Capítulo 13

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-La comida llego. – Daniel apareció en la puerta principal con una caja de pizza tamaño familiar y bebidas gaseosas.

-Pensé que te habías extraviado – bromeo Juan Pablo levantándose del sofá – buscare los vasos.

-¿Todo bien? – Daniel dejó la pizza en la mesa de centro y se puso frente a mi.

-Si – trate de sonreír – Juan Pablo es muy amable – mire la pizza – muero de hambre – mentí para que dejara de mirarme.

-¿Sabes por lo que muero yo? – paso su mano por mi mejilla.

-No lo sé – sonreí mientras tomaba su otra mano.

-Por esto – acaricio mi mejilla y se acercó a mis labios, cerré los ojos y enseguida sentí su nariz sobre la mía después bajo hacia mis labios, los rozó suavemente y yo los abrí un poco de tal manera que nuestros labios se unieron en una perfecta sincronía y empezó a besarme suavemente mientras sostenía más fuerte mi mano – te quiero. – pronunció segundos después, su frente contra la mía.

-También te quiero.

-Aquí están los vasos – apareció Juan Pablo – tengo unas buenas películas, tal vez deberíamos ver algunas.

-Me parece bien – Daniel beso mi frente y camino hacia el reproductor de vídeo – pienso que veamos una que todos disfrutemos, comedia.

-Encantada. – me senté en el sillón grande y tome las gaseosas para servirlas en los vasos.

Daniel se sentó a mi lado y Juan Pablo ocupó el sillón individual del costado, no pude concentrarme en toda la película, las palabras de Juan Pablo hacían eco en mi cabeza, Daniel me tenía abrazada y yo disfrutaba de ese momento, mi cabeza reposaba en su hombro y no podía contener las lagrimas aunque tenía que hacerlo, sabía que no podía aceptar la propuesta de Daniel y que esta noche tendría que ser la despedida y solo eso me hacia sentir tan miserable.

-¿Te ha gustado la película? – Daniel susurro a mi oído e hizo que saliera de mis pensamientos.

-Si – me senté en el sofá dejando su cálida piel – muy cómica.

-Creo que es tarde – Juan Pablo se levantó del sofá y tomo los vasos – mañana tendremos un día cansado, iré a dormir – me miro – pasa buenas noches y siéntete como en tu casa.

-Gracias, también tu pasa buenas noches.

-¿Segura que estás bien? – Daniel se giró en el sofá y quedamos frente a frente.

-Si – baje la mirada - ¿porque la pregunta?

-Porque no te veo igual, estas ausente ¿te dijeron algo en la llamada?

-No, todo está bien – sonreí y lo mire – son imaginaciones tuyas – tome su mano – creo que deberíamos ir a dormir.

-Tienes razón – se levantó del sofá y me tendió su mano – vamos al cuarto – me levante y camine a su lado hasta el pasillo izquierdo donde se encontraba la habitación que estaba ocupando Daniel, la había conocido horas atrás – puedes ocupar una camisa mía para que duermas. – cerró la puerta.

Me senté en la cama con la mirada en la pared, aunque disfrutaba de la compañía de Daniel me sentía incómoda, ya que jamás había estado a solas con un hombre en una habitación ni mucho menos había dormido con uno.

-¿Quieres que me vaya a la sala para que puedas bañarte? – preguntó cómo adivinando mis pensamientos.

-No – sonreí y me levante – no quiero que nos separemos – camine hacia él – solo quiero que sepas que conocerte fue lo mejor que me pasó en la vida.

ME ENAMORÉ DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora