Capítulo 14

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14

Dinah no soñó durante toda la noche. O si lo hizo, su cerebro estaba demasiado cansado para recordarlo al despertar.

A las diez de la mañana volvió a la calle por la que había venido el día anterior y giró en la esquina de Blyth Street. Había cogido un plano en el hotel y, como había podido verificar, la calle estaba muy cerca de Esplanade. Casi a la altura del número 23, el corazón comenzó a palpitarle. Asomó la cabeza por encima de la puerta y oyó un timbre de bicicleta proveniente de la parte trasera de la casa. No tuvo tiempo de llamar. Una chica de largo pelo rojizo apareció en la bicicleta de improviso y se detuvo delante de la entrada de la casa. Las separaba solo el sendero al otro lado de la puerta.

"Tiene mi edad... Dios mío es ella", se dijo Dinah mientras levantaba tímidamente un brazo para hacerse notar.

La chica se volvió, la miro y frunció el entrecejo.

Dinah se volvió hacia la calle, perpleja. Permaneció unos segundos con la espalda vuelta hacia la entrada de la casa y los ojos cerrados.

"Que me pasa? He atravesado el mundo para este momento..."

"Tímidamente, se dio la vuelta hacia la puerta y vislumbró la figura de la chica, que en este momento se bajaba de la bicicleta.

-Nor...-empezó, pero las sílabas permanecieron en la garganta. Le salió un sonido ronco, como un ataque de tos.

La chica se volvió de nuevo mientras sacaba del bolsillo de los vaqueros la llave de la cadena de la bici. Su mirada era temerosa, como la de quien se siente indefenso, observado y amenazado.

"¡Parezco una maniaca, maldición!"

Dinah aparto la mirada.

Con el rabillo del ojo vio que la chica retrocedía para apoyar la bici en el muro de la casa.

-Mom? -llamó hacia una ventanita que daba al patio.

La puerta se abrió y salió una mujer con un delantal rojo.

-Susan, you're finally here! -exclamó.

La chica lanzó a Dinah una última Mirada de desconfianza y entró con paso rápido.

Solo entonces Dinah se volvió, decepcionada, hacia el buzón. WELLER, ponía. ¡Otra desilusión!

El anciano del restaurante había sido preciso sobre la calle, pero no responde al número de la casa. Dinah siguió hasta la casa del 21. Estaban adosados, como en los barrios residenciales americanos que se ven en los telefilmes.

THOMSON, leyó en el buzón. "¡Maldición, tampoco es esta!"

Pensó un instante, luego decidió que tanto daba tratar de pedir alguna información a estos Thomson. El viejo no podía haberla tergiversado todo y so había alguien en condiciones de darle noticias sobre los Kordei, era sin duda quien vivía en aquella calle.

La puerta estaba abierta. Dinah avanzó con cautela por el sendero del pequeño jardín casi idéntico al de la casa anterior y se acercó a la puerta de madera blanca. Subió los peldaños de la entrada y llamó al timbre.

La familia Kordei podía haberse mudado, pensó, era muy posible. En su pensamiento resonaron las palabras de Ally sobre las infinitas posibilidades que ofrecían las realidades paralelas, pero Dinah sacudió la cabeza para concentrarse en lo más pragmático: encontrar la casa de Normani.

Una cincuentona de pelo rojo rizado, baja y bastante entrada en carnes, abrió la puerta.

-Who are you, little girl?

Multiverso (Adaptación Norminah)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora