Multiverso (Adaptación Norminah)

Capítulo 26

26

"¡No puedo controlar este maldito poder!"

Dinah repasó mentalmente todo lo que había hecho desde que se había aislado en aquella playa, desde que había atravesado el torbellino para despertarse en el vestuario de la escuela, en la realidad de Normani.

Volvió a ver las etapas de su increíble viaje. Las imágenes de los cadáveres en el metro de la Milán alternativa estaban aún muy presentes en su mente y contrastaban con el recuerdo del primer beso Normani, que a su vez se conectaba con la experiencia vivida en el Planetario, cuando había recordado que, en su pasado, ya había visto a la chica precisamente en aquel sitio, siendo niños, a saber, en qué ocasión.

Dinah evoco cuando había cogido el taxi para llegar al aeropuerto de Tullamarine, el vuelo a los Emiratos Árabes y el siguiente despegue para Inglaterra.

"Milán es la misma, pero la vida de mis familiares y la de Ally es completamente distinta. Tampoco sé dónde habito. ¡En mi casa vive otra familia, los míos están es Suiza y Ally camina normalmente! Debo retroceder, pero ¿cómo?"

Se levantó del suelo. Un reloj colgado de un poste marcaba las diez de la noche. Pocos metros más adelante, algunos extracomunitarios hablaban en voz alta frente a un puesto de kebab.

"debe de haber sucedido durante el viaje. Probablemente mientras dormía."

Miró alrededor y se percató de un detalle importante. La mochila no estaba. "Es lógico. Mi alter ego en esta dimensión no tiene ninguna mochila, no está volviendo de un viaje. La tome cuando iba a tomar el metro. La mochila... ¿dónde la vi por última vez?"

- ¡Claro! -exclamó, llamando la atención de los extracomunitarios-. ¡Sucedió en Heathrow!

Echo a andar con un único pensamiento: regresar de inmediato a Heathrow.

Recorrió el camino hacia la plaza Piola y bajó las escaleras del metro. No tenía dinero para el billete, pero la taquilla estaba desierta. Por allí solo había un uniformado, de espaldas y bastante lejos. Así que saltó el torniquete y se dirigió hacia el andén.

Pocas personas esperaban el convoy. Alguien miraba intensamente el letrero luminoso con los tiempos de espera, alguien leía un libro, alguien se paseaba impaciente.

Dinah recorrió el andén hasta el final, se sentó en un banco y se ensimismó. "Sé dónde debo ir, en qué sitio debo despertarme. Solo debo controlar el viaje."

Trató de encontrar algún detalle que pudiera devolverla con la mente en Heathrow. Se concentró en la mochila, que había visto por última vez que había visto junto a los asientos cerca de la puerta de embarque. Intentó recordar algunos rostros, las inscripciones, los letreros luminosos del aeropuerto.

Pasaron un par de trenes, y ella aún estaba allí.
luego, de improviso, la mirada de un hombre emergió de los meandros de su mente. Bigote espeso, ojos minúsculos y mentón pronunciado. Llevaba un uniforme.

"Claro, el guardia del aeropuerto. Me miró mal cuando apoyé los pies sobre la mesita, en la sala de espera."

Su mente enganchó aquel recuerdo y no la dejó escapar. Un instinto parecía guiarla. Se concentró en algunos destalles, los zapatos del guardia, la porra colgando del cinturón. Detrás del hombre, el letrero de una zapatería. Y la foto de la familia feliz con la inscripción GO TO EOROPE NOW!

En un instante, todo el cuerpo de Dinah se entumeció y cayó de lado, haciendo que se golpeara la cabeza contra el banco.

Los rostros, los colores, olores y voces de un universo se mezclaron con los de otra realidad. El torbellino absorbió su pensamiento arrastrándola fuera de allí, de aquella Milán tan similar y, al mismo tiempo, extraña. Fue como recorrer a la velocidad de la luz un túnel de recuerdos, sin tiempo para distinguir ninguno. No solo sus recuerdos, sino los de cualquiera.