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Mis ojos fueron recibidos por los azules y trate de sonreír pero dejé que la sonrisa muriera incluso antes de ser formada, mi mano toco bajo mis ojos y delineó el par de ojeras que se formaban bajo estos.

Un suspiro salió de mis labios y mi mano se dirigió al espejo frente a mi, toque el poco cabello que cubría mi cabeza en el reflejo y mi mano tembló, mis ojos recorrieron mi cuerpo y no pude evitar temblar, las quimioterapias parecían subir de intensidad cada vez que me presentaba a uno, después de eso me costaba hacer muchas cosas, no podía comer por más que lo intentará, caminar o incluso dormir lo que era raro porque terminaba tan cansado que incluso mi cuerpo temblaba por el esfuerzo de mantenerme despierto.

Había bajado mucho de peso y el cabello se me caía por pedazos, mis brazos se marcaban con facilidad y mi piel incluso me molestaba por lo sensible que estaba, simplemente si pudiera dormir todo el día lo haría solo para evitar menos dolor y sufrimiento.

Deje salir otro suspiro y mi vista se movió al pequeño brillo que había en mi mano, el reflejo del anillo que Sasuke me dió el día de la boda, ahora el anillo bailaba flojo por mi dedo y mi vista paso del reflejo al anillo real.

Aún no podía creer que realmente estuviera casado con la persona que amo, no podía creer que a pesar de todas las complicaciones Sasuke estirara su mano para sostenerme por el camino y amarme en la penumbra, seguía sin creer que fueran sus brazos los que me protegieran de noche y sus labios los que me despertaban de día.

Jugué con el anillo en mi dedo, con los pequeños diamantes incrustados en el y negué con una pequeña sonrisa, Sasuke era tan terco que siempre se asegura que yo consiga más de lo que necesito, más de lo que puedo llegar a pedir, incluso en el amor, el meda todo sin restricción, sin pedir nada a cambio.

Suspiré cuando unos brazos fueron puesto a mi alrededor y un beso fue dejado en mi mejilla para después bajar por mi cuello, mire de nuevo el espejo y vi sus ojos brillar viéndome, el azul y el negro de nuevo vueltos a encontrar.

-¿Que hace mi bella esposa con las luces apagadas frente a este feo espejo ?

Desde la plática que tuvimos después de la boda en ocasiones el me llamaba su bella esposa y aunque al principio me molestaba con el tiempo dejé que su cariñoso apodo fuera lo más esperado del día.

Sonreí sin quitar la mirada de sus ojos y dejé que mi cabeza girará hasta que mis labios chocaron con su cuello una vez terminado el beso conteste.

-Me estaba preparando para dormir, pero temi que si prendía la luz después no tendría la fuerza suficiente para regresar y apagarla.

Sus ojos se endurecieron en el reflejo y lo sabía, yo no necesitaba mentirle, por qué el me conocía tan bien que parecía leerme la mente.

Se movió hasta quedar hincado frente a mi y su mano tomo la mía, sus ojos se fijaron en los míos y no pude evitarlo, me moví incómodo sintiendo mis articulaciones temblar por el tiempo prolongado que ya tenía sentado en la silla y suspiré derrotado, mi mano se aferró a la de él y su mano respondió con la misma fiereza con la que yo lo sostenía.

- Me siento un poco mal no físicamente, quería dormir pero, no me siento capaz de hacerlo en soledad...

-Y esperaste por mi...

-Itachi me dijo que no tardarías iba a esperarte en la sala pero no me dejó, me ayudó a llegar al cuarto y me pidió que descansará hasta que llegarás.

- Y tu cómo buena y sumisa esposa lo hiciste- su sonrisa me cautivó pero a pesar de eso no pude aceptar su broma.

Me sentía mal y estaba en constante miedo que me helaba la sangre, últimamente mi mente solo pensaba en el futuro y en las posibilidades y eso me aterraba ¿Que pasaba si realmente no era tan fuerte como para sobrevivir? Sasuke sufriría mucho, posiblemente después se arrepentiría por estar junto a alguien incapaz de brindarle un futuro.

No quería dejarle solo, sabiendo que él había dado demasiado por mi, apostó por un futuro incierto y yo quería demostrarle que su apuesta fue la acertada pero... Últimamente lo dudaba, podía sentir lo deteriorado de mi cuerpo y las fuerzas alejarse de mi cada vez más.

Una mano toco mi mejilla y yo levanté la vista de mis manos solo para enfocarme en él.

En la persona que me daba su fuerza y me juraba amor eterno aunque yo no pudiera jurarlo también.

- Deja de pensar en todo- me dijo mientras sus manos se aferraban a las mías para ayudarme a parar- siempre estaré contigo y mi decisión nunca la negaré.

-No pensaba en eso- murmuré mientras lo seguía a paso lento.

Cuando llegamos al espacio que quedaba entre la cama y el espejo el me abrazó.

-¿Entonces en qué ?

Pregunto mientras comenzaba a balancearse conmigo entre sus brazos.

- En lo afortunado que soy- dije mientras seguía el ritmo de sus pasos- y en lo mucho que te amo.

Su beso cayó en mis labios y sentí su sonrisa chocar en mi boca.

-Yo también pienso en eso cada vez que te veo.

Sus pasos fueron más lentos y me alejo dándome una vuelta y yo sin poderlo evitar comencé a reír.

-¿Que se supone que hacemos? -pregunte sin poder parar mi risa.

-¿No es obvio ? - y escuché en su contestación un toque de diversión- estamos bailando.

Sus brazos volvieron a abrazarme y el balanceo fue lento de nuevo y yo sonreí.

-Pero aquí no hay música.- dije entre sonrisas y sus labios volvieron a los míos.

-No, no la hay- giramos juntos siguiendo el ritmo de una canción imaginaria - ¿Pero te digo lo que si hay?

Lo miré extrañado y su sonrisa creció, sus ojos destellaron como polvo de estrellas y sentí el calor invadir mi corazón.

-Hay amor - dijo mientras sus brazos me acercaban más a él- El tipo de amor que no muere y trasciende a la muerte, el amor que nos asegura que siempre estaremos juntos, pase lo que pase, suceda lo que suceda estaré ahí para ti.

Mi corazón se detuvo y sentí la calidez invadirme en su totalidad, mis brazos se envolvieron con fuerza a su alrededor y continúe con el pequeño balanceo de los dos.

- Si las cosas salen mal-murmure en su oído mientras sentía sus labios besar mis cabellos- estaré esperándote más allá de la muerte.

Por qué lo amo y estoy seguro que el amor no desaparecería en la adversidad ¿Cómo podría olvidarlo?

-Te amo y siempre esperaré por ti - dije pronunciando por primera vez el por siempre que él había estado esperando.

No se supone que la gente que amas muera.
Pero la muerte es tan real, que ni el amor la puede parar.

¿Oh... Si?

L.U.R

- LA UlTIMA RONDA - (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora