🍱05🍱

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Cuando desperté el sol ya no se veía por ningún lado, mire el pequeño reloj que tenía a un lado de la cama y me pare rápido de ella, Gara estaría furiosos, era las ocho treinta de la noche, tome el primer pantalón que vi, era color negro me los puse mientras que con los ojos buscaba una playera, encontré una camisa de botones y la jale para sacarla de su lugar y pasármela por arriba de la cabeza sin desabotonarla, corrí los pocos pasos que me separaban de la puerta me puse mis viejos tenis, y tome las llaves que ayer había dejado en el suelo, cerré la puerta y salí corriendo.

El bar me quedaba a una hora de distancia caminando, pero esta vez quería hacer récord, corría demasiado rápido, las piernas me comenzaban a doler, pero no quería parar tenía cierta satisfacción oscura al sentir ese tipo de dolor y eso me gustaba.

Cuando llegue a Chidori una tos intensa me ataco, espere un poco para calmarme y una vez que lo logre me fui directamente a la puerta de entrada, el aire y los olores del lugar fueron los primeros que me recibieron, el olor a cigarrillo mezclado con alcohol me reconfortaba de un modo familiar, sonreía amablemente cuando pasaba por en medio de las mesas y les preguntaba qué si todo iba bien, todos contestaban con afirmaciones o solo me devolvían la sonrisa; cuando llegue a la barra, me colé atrás de esta de inmediato.

-Perdóname Gara, no volverá a pasar lo prometo- le dije, cuando lo vi que pasó a mi lado para llevar una copa a un cliente.

- Que no vuelva a pasar- fue lo único que me contesto.

Su voz parecía un poco molesta y cunado sus ojos chocaron con los míos vi como sus labios se fruncían. Él era una persona estricta con sus empleados y sabía que la puntualidad era lo que definía para él, el compromiso que nosotros teníamos hacia su negocio y yo lo entendía, después de todo, nadie quiere a un empleado que no va a retribuir el sueldo que gana.

Empecé a retirar y limpiar los vasos que ya se habían acumulado en la barra ignorando a todos un poco, aun restos de la tos intensa trataban de salir de mi garganta, cuando voltee vi que Gara me veía.

-¿Pasa algo? - le pregunte mientras apilaba la cristalería sucia en una charola y sostenía la tos sobrante.

-¿Enserio estás bien? no me gusta lo cansado que te ves...- sus ojos se suavizaron.

-Si Gara, estoy más que bien- le sonreí .No me gustaba su preocupación, me hacía sentir incómodo, no recordaba que alguien se preocupara por mí y cuando lo trataban de hacerlo salía corriendo.-Ya te lo dije ayer, la verdad no he tenido tiempo de dormir mucho, con unas cuantas horas de sueño quedare bien, ya no te preocupes.

Escuche un suspiro salir por sus labios seguido de un leve murmullo de algo que sonó como, encárgate por un rato de esto, y se perdió por la puerta de su oficina.

Comencé con mi rutina normal de cada noche, hablar con los clientes, preparar las bebidas que Shikamaru me pedía, limpiar la barra, asegurarme que todo estuviera en su lugar. Faltaba una caja de coñac en los aparadores que estaban abajo de la barra, fui a la bodega por ella y cuando regrese cargando las dos pesadas cajas como podía, me encontré con Sasuke en la misma silla de la esquina donde se había sentado ayer.

-Eso parece muy pesado- me dijo.

-Si bueno, después de cinco años trabajando en lo mismo creo que tomas tus mañas para hacer que las cosas funcionen.

El pareció sorprendido, deje las cajas delicadamente en el suelo para después empujarlas bajo la barra con el pie.

-Cinco años- le escuche - eso es mucho tiempo ¿no crees?

-Me pagan bien- dije encogiéndome de hombros.

Era verdad Gara me pagaba bien, y no me atrevía a dejarle, estaba muy agradecido con él por haberme dado el trabajo a pesar de que era menor de edad cuando lo pedí.

- LA UlTIMA RONDA - (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora