12
Después de aquel breve y absurdo dialogo mental con Dinah, Normani había vuelto a casa. Había esperado otros diez minutos, hasta que había admitido que seguir esperando no tenía sentido.
La casa de los Kordei estaba en silencio. Quitándose la chaqueta, alargó la mano palpando la pared hasta encontrar el interruptor junto a la puerta. La luz del vestíbulo iluminó un par de estampas de cuadros impresionistas, un paragüero en hierro forjado, un mueblecito antiguo, una alfombrilla con el motivo de dos border collies abrazados y las escaleras que llevaban al piso de arriba.
- ¿Por qué?-se preguntó mientras subía, dirigiéndose a su cuarto.
Cuando estuvo dentro, dio un portazo y se quitó las botas. Luego se sentó en el borde de la cama.
Las lágrimas ya le resbalaban por el rostro. Se apretó un cojín contra la cara y luego lo lanzo con violencia contra el armario.
- ¡No existe nada! ¡Soy una estúpida! ¡Nada más que una estúpida!
Mientras gritaba, observo sus libros escolares sobre el escritorio. Tenía varias pruebas de control en los próximos días siguientes, pero la espera de Dinah le había hecho olvidarse de todo. Así que ahora se encontraba atrasada con el estudio, segura de haber perdido demasiado tiempo en una locura y poco preparada para el regreso a clase.
"Ya no quiero oír esa voz."
Se levantó de golpe, aferró su diario y salió de la habitación. Unos pocos pasos decididos y estuvo en las escaleras. Cuando llegó a la planta baja, entro en la cocina y tiro airadamente el diario en el cubo de la basura selectiva.
- ¡Basta! -gritó, los ojos enrojecidos e hinchados de lágrimas.
En la escuela, en los últimos días, había estado demasiado distraída. La profesora de Matemáticas le había llamado la atención, la había sorprendido con la mirada perdida más allá de la ventana. Y también había sacado una C en el control de Historia, ella, que tenía todas A.
"Mejor concéntrate en el estudio -pensó antes de sentarse en el escritorio-. Así evitare pensar en que me he convertido en una pobre loca que oye voces y cree que existen de verdad."
Antes de abrir el libro de Matemáticas, Normani echó un último vistazo fuera, hacia el cielo.
-Cómo he podido pensar que era real...-se dijo en voz alta mientras observaba como las nubes se condensaban y se volvían amenazantes.
No podía saber que, más allá de la ventana que daba a la calle, el aire fresco de Melbourne era el mismo que respiraba Dinah.
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Multiverso. Cuando Ally pronuncio aquella palabra, Dinah decidió interrumpir la llamada, como impulsada por un reflejo espontaneo. Las manos le temblaban, le costaba ordenar aquel cúmulo de informaciones. Lo único seguro era que había atravesado medio mundo para encontrarse sola en el supuesto punto de encuentro.
Se encaminó por Splanade mientras el viento se alzaba y agitaba las ramas de los árboles a lo largo de la costa. Con las manos en los bolsillos de su chaqueta, avanzaba a paso rápido, sin rumbo. Había hecho todo aquel camino para demostrarse a sí misma la existencia de Normani y ahora debía aceptar que la chica vivía en una dimensión paralela.
-Supongo que es así- dijo en voz alta antes de detenerse a tomar aliento.
Algunos transeúntes la observaron con curiosidad. La expresión de su rostro era un fresco de la confusión que sentía en aquel momento.
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Multiverso (Adaptación Norminah)
FantasyADAPTACIÓN A NORMINAH DEL LIBRO ORIGINAL DE MULTIVERSO DE LEONARDO PATRIGNANI ¿Y SI ESTE NO ES EL ÚNICO UNIVERSO POSIBLE? ¿Y SI NUESTRA VIDA NO FUERA POR SOLO UN CAMINO... SINO POR TODOS LOS POSIBLES? Según la teoría del Multiverso, existen infin...