Veintidos

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— Vamos, bebé — Harry gruñó en su oído mientras ayudaba los movimientos de Louis con sus manos, para que fueran más rápidos y profundos dentro del agujero húmedo y apretado.

Los ojos suavemente cerrados de Louis y sus labios entreabiertos, de los cuales hermosos gemidos agudos salían sin parar eran la imagen más hermosa que el alfa vio jamás.

— Oh, H-hazz — Gimió abrazandose al cuello del alfa, enterrando su cara en au cuello, jalando aus cabellos largos suavemente y todavía moviendo sus caderas sobre las piernas de Harry, quien parecía encantado con la idea de su omega montandolo de esa forma tan ruda.

— Mío — Dijo con la voz ronca, enterrando sus dedos en las caderas del menor, quien solo asentía mientras seguía moviéndose de arriba a abajo.

Parecía que no sabía decir otra cosa, y la manera en en la que lo gruñía en su oído de una forma casi animal le hizo enloquecer, sintiendo como tocaba el cielo por quinta vez con sus propios dedos.

— Tan apretado — Gruñó apretando los dientes por el placer asfixiante que estaba obteniendo gracias al cuerpo del menor — Tan mío.

Acercó sus labios rellenos al cuello de Louis, para besar y gruñir en su oído, haciendo al omega gemir con tanta fuerza como le era posible, apretando todas sus paredes alrededor del alfa

Se agarró de los hombros de Harry, separando su cara de su cuello para después sacar completamente el pene de si alfa y volver a empalarse el mismo, soltando un agudo gemido que salió acompañado de uno de Harry, el cual era diez veces más ronco que el femenino y agudo gritito de Louis.

— ¿Te gusta follarte a ti mismo, pequeño bebé? — Harry preguntó tomando el trasero de Louis entre sus manos — Vamos, mi amor, dilo.

— S-sí, Dios, sí — Gimió impulsandose con sus rodillas para seguir saltando sobre el regazo del alfa.

Harry iba a explotar de excitación, Louis era demasiado caliente para ser real, y el simple hecho de que el mismo le haya pedido permiso para montarle, hizo a su alfa retorcerse de alegría y calentura.

— Solo yo puedo follar tu bonito culo apretado y húmedo, amor, solo yo — Le murmuró al oído por decima sexta vez en el día. Después mordió el lobulo de su oreja a la vez que jugaba con uno de sus pezones, haciendolo arquear su espalda y correrse sobre sus abdomenes. La vista de Louis con expresión extasiada era lo mejor del mundo, sus ojos cerrados y sus labios ligeramente abiertos soltando gemiditos pequeños mientras Harry se expandida entero dentro del omega, haciendo a sus apretadas paredes estirarse de a poco. Se le cortó la respiración, y a pesar de eso, le gustaba la sensación de estar anudado.

— ¿Te duele, amor? — Harry preguntó haciendo al omega recostar su cabeza en su pecho tatuado, sabiendo que si estiraba su pene para intentar sacarlo le dolería como los mil demonios, y no quería eso para su pequeño omega, el cual no merecía ningún tipo de dolor, solo mimos y caricias delicadas.

— Un poquito — Murmuró con la voz cansada y dejando un pequeño beso inocente en el pecho del alfa.

— Lo siento, bebé — Besó su frente. Recargó su mejilla en la cabeza del ojiazul.

— Descuida. Se siente bien — Y realmente se sentía infinitamente bien, saber que lograste complacer a tu alfa es la mejor sensación del mundo.

— Recuerda tomar los supresores antes de irte. No queremos que el pequeño Harry llegue antes de tiempo ¿verdad, bebé?

Louis lo miró con los ojos iluminados y abiertos. ¿Su alfa pensaba en un futuro con el? ¿Con hijos? El solo pensarlo le hizo sonreír y dejar un pequeño beso en los labios del mayor.

— Te quiero — Susurró sobre sus labios, luciendo más emocionado de lo que debería mientras Harry terminaba ee derramarse completo dentro de el.

El alfa salió de su interior con el entrecejo fruncido y los labios en una fina línea recta. No dijo nada, y eso a Louis le dolió como si le estuvieran enrerrando cinco cuchillos a la vez. A pesar de que el alfa le había dejado más que claro que le quería más que a su vida, el omega no dejaba de sentirse inseguro cada vez que Harry no le respondía sus palabras tan llenas de cariño.

El mayor lo recostó sobre la cama y los cubrió a ambos von una manta blanca, lo abrazó por la cintura y le besó el hombro con cariño.

— No más de lo que yo te quiero a ti, pequeño omega bonito — Murmuró demasiado cansado como para abrir los ojos, a pesar de que sabía que el precioso sonrojo de Louis le esperaba. Su alfa lo convenció, y admiró como el pequeño le regalaba una sonrisa tímida mientras le acariciaba la cara lentamente.

— Eres un alfa adorable — Mencionó haciendo a Harry reír y tomar su mano que le acariciaba la cara para llevarla a sus labios y besarla mientras lo miraba a los ojos.

La verdad es que "alfa" y "adorable" no va en la misma oración. Aunque si de Harry se trata, todos sabemos que es un pequeño cachorrito indefenso y en busca del amor se su hermoso omega Louis.

— Tu eres mi omega adorable. Lindo — Se acercó su cara para besarle la mejilla izquierda con fuerza — Te quiero comer a besos.

— ¿Qué te lo impide? — Le preguntó con una auténtica sonrisa coqueta mientras batía sus pestañas como un omega quinceañero. Harry soltó una risa cansada pero igualmente llena de gracia y adoración. Adoraba a su omega desde el primer momento en que vio sus preciosos ojos azules mirarle con amabilidad mientras le hablaba sobre pasteles.

— Me lo impide una sola razón.

— ¿Cuál? — Cuestionó haciendo un pequeño puchero con sus adorables labios, los cuales estaban ahora rojos e hinchados por el anterior sexo.

— Te necesito intacto para nuestra boda.

¿Harry en serio pensaba en boda? ¿Con apenas un corto mes de "relación"? Louis solo pudo sentir a su omega chillar de felicidad dentro de su pecho, y el casi se deja dominar por el, se contuvo.

— Eres adorable — Repitió sonrojado y con el pelo revuelto sobre la almohada.

— Tu eres adorable, precioso.

Blue eyes (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora