Capítulo 34 ~ Rescate (I)

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Bueno, mini maratón porque no os iba a dejar con la intriga mortal porque sois capaces de matarme xDDD así que:

Maratón (1/2):


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34.


Isaac salió de la habitación con media sonrisa triunfante. Miró a Scott unos segundos antes de apartarse de la puerta y dejar pasar a la pantera nebulosa que era Stiles, que los miró con sus profundos ojos ambarinos. Los otros dos miraron al animal boquiabiertos y el rubio puso expresión de suficiencia.


-No es por nada, pero dos seres súper poderosos que se transforman en animales no han podido hacer reaccionar al gran Sugo, pero un endeble -y guapo- humano sí... yo me plantearía la capacidad de convicción que tenéis, panteritas -comentó Isaac con chulería ajustándose la bufanda que llevaba al cuello. Scott rio y le dio una palmada en la espalda.

-La verdad es que pensaba que no lo convencerías, pero gracias a ti vamos a rescatar a Derek.

-¿Dónde tenemos que ir? -preguntó la pantera con dificultad. El hecho que hablara se conseguía con mucho esfuerzo, transformando tan sólo las cuerdas vocales. No podría hacer que su pelo fuera más corto o arreglar su vista cansada, pero sí sabía hablar como pantera. Aunque luego le acababa doliendo la garganta mucho rato.

-Hemos descubierto que están en un antiguo panteón a cien kilómetros de aquí, donde los metamorfos antiguamente realizaban sacrificios humanos -explicó Carmen observando los rasgos del Sugo. La barriga estaba más pronunciada que la última vez, y se preguntó si el ser que allí reposaba tenía la suficiente consciencia para obligarlo a ser pantera.

-Oh, genial, ¿por eso me habéis incluido en la pandilla? Para sacrificarme -repuso Isaac con sorna y cruzándose de brazos-. No pienso dejarme matar. -Miró a Stiles, y lo temible que era como pantera-. Sin pelear. Pienso oponer resistencia.

-No seas idiota, no te vamos a sacrificar -farfulló Scott poniendo los ojos en blanco-. Ése lugar era un templo oscuro, donde se ejercía magia prohibida. No es un lugar lúdico para metamorfos que respetamos a los humanos, pero suele tener una cerradura mágica.

-Hay letra pequeña en esa frase, ¿verdad? -preguntó el rubio enarcando una ceja interrogante.

-Sí, bueno... necesita sangre de humana para que la puerta sea abierta -murmuró el hispano en voz baja.

-Es decir, que para sacrificar a un humano ahí dentro, primero tienes que sacrificar uno fuera... qué incongruencia.

-Tan sólo tendrás que derramar algo de sangre, Isaac... no hay que sacrificarte entero -repuso Carmen con un suspiro.

-Es un alivio. -Stiles los miró con impaciencia y empujó con la cabeza a Isaac-. Yo no soy el que sabe el camino, tío.


Fue una suerte que el coche Isaac hubiera salido del taller, porque pudieron montar a la pantera atrás, con Carmen, y mientras Isaac conducía y Scott iba cambiando la música a su antojo. El rubio le dio un golpe en la mano y entrecerró los ojos.


-Mi coche, mi música.

-¿Sabes que soy una temible pantera, verdad? -preguntó Scott con expresión divertida.

-A mí me pareces un lindo gatito -repuso Isaac con una risa. El otro lo miró con fastidio.

-No soy un simple gato.

My curse [m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora