Doce

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Cuando Harry se fue, Louis lo despidió con todo el pesar del mundo acumulado en su voz, le besó los labios con las mejillas sonrojadas y le cerró la puerta en la cara. Culpa de la vergüenza. Harry solo rió y negó con la cabeza.

Sabía que debería sentirse terriblemente ofendido porque un omega estuviera cerrandole la puerta en las narices, pero no era así, porque ese omega era Louis, y en lugar de apestar a alfa enojado, comenzaba a oler a felicidad con una mezcla del dulce aroma de su omega.

Louis, por su parte, se dirigió a la cocina a beber un agua, donde su madre lo esperaba mirándolo con extrañeza. Sin embargo, la mujer no dijo nada, y Louis solo se dedicó a mirarla con una pequeña sonrisa pintada en los labios.

Louis salió y caminó hacia la pastelería de nuevo, donde su hermana atendía un par de omegas con olor a flores y chocolates. Louis les sonrió amablemente, esperando a que Felicite terminara de cobrarles sus pasteles.

Sentía la felicidad de ser un omega cortejado por primera vez. Se sentía maravilloso, y podía oler aún el aroma de su alfa impregnado en sus ropas. Nunca antes había sido cortejado, pues era un omega hombre, y los omegas hombres son una "abominación" aunque, según su madre, hay gustos para todo, y seguramente habría un alfa guapo que estuviera dispuesto a cortejarlo.

Por fin lo había, y el omega de Louis chillaba de emoción ante la simple idea de ello, pero era imposible no hacerlo, pues los y las omegas han sido "entrenados", por así decirlo, toda su vida para complacer, tranquilizar y aprender a llevar su vida junto a un Alfa, cosa que es, claramente injusta, pues un alfa no es "entrenado" para aprender a tratar a un omega, ellos solo siguen sus instintos y son los machos de la relación.

Recuerda perfectamente bien la manera brusca y torpe en la que su hermana, Lottie, había sido arrancada de su lado.

Ella tenía apenas catorce años y medio, su segundo celo había llegado, e iba de camino de vuelta a casa. Al ser una omega nueva, inexperta, en celo y completamente vulnerable, un alfa cuarentón se había aprovechado de ella y la había marcado en el acto sexual. Aún recuerda las lágrimas quemando en la cara pálida de su hermana, su hermanita, su bebé. El asqueroso hombre había usado la voz alfa en su madre para lograr llevarse a su Charlotte, y al ser una omega, lo único que pudo hacer fue tirarse sobre sus rodillas en el piso y chillar llamando a un alfa inexistente, un alfa que se había atrevido a romper su lazo para marcar una nueva omega, ese hombre, ese alfa que no merece ni el más mínimo respeto que recibe, ese que había dejado a su familia en la banca rota, y a su omega, a su compañera de vida, a su "alma gemela", a la mitad de su corazón tirada junto a sus tres hijos, siendo ellos apenas unos niños.

Recuerda la última vez que vio a Charlotte, sus ojos azules pidiendole perdón con la mirada, y el perdonando, perdonando todo, porque ella no tenía la culpa de nada, ella tenía tan solo catorce años, era pequeña y el único pecado que había cometido era haber nacido omega. El tipo se la había llevado a rastras, y el no pudo hacer nada más que llorar.

Podían someterla a la carísima operación que rompía el famosísimo lazo, cosa que solo se permitía en casos extremos, como violaciones o marcas no consentidas. Lastimosamente, los omegas Tomlinson no contaban con el dinero suficiente, y aquel alfa estaba pisandoles los talones con respecto a Lottie.

¿Qué podían hacer? Eran omegas, pequeños e indefensos, necesitando siempre a ese alfa modelo sobreprotector del que tanto hablan en las historias infantiles, necesitando, añorando y sintiendo una terrible comezón insoportable en sus cuellos limpios por tener una marca, dientes hundidos en sus pieles.

Sentía impotencia al saber que el pudo haber hecho algo, tal vez llamar al CDSO (centro de defensa y seguridad de omegas), o quizá pudo haberlo enfrentado por si mismo. Descartó la idea al instante. ¿A quién quería engañar? El era un omega, de esos con los que trapean el piso y los alfas les gritan y escupen en la cara. Estaba hecho para eso.

Blue eyes (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora