía que ser desdichado por mi culpa y, al recordar todo lo que él había hecho por mí a lo largo de nuestra infancia, hizo que tomar aquella decisión de desaparecer de su vida también fuera más fácil.

Después de pensar supe que no podía volver a Suecia, era demasiado peligroso así que la idea de vivir en un país asiático acudió a mi mente. Estaba muy lejos tanto de Inglaterra como de Suecia y nadie me encontraría aunque esperaba que nadie me buscara.

Esperaba que nadie me echara de menos ni que se acordaran de mí pero yo siempre había tenido muy mala suerte a la hora de que mis sueños se cumplieran.

No sabía que había alguien que no se daría por vencido tan fácilmente.

En Mi Otra Vida [SL3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora