Final

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UN MES DESPUÉS

Corría una brisa fresca y delicada mientras el sol iba cayendo detrás del horizonte, rodeado por pinceladas rojo-anaranjadas y por bandadas de pájaros que se perseguían en el cielo de Barcelona.

Un chico de dos metros de altura pasó como una exhalación sobre patines frente a Dinah y Normani, que cruzaban del paseo marítimo hacia el muelle.

-Menos mal que nos han dejado viajar. Será un fin de semana fantástico -dijo Normani, con los ojos centelleantes y tomada de la mano de Dinah.

-Y esta vez no me he inventado excusas, simplemente no he pedido permiso. Aún no puedo creérmelo.

La chica sonrío y bajó la mirada. Luego levantó los ojos y miró alrededor. El muelle estaba flanqueado por escolleras y sobre la derecha partía una franja de arena que iba desde la zona de la Villa Olímpica, donde se encontraban ellos, hasta el puerto. Normani ya había visto aquellos lugares durante la excursión escolar. Los recordaba bien.

-¿Sabes?, a veces me parece haberlo soñado todo -dijo.

-Sí...

-Ya no siento tu voz en la cabeza. Y hago las mismas cosas que hacía antes.

Dinah asintió.

-¿En este mes te ha ocurrido lo de ... viajar? Saltos en otras dimensiones, vidas alternativas...

-No. ¿Y a ti?

Dinah sacudió la cabeza, con la frente arrugada y el aire de quien continúa haciéndose preguntas.

-Si ha sido un sueño, ¿como es posible que hayamos tenido el mismo sueño? -quiso saber mientras se detenía a contemplar el último rayo de sol que desaparecía tras el horizonte.

Normani la tomó de la mano y se volvió, sin responder. Recorrieron el muelle hacia el paseo marítimo. Cuando llegaron a él, se sentaron en un banco y permanecieron en silencio durante un par de minutos mientras el aire de la ciudad se hacia poco a poco más punzante.

-Mira -continuó Dinah-, en estos días he reflexionado mucho. Si toda la historia del asteroide fuera verdad, ¿cómo explicarías que la realidad en que nos hemos encontrado sea exactamente idéntica a aquella de la que procedíamos?

-Sí. Yo voy al instituto cada mañana, el sábado tengo el curso de natación con los mismos compañeros, mis padres están bien y el mobiliario de la casa no ha cambiado.

-Lo mismo ocurre en Milán. En este mes no he notado un solo detalle fuera de lugar. Si nos hemos salvado del fin del mundo y hemos terminado en un universo paralelo donde el asteroide no se ha estrellado, ¿cómo es posible que nuestra vida no sea nada distinta?

Normani permaneció mirando un punto lejano, mientras Dinah insistía:

-No tiene sentido... no tiene... ¿Mani? ¿Me escuchas?

-Sí... Sí, claro. Perdona, he tenido una especie de déjà vu, pero... no. Nada.

- ¿Qué pasa?

-Pero no, no es posible.

- ¿Qué?

-Allá. Me ha parecido ver a una compañera de clase dando una moneda a aquel artista urbano. ¿Lo ves?

Multiverso (Adaptación Norminah)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora