Harry corrió a la omega con un simple gesto con la cabeza, que ella entendió casi al instante.
Cuando ella salió, no pudo evitar sonreír al pensar en la felicidad brillante que su omega le mostraría, en lo mucho que chillaría y en la plena sensación se satisfacción que se instalaría en su pecho. Sin embargo, el dulce tacto que salpicó su corazón con ese sentimiento tan agradable, pareció más que efímero, trasladando el suave bienestar de su corazón, a lo más recóndito de su mente.
Y pensó en Charlotte, en su ojo lastimado, en su labio inferior partido y en el pómulo amoratado que ni el maquillaje podía cubrir. ¿Qué había estado haciendo todo este tiempo, odiando a una omega indefensa que había sido arrebatada de su familia a la fuerza? Se mordió una uña con parsimonia, con sus pies moviéndose casi por sí solos alrededor de su habitación.
Estuvo tentado de jalar uno de sus cabellos rizados, siempre hacía esto cuando la frustración invadía su cuerpo, sin embargo, no lo hizo, solamente mordió su uña más fuerte, sin llegar a quebrarla aún. El remordimiento recorría su cuerpo con toda la facilidad del mundo, fluyendo y fluyendo, dandole unas inmensas ganas de vomitar sobre las costosas alfombras de su habitación.
Suspiró, decidido a salir de su habitación, donde se encontró a Des regañando a su pequeña Lilia. Se acercó a pasos lentos pero largos, ayudado por sus largas y delgadas piernas. Olía a alfa enojado. No, olía no, apestaba a alfa enojado.
— .... Juntarte con la prole, Lilia, te lo he dicho un millón de veces. Tú, niña, vete a donde pertences — Bramó, asustando a la pequeña pelirroja llamada Lucía.
Lucía era una niña de diez años de edad, hija de la cocinera del palacio. Ella era la mejor amiga de Lilia, pero, por supuesto el señor Ogro, no quería que la princesa se juntara con simples pueblerinos.
— ¿Qué pasa? — Interrumpió cruzandose de brazos frente a la escena.
— ¡Pues nada! ¡Que esta... india quiere juntarse con Lilia! — Habló con tono despectivo mirando los zapatos sucios de la pequeña niña.
¿Qué clase de su honorable rey era si despreciaba de esa forma a su pueblo, a sus sirvientes?
— Dejalas. Son niñas, no puedes elegir las amistades de Lilia.
Des rodó los ojos, apretando los puños con fuerza, se estaba molestando.
— No vengas a imponer órdenes. El jefe acá, soy yo. Espera tu turno, por favor.
— No hay ningún turno, Des — Murmuró — Te digo que dejes a las niñas en paz, y lo haces.
— ¿Tu quién eres? — Le preguntó con tono despectivo casi burlón.
— Soy Harry Styles — Sonrió — Deja a Lilia que escoja sus amistades, no me dejaste a mi, dejala a ella que viva su infancia.
— Es una princesa, ella no tiene infancia — Dijo exasperado — Ella debe ser la princesa perfecta, no vivir su infancia. Esas son tonterías, por Dios.
— No son tonterías — Murmuró con la mirada gacha — Quiero que ella sea feliz, si tu no lo fuiste, no es nuestra culpa, y menos de Lucía, que lo único que hace es brindarle amistad sincera a Lilia.
Las niñas permanecían en silencio frente a ellos, solo observandolos como si fueran un par de fantasmas, invisibles a sus furiosos ojos que querían destruir al contrario.
Si tu no lo fuiste. Eso fue lo único que dolió a Des, porque era verdad, no pudo ser feliz, por culpa de su padre, por querer que se casara con alguien "digno". Aunque debía admitir que también fue un poco su culpa el haber dejado a Mark sin luchar ni un poco, su padre nunca aceptaría una relación alfa-alfa
— ¡La amistad sincera no existe! — Bramó molesto — ¡Esas son puras tonterías! ¡Ustedes dos concentrarse en ser la realeza perfecta!
— Por eso estás quedandote solo — Harry le dijo con rabia, sin saber lo que eso le dolía a su padre — Nada de esto te llevarás cuando mueras.
— ¡Cállate! — Des tenía ganas de llorar, llorar porque no había luchado por el amor de su vida, porque le estaba arruinando la vida a las únicas personas que podrían llegar a quererlo, y porque se estaba convirtiendo en la misma mierda amargada y sola que era su padre. ¿En qué momento? — Solo callate, por favor.
Harry no podía creer lo que veía. Su padre estaba llorando. Se sintió tan culpable, y unas tremendas ganas de abrazar al hombre que le dio la vida cruzaron su pecho.
— Papá — Murmuró, y el aroma a enojo se desvaneció, reemplazandolo con uno de tristeza. Las niñas habían decidido dejarlos solos, no era momento y no querían salir aún más regañadas. — Yo lo siento, papá.
Des vio a su hijo con la mirada vidriosa y la barbilla temblando. No se podía permitir llorar frente a el, por supuesto que no. Así que se fue, lo dejó solo y con el alma confundida, igual que la suya.
Siento lo corto, pero el proximo será muy muy largo, lo prometo ❤❤
Gracias por seguir leyendo, los amo ❤❤❤❤❤❤

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Blue eyes (omegaverse)
Rastgele"No puedo poner el mundo entero a tus pies, Louis, pero puedo poner a tu merced España entera cuando desees" Portada por xstylesgirl93x :)