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El sol todavía no salía cuando desperté, decidí tomar una ducha y darle uso a la gran tina que tenía el baño de la habitación, la llene de agua caliente y una vez que estuvo lista me sumergí en su interior disfrutando la sensación de mis músculos al relajarse, permanecí ahí hasta que creí que era suficiente y después decidí bañarme.

Me arregle con las primeras prendas que encontré en el closet y me puse mis viejos tenis de nuevo, salí de la habitación en busca de Sasuke, pero no le encontré en ninguna de los lugares donde siempre estaba. Camine a la cocina encontrándome a Hinnata.

-¿Se le ofrece algo señor?- el término señor hizo que se me erizara la piel.

-Por favor dime Naruto- dije y Hinnata pareció meditarlo- ya sabes -sonríe - eso de señor le queda a los viejos como teme.

Vi como su cara se contraía tratando de evitar un sonrisa y yo pase a su lado sentándome en un banquillo que estaba frente a una barra que hacía de mesa dentro de la cocina.

-¿Por qué hay tanto tomate aquí? - pregunté cuando me di cuenta de las bolsas que estaban frente a mí.

Hinnata lavaba unas ollas en el lava trastes y sin voltear me contesto.

-A Sasuke le gustan- Levante una ceja. ¿Cómo una persona podía acabarse tanto tomate?

Comencé a juguetear con los tomates haciendo que girarán arriba de la mesa.

-Qué persona tan peculiar.

Hinnata me observó y yo hice lo mismo.

-Demasiado - dijo para después continuar haciendo sus deberes.

Pensé en Sasuke por un rato y en lo amable que se había portado conmigo, y una idea llego a mi cabeza, tome unos cuantos tomates de la mesa y me acerqué a Hinnata.

-Hinnata, ¿te molestaría si yo hago el desayuno? - pude ver la duda plasmada en su rostro y antes que reprochara añadí - a Sasuke no le molestara, lo prometo.

Me miró por un tiempo y la vi rendirse a te mi petición.

-Claro... Solo búscame si necesitas algo.

Asentí comenzando a lavar la fruta, dejándola remojada en agua con sal mientras encontraba una olla pequeña y un poco de pasta, puse a calentar una pequeña parrilla donde comencé a picar el tomate para freírle y agregar un poco de carne, cada cierto tiempo me fijaba que la pasta no se deshiciera por exceso de calor y cuando estuvo cocida la puse a escurrir mientras movía la carne con el tomate para que quedara crujiente, dore unos cuantos tomates y un poco de Chile rojo para hacer la salsa que acompañaría a nuestra pasta y una vez que tenía todo listo me dirigí a la mesa para ponerla.

Sasuke no había bajado mire el reloj y me di cuenta que apenas eran las 8:00, termine de poner la mesa y lleve el refractario que contenía la pasta en carne al tomate, y vacíe mi salsa en un pequeño botecito. Sonreí todo se veía delicioso, hace mucho tiempo que no cocinaba nada y la certeza de saber que alguien más probaría mi comida me comenzó a poner nervioso. Camine a la sala con la esperanza de distraerme, y alejar el pensamiento de mí, a las 8:30 Sasuke apareció en la sala y se detuvo al verme.

-¿Qué haces despierto tan temprano?- dijo

-Supongo que ayer dormí de más - le tome de la mano como él siempre hacía conmigo y lo lleve al comedor- te hice algo.

El observó la mesa que estaba dispuesta para nosotros por un momento y cuando hablo sonaba como una persona que trata de contener su felicidad.

-tu... ¿Cocinaste para mí?

- LA UlTIMA RONDA - (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora