Blue eyes (omegaverse)

Dos

Bed of roses - Bon Jovi 

Harry soltó un suspiro soñador al recordar esos bonitos ojos azules, brillantes y grandes, preciosos, le encantaría volver a verlos, tan llenos de alegría y amabilidad, acompañados de esa bonitos sonrisa, enorme, haciendo ver sus ojos pequeñitos. Era el omega mas bonito que ha visto, sin duda.

A Harry nunca le había llamado la atención ningún omega hombre, pero ahora, al ver a ese muchacho tan bonito, estaba seguro de estar volviéndose loco, necesitaba una excusa para salir a verlo, ya, pero no tenía una idea de que podría ser ¿otro pastel? ¿Qué tal si solo le dice que se muere por verlo y ya? ¡No! ¡De ninguna manera! ¿Y si ya tenía alfa? ¿Y si su alfa era una mujer?. Su cabeza era un remolino de ideas, estaba demasiado necesitado de esa bonita mirada azul celeste sobre su rostro, lo necesitaba mas que respirar.

Pasó una mano por la cobertor de seda blanca y soltó un suspiro algo cansado, tratando de olvidar esa mirada tan suave e inocente.

— ¿Eddie?

Su hermanita le llamó con el diminutivo de su segundo nombre, haciéndole voltear al instante. Su dorado cabello lacio caía sobre su hombro, tapando apenas una parte de su bata morada pastel de dormir, traía consigo un cepillo rosa palo y liguitas para el cabello de colores llamativos.

— Pasa, Li

Recargó su brazo derecho sobre su rodilla, para así acomodar su cara sobre su gran mano llena de joyas francesas. La niña sonrió adentrándose en la habitación de su querido hermano mayor con una sonrisa llena de inocencia en su bonita cara angelical.

Cuando ella por fin estuvo dentro, Harry volteo su cara, levantándola un poco, haciéndole saber a Lilia que quería un beso de buenos días. La menor soltó una risita tonta mientras se agachaba apenas un poco y dejaba un pequeño y ruidoso beso en la suave mejilla de su hermano.

— ¿Me peinas, Eddie?

Harry asintió, invitando a su hermana a que se sentara sobre el suelo de mármol, recién barrido. Tomó el cepillo que la pequeña le tendía, sonrió mientras comenzaba a cepillar el suave y largo cabello.

— Quiero trenzas, Harry

— ¿Te gustan las trenzas, amor?

La niña asintió. Harry siempre había sido demasiado cariñoso con su hermana, le amaba demasiado, era lo mas valioso que tenía, y la cuidaba como al diamante mas costoso del universo.

— Me gustan tus trenzas

— Mis trenzas son las mejores — Respondió concentrado en el largo cabello de su hermana, esta ríe

— Tienes razón, son las mejores, Eddie

Harry rió, porque sabía que su hermana estaba solamente dándole por el lado para que no arruinara su precioso cabello a propósito.

Amaba trenzar el cabello de su pequeña hermana, era como una des-estresante perfecto, amaba escuchar la dulce vocesita parlotear sobre cualquier tontería, sobre el gatito que le regalo su padre por su cumpleaños y lo mucho que le había gustado, sobre lo que había aprendido con su maestra personal, o sobre la película que había visto la noche anterior. La felicidad impregnada en cada palabra que salia de los lindos labios rosas de Lilia, le recordaba un poco a Louis, le recordaba a esa inocencia casi extinguida de los azules ojos.

— Ya está, princesa — Dijo con una sonrisa mientras pasa la liga rosa por el final de la linda y femenina trenza. 

La niña corrió hacia el gran espejo que poseía su hermano en su gran habitación blanco aburrido y sonrió ante el trabajo de Harry.