-¡Hey! ¡Dobe! vamos - sentía sus manos moviendo ligeramente mis hombros- despierta flojo.
-No- susurre tapándome de nuevo con la gruesa colcha.
-Dobe, es hora de que te levantes.
Sus manos jalaban la colcha tratando de destapar mi cuerpo, yo me aferre a ella metiéndola también por abajo de mi cabeza.
- Una hora más - dije dándome la vuelta para enrollar la colcha más en mi cuerpo.
-¡Kitsune!-sus manos comenzaron a jalar mi cobertor con más fuerza- párate ya.
-¡Ya te dije que no quiero! ¡Tonto teme! -me hice bolita sobre mi tratando de atorar todo lo que pudiera de la colcha bajo mi peso.
-Es la una de la tarde, tienes que comer algo.-Sus palabras llamaron mi atención, me pare de golpe, tirando el cobertor en mi salida alocada.
-No puede ser- dije buscando algún reloj.
-No, no lo es, son las ocho pero qué bueno que te paraste.
Le observe, él me veía como si tratara de que le retara, de que dijera algo para que él pudiera contestar, fruncí el ceño, no le daría el gusto.
-Creo que es momento de que me vaya a casa.
-De ninguna manera, no te permito irte...
-¿Que no me permites que?- sus palabras me molestaron, si creía que podía llegar a mandar a mi vida estaba equivocado- Lo siento, Te-Me, pero aquí el único que decide si me quedo o me voy soy ¡Yo! - y sin más tome mi chamarra y salí del cuarto.
Ese teme que se creía, por muy adonis que fuera no tenía la intención de dejar que el decidiera por mí en nada, sin mencionar que apenas y nos conocíamos.
Baje las escaleras de dos en dos cuando iba a brincar al último escalón le escuche.
-¿a donde crees que vas descalzo? Dobe
-¡Que te importa!- grite sin voltear y me encaminé por el largo pasillo que llegaba a la puerta, a veces reaccionaba de una manera demasiado explosiva, era consciente de eso, pero tampoco tenía intención de dejar la casa su presencia me gustaba, me gustaba estar cerca de él y hacerlo enfadar me causaba cierto placer morboso.
-¡Kitsune ! Para ya -escuche sus pasos bajando por la escalera, pero yo ya había salido al patio, mis pies sentían el frío del suelo y las piedrecitas del camino encajarse en ellos.-Puedes volver a enfermar, regresa adentro.
Su mano me detuvo del hombro evitando que siguiera caminando, y yo no me resistí.
-¡No soy un empleado al cual puedes darle órdenes Sasuke!- solté.
-Lo siento, tienes razón, eres un dobe testarudo.
-Cállate, teme- murmuré con falso enfado, mis pies comenzaron a entumirse por el frío.-tú eres un mandón, ególatra.
-si lo que digas- dijo, para tomarme en brazos, el aire salió de mis pulmones de golpe por el susto.
-¡bájame!- ¿que se creía que hacía? Me comencé a mover entre sus brazos para lograr que me soltara, pero solo logre que hiciera el agarre de mi cuerpo con más fuerza.- estás loco, peso demasiado.
-En realidad no pesas nada dobe, tengo que arreglar eso.-sus ojos buscaron los míos y sentí como mis mejillas se teñían de rosa.
Cuando entramos a la casa, subió las escaleras conmigo en brazos, no importo cuantas veces le pidiera que me bajara o le prometiera que no me iría, él no lo hizo hasta que llegamos a la alcoba.
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- LA UlTIMA RONDA - (Sasunaru)
FanfictionEs curioso que una vez que te enteras que vas a morir, todo parece un sueño, irreal, todo pierde sentido, haces las mismas cosas una y otra vez, siguiendo una rutina ya establecida, te enfadas por cosas tontas y no te preocupas por vivir, hasta que...