*** NARRADO POR DANIEL ***
Después de una hora salimos del hotel, entramos al coche a la vista de algunas personas que nos reconocieron y empezaron a hablar pero ninguno de los dos se incomodo.
– ¿A dónde vamos, amor? – me preguntó mientras dejaba el libro y el ramo de rosas sobre el recibidor del auto.
-Pensé que querías desayunar. – la mire por unos segundos.
-Si pero me refería cuál será el recorrido – me devolvió la mirada con una sonrisa - además podemos ir a ver a Vanessa y así desayunamos los tres ¿dónde está hospedado, Omar?
Quise sonreír en ese momento pero no lo hice – no lo sé – mire las calles – tiene su teléfono apagado.
-Entonces ¿los vamos a ver?
-Antes quiero ir a otro lado, te importaría que retrasáramos el desayuno algunos minutos. – sonrió y no respondió, pero tomo mi mano dejando un tierno beso, la mire con amor y seguí conduciendo, di un par de vueltas más y llegamos a la iglesia, inmediatamente apague el coche y ambos salimos de el.
-Buenas tardes – la voz de un hombre nos hizo voltear - ¿les ayudo en algo?
-Padre Parra – extendí mi mano libre – soy Daniel Mendoza ¿me recuerda?
-Daniel – esbozó una sonrisa – por supuesto, tanto tiempo – se acercó y me dio abrazo gentil que correspondí dejando la mano de Ángeles.
-Es un gusto verlo de nuevo en mejores circunstancias.
-Lo mismo digo – miro a Ángeles – estás muy cambiada, María.
-Un poco – ella se acercó al padre también y se abrazaron - ¿cómo está todo por aquí?
-Sin novedades – se cruzó de brazos – al fin pudieron estar juntos pero ¿qué hacen aquí?
-Mi mama se va a casar – hablo rápidamente obviando los verdaderos detalles – y he venido a ver al afortunado.
-Me enteré de la noticia por la mama de Enrique Anderson, de hecho también me comentó que no se va a casar bajo mi sacramento. – suspiro.
-Si, discúlpela solo que ella aún no acepta mi relación con Daniel – me miro y tomo mi mano de nuevo – gracias por su ayuda.
-No hay nada que agradecer – puso su mano en mi hombro – este chico es bueno, no merecía una condena injusta ¿hace cuánto saliste?
-Recién hace un par de semanas por buena conducta.
-Dios nunca olvida a su hijos, me alegro de verlos juntos aunque me gustaría saber cómo fue su encuentro, hasta cuando supe de ustedes aún seguían separados.
-El destino y Dios nos ayudaron – ella habló – estábamos en la mismo ciudad sin saberlo y un amigo de él fue la clave.
-Padre Parra... – una mujer que yo reconocía muy bien salió del pasillo y al vernos se quedo de pie y una sonrisa se dibujó en su rostro - ¡Erick!
-¡Carmen! – avance hasta ella y le di un abrazo, la mujer lo correspondió de manera afectuosa – es un gusto volver a verte.
-Digo lo mismo – me sonrió – disculpa por llamarte Erick – río por la bajo – sé que te llamas Daniel.
-Discúlpame a mí por irme así y sobretodo por no ponerte al tanto, me lleve un recuerdo grato de ti. – la volvi a abrazar con el mismo afecto.
-También tengo un buen recuerdo de ti – sonrío y me susurró – ya no viene tan seguido las jovencitas a la misa. – ambos reímos.
-Doña Carmen – Angeles se acercó a nosotros – hola.
ESTÁS LEYENDO
ME ENAMORÉ DE TI
Подростковая литератураEl amor y la vida siempre nos ponen en situaciones complicadas que casi nunca entendemos, pero dicen por ahí que el corazón jamás se equivoca, ¿será cierto? En un pequeño pueblo se desatara una historia de amor no convencional entre una pareja que...