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Podemos pasar una vida corriendo.

Pero hay cosas que solo están escritas y no se pueden evitar.


Cuando abrí los ojos todo se movía de una manera graciosa, tenía un ligero dolor en mi costado izquierdo, sentía que iba a vomitar en cualquier momento así que trate de tranquilizarme viendo a mi alrededor, el cuarto donde estaba era un poco más grande que el primero en donde había dejado mis cosas, este tenía una ventana un poco más grande y dos puertas, un sillón reclinable a un lado de la camilla que me encontraba y una televisión colgada en la pared.

Trate de no reírme, pero la situación era graciosa, el lugar era incluso más bonito que mis dos últimos departamentos juntos y la tele era ridículamente grande para un cuarto de hospital.

Escuche el ruido de una puerta al abrirse y mi cara siguió la dirección, vi a un doctor de bata blanca aparecer y mis ojos se humedecieron cuando atrás de él entro el ojinegro, su cabello estaba desarreglado parecía que había perdido peso, y su barba se asomaba un poco, eso era muy extraño nunca paso por mi mente que a Sasuke le saliera barba.

Se acercó a mí y se sentó con mucho cuidado en un lado de la cama.

-Hola- dijo tomando una de mis manos, pero yo me quede prendado de su voz, dios, sentía que esto era un sueño y no tardaría en despertar.

Me senté sin importar el dolor o lo aturdido que me sentía, vi su preocupación cuando ignore sus movimientos para detenerme y me aferre a él con mis brazos y manos temblorosas, enterré mi cara en su cuello y por más que trate de evitarlo comencé a llorar.

No podía decir nada, a pesar de que tenía tantas cosas por decirle, sobre todo disculparme con él por la manera en que lo había apartado de mi vida.

-No, no, no llores por favor- su voz era tranquila y sus manos acariciaban con pequeños círculos mi espalda, el llanto incremento y yo me aferre más a él- te vas a lastimar, por favor no llores, para.

No me importaba el dolor que invadía mi cuerpo, solo quería aferrarme a él y no soltarlo nunca.

-Te amo- dije entre el llanto- no permitas que me vuelva a alejar de ti.

-¡Shhh! Te lo prometo pero ya no llores - sus manos trataron de alejarme de él con delicadeza pero yo no lo permití y me aferre aún más fuerte.-Naru, te abriste uno de los puntos por favor no llores más.

Pero yo no podía parar de llorar, era como una tubería rota, solo necesitaba a la persona que me podía arreglar y esta me tenía entre sus brazos, tocando mi cuerpo, hablándome de nuevo y la felicidad me inundaba tan mal que se convertía en parte de mi llanto.

-Voy a ponerle un tranquilizante, para que se calme un poco.

-N...no, no- dije entre hipidos.

No quería dormir ¿Qué pasaba si era un sueño o él se iba?

-Shhh, todo estará bien ya- sentí como su cabeza asentía ante las palabras del doctor, y yo me tense en sus brazos.

No sentí ningún piquete pero mi cuerpo comenzó a perder las fuerzas con las que me aferraba a Sasuke y este me recostó con cuidado en la cama.

Sus ojos me miraron y sus dedos comenzaron a tocar mi cara deteniéndose en las ojeras bajo mis ojos por un momento para después seguir con su camino y atrapar las lágrimas antes de que estas fueran atrapadas en la almohada que sostenía mi cabeza.

-Nunca me han gustado las escondidas- dijo Sasuke después de un rato en el cual yo comencé a adormecerme por sus caricias.- no lo vuelvas a hacer, sentía que el juego se terminaría y yo no podría alcanzarte.

- LA UlTIMA RONDA - (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora