Capitulo 9

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Nota

Solo quiero avisarles de que este es un capítulo importante, así que lean con atención a ciertas cosas.


9

Dinah despegó del aeropuerto de Malpensa a las 7:12 horas del 28 de Noviembre de 2014. En menos de una hora y media estaba previsto el aterrizaje en Charles de Gaulle de París, la primera de las dos escalas previstas.

Gracias a Ally, había podido pagar todo con la tarjeta. Más de un tercio del presupuesto se había ido en la reserva del vuelo. De lo que quedaba, una parte estaba destinada al alojamiento en Australia, a menos que Normani tuviera modo de hospedarla. Pero la idea de que aquella chica que hasta hacía unos días era poco más que una alucinación ahora pudiera alojarla en su casa le parecía inconcebible.

El tiempo de espera antes del segundo vuelo era de tres horas y media. Durante la primera hora Dinah vagó sin meta por el aeropuerto. Se detuvo en una tienda para comprar unos auriculares nuevos para el lector MP3, luego se sentó en un bar y saco de la mochila el libro que llevaba, Ejecución inminente de Andrew Klavan.

De vez en cuando miraba alrededor. Había un continuo trasiego de personas que se abrazaban, se despedían emotivamente antes de dejarse o se alegraban de reencontrarse después de un tiempo.

"Son todas líneas", pensó y comenzó a ver a cada una de aquellas personas como una raya trazada sobre un hipotético mapa. Un gigantesco enredo de calles que se cruzaban, rozaban, se unían y luego proseguían adelante. Allí afuera, en los caminos del mundo, había miles de millones de direcciones. Calles enfiladas, desviadas por azar, a veces interrumpidas bruscamente. Pensó que dos enamorados no eran más que dos recorridos a merced del azar. Podían dibujar los trayectos más absurdos en el mapamundi, dirigirse a cualquier parte y no encontrarse jamás. O bien cruzarse también varias veces y no reconocerse. Podían tomar el mismo autobús todas las mañanas, sin saber nada el uno del otro. Así hasta el fin de sus días, sin relacionarse. Pero bastaba muy poco: un intercambio de frases, incluso casual, y las líneas se habrían mágicamente unido. De grises trazos de un solitario recorrido se habrían convertido en una sola calle compartida.

A medio día, de acuerdo con el plan previsto, despegó el vuelo París-Kuala Lumpur.

El aterrizaje estaba previsto para las 6:35 hora local. En el avión de Malaysia Airlines, Dinah consiguió dormir. Cuando despertó solo faltaban dos horas para la llegada. "Ni siquiera con un somnífero había dormido tanto", pensó, mientras, algunas filas por detrás, un niño en brazos de su madre no paraba de chillar.

La espera antes del último vuelo era bastante larga. Se trataba de pasar casi todo un día en la capital de Malasia. Nada menos que quince horas entre el aterrizaje y la posterior partida hacia Melbourne.

El aeropuerto asombro a Dinah por sus dimensiones. Para atravesarlo hasta la salida necesito casi veinte minutos. A pesar de que millones de personas lo transitaban cada día, no había ni sombra de basura en el suelo y los amplios ventanales que daban a la pista parecían no existir, de tan limpios que estaban.

Con la mochila en la espalda, Dinah llegó a las puertas automáticas y salió del aeropuerto. La embistió una inesperada ráfaga de calor. La humedad era insoportable.

No tenía ni idea de cómo pasar el tiempo. Se encamino por una ancha carretera no demasiado transitada. Lo primero que vio fueron las indicaciones para llegar al circuito de Sepang, casi pegado al aeropuerto. Había visto varias carreras de autos en aquella pista. Como una amante de los videojuegos conocía bastante bien el trazado. Lo había estudiado en numerosas ocasiones, a menudo en casa de Ally, durante los desafíos con la PlayStation. Decidió continuar en aquella dirección.

Multiverso (Adaptación Norminah)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora