Cinco

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El ojiverde se lanzó a su cama recién hecha, sin importarle si mojaba las sabanas con sus lágrimas.

Extrañaba tanto a su madre, era lo único bueno que tenía, seguido de su pequeña princesa Lilia.

El rizado no se tragaba esa mentira de que du madre había aparecido ahogada de un día para otro, pero no simplemente ahogada, ahogada y con un balazo en la cabeza.

¿Quién querría hacerle tal daño a una omega dulce y risueña como era Anne?

La única respuesta en su cabeza era Des, Des, Des. Su padre nunca le había brindado una pizca de amor a su pobre progenitora, mientras que esta se desvivía por sonreirle a diario y cuidar que los sirvientea jo le hicieran enojar. Siempre tan buena y cariñosa.

El recuerda perfectamente bien la primera vez que su padre metió a la omega rubia al palacio. Tenía apenas diez años y no sabía lo que eso conllevaba, pero de todas formas, Laura no lr gustaba para nada,oues su precencia siempre incluía llantos por parte de su madre, y el común chillido de llamado hacia su alfa. Harry nunca ha podido conprender porqué su oadre había marcado a alguien a quien simplemente no quería.

Cuando no quieres a alguien es mejor alejarlo de ti, alejarlo y dejar que sea feliz con alguien más, alguien que verdaderamente valga la pena. Varias veces se ha planteado en si su padre realmente tiene algún ápice de amor, cariño o simple afecto hacia la rubia mujer, pero siempre terminaba descartandolo, pues la manera en la que su padre la trataba, como un simple trozo de carne, lo hacían dudar completamente. Algunas veces llegaba a compadecerse de la pobre muchacha, pero ella era la culpable de todo lo que le sucedía, ella lo eligió, nadie le dijo que se metiera con un alfa que ya tenía omega, y marcada, nadie le puso una pistola en la cabeza obligándole a ser una cazafortunas, nadie.

Se aferró a la almohada azul cielo, mientras soltaba un pequeño sollozo lastimero.

Esto le tranquilizó un poco, el recordar al dulce omega Louis, más dulce que cualquier pastel que haya probado jamás, porque era un color bastante parecido al de los ojitos del dulce omega pequeño de preciosa sonrisa.

Entonces sonrió en medio del llanto, recordando las pequeñas manitas saliendo de las mangas del suéter purpura, demasiado largas para sus cortos brazos.

— ¿Hazz? — Lilia preguntó, aún con su vestido rosa pastel y la trenza un poco deshecha.

Harry miró a la niña por encima del suave cojín, suave como el hermoso omega pastelero.

— ¿Qué sucede, Li? — Se incorporó limpiando sus lágrimas e intentando ocultarlas de aquellos ojos azules que lo observaban con angustia.

No le agradaba nada el hecho de que Lilia lo observara llorar, porque la pequeña siempre había sido muy unida a su hermano mayor, siempre habían tenido esa conexión, se pasaban las emociones. Cuando Harry estaba triste, Lilia estaba triste también, y viceversa.

— ¿Estás llorando? ¡No llores!

Saltó al cuerpo del alfa, abrazando todo lo que podía de la ancha espalda y recostó su cabecita sobre el hombro del ojiverde.

— No me gusta que llores, Hazz — La niña susurró en el oído de su hermano — Me pone triste a mi también, y no me gusta estar triste.

Harry soltó un sollozo triste, estaba triste porque no quería a su hermana llorando junto a el, eso sería demasiado. Intentó dejar de llorar, pero simplemente no podía, necesitaba a su mamá junto a el, la necesitaba mucho.

— ¿Porqué lloras, Eddie?

Hizo un pequeño puchero, haciéndole recordar a Louis y su inocencia.

— Extraño a mamá, eso es todo — Limpió sus ojos con el dorso de su mano, no consiguiendolo completamente.

— Yo también la extraño a veces, pero no me gusta llorat, solo los bebés lloran ¿Tu eres un bebé?

— Claro que no — Parecía un cachorro regañado, completamente adorable.

— Además mo creo que a tu omega le guste verte llorar

Lilia sonrió con los ojos aguados, el alfa sabía que eataba aguantando las ganas de llorar, por el.

— Yo no tengo omega

— ¿Louis es beta? — Frunció el entrecjo de manera juguetona, haciendo reír entre lágrimas a su enorme hermano

— Louis no es mi omega

— Pero quieres que lo sea

— Li — Susurró — Te amo, amor, te amo mucho

— Te amo más, Eddie — Volvió a abrazarlo, mientras recostaba su oído contra el pecho de su hermano mayor, sin poder creer lo mucho que lo quería.

Harru estiró los labios, esperando que su hermana le devolviera el pequeño e inocente pico. Lo hizo, estirando los suyos también.

Era un pequeño beso inocente de hermanos, que simplemente demostraba cariño y soporte, apoyo, y Harry lo apreciaba con todo su corazón, porque su hermana a pesar de ser tan pequeña comprendía perfectamente bien cada uno de los problemas que este tenía.

Blue eyes (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora