La respiración de Louis de repente comenzó a volverse pesada, el betún del pastel que estaba preparando se arruinó en el momento que dejo caer la manga contra el biscocho.
Sintió como su pantalón estaba momentaneamente mojado y como la parte baja de su estomago comenzaba a arder, su celo se había adelantado.
Recargó su mano sobre el mesón, sintiendose mareado y con la extraña necesidad de tener algo dentro, no, no algo, de tener el pene de un alfa llenandolo.
Sintió como sus piernas se convertían en gelatina, Harry fue lo primero que pensó, no quería a cualquier alfa en su celo, quería a Harry. Pero Harry no estaba ahí en ese momento, y aunque lo estuviera, Louis no pensaba que este alfa de tan alta categoría quisiera ayudarle a un simple pastelero en su celo, pensaba, Louis debería dejar de pensar y comenzar a actuar.
Su omega interior chilló con necesidad, y Louis simplemente empezaba a respirar con dificultad, con una mano en el pecho e intentado recuperar el aliento.
— Madre — Louis habló lo más alto que pudo, sintiendose patético por no llegar a más que a un simple susurro que apenas el había podido escuchar — ¡Madre! — Esta vez habló más fuerte, sintiendo su estomago comprimirse y su pantalón más humedo que antes.
Rizos, lindos rizos largos, con largas piernas y lindos ojos verdes
— ¡Madre!
Voz ronca y masculina, grandes manos de hombre
Su madre irrumpió en la cocina asustada, ayudándole a pararse y preguntándole que estaba pasando.
— Mi celo, me ha llegado el celo
Johannah asintió frenéticamente.
— ¡Felicité quédate en el mostrador! — La mujer le ordenó a su hija, a la vez que tomaba al ojiazul entre sus manos y lo ayudaba a adentrarse en el calor de su hogar, y después, en su habitación.
En la soledad, encerrado en esas cuatro paredes, pudo volver a alucinar sobre cierto alfa que acababa de conocer.
Rapidamente bajó sus pantalones, junto a su ropa interior, y en pocos minutos ya tenía dentro un consolador de color morado dentro de su virgen agujero.
— Oh — Gimió.
A su cabeza vinieron se nuevo esas imágenes de aquél hermoso alfa que lo había visitado un par de veces.
Grandes manos masculinas y fuertes, ojos verde oscuro, irradiando excitación.
Empujó nuevamente el objeto en su ano, sintiendo como su mano se empapaba con el lubricante que este desprendía de la zona. Gimió, con los ojos fuertemente cerrados y su mano desocupada apretando la colcha color rosa pastel.
Suaves rizos que podrían ser acariciados mientras embestía dentro de el.
Quitó su mano de la colcha, llevandola a sus pezones, dejandolos rojos y soltando gemidos al mover el objeto dentro de sí mismo
— Mmmm, ah — Arqueó su espalda
Lindos labios rojos soltando gemidos roncos y suaves, cejas fruncidas y una capa de sudor en su amplia frente.
— Ah, Harry — No pudo evitar decir su nombre y su agudo grito retumbó en la femenina habitación — Mierda, oh
Espalda ancha en la cuál aferrarse, fuertes brazos los cuales le encantaría rasguñar
Sacó completamente el consolador de su ano, para después volver a introducirlo con mucha mas fuerza que antes, sin rapidez, con fuerza.
Únicamente se escuchaba el ruido que provocaba el lubricante al meter y sacar aquél aparato, excitante, mucho.
— Oh, Harry — Sinceramente no podía pararse a pensar el nombre de quién estaba gimiendo, sus insitintos era más fuertes que su conciencia, claramente — Mierda, sí
Caderas anchas empujando contra su cuerpo y lindos tatuajes que le encantaría lamer.
Empujó nuevamente, con los ojos cerrados y con una imagen mental de cierto alfa de rizos embistiendo fuertemente contra su culo.
— Oh — Sus gemidos eran altos, y no le interesaba si alguien le escuchaba, no ahora, lo más probable es que después sí.
Lindas piernas largas que le encantaría montar.
Hicieron falta un par de empujes más, para que se viniera con fuerza y soltara un grito aún mas alto que los anteriores.
Gimió al sentir el vacío que el consolador había dejado, y sus ojos se cerraron con culpabilidad al recordar el nombre de quién había gemido mientras se masturbaba con fuerza.
No pudo terminar de arrepentirse bien, pues su entrada estaba volviendo a provocar ese lubricante transparente y viscoso, sintiendo de nuevobesa punzante necesidad de ser follado.
¿Cómo iba a ver a ese alfa a la cara ahora? ¡Había estado gimiendo su nombre como una auténtica puta! Louis iba a sentirae muy avergonzado.

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Blue eyes (omegaverse)
Random"No puedo poner el mundo entero a tus pies, Louis, pero puedo poner a tu merced España entera cuando desees" Portada por xstylesgirl93x :)