7

4.2K 211 0
                                    

Peyton

Suspiré, necesitaba un poco de café. Hoy no había desayunado, no me sentía con mucho apetito. El trabajo estaba un poco agotador y no me refería solo al de ser modelo. El ser un maldita mafiosa como todos me veían no es sencillo, sobre todo al mantener el poder de varios territorios. Frote mis ojos, no sé sentí un buen día.

Parecía esos días en que solo quieres sentarte en un rincón analizando tu vida y todas las acciones que te han llevado a ese momento.

No estaba orgullosa de todas mis decisiones que me han convertido en lo que soy ahora, pero tampoco me arrepiento.

Soy quien soy por cada caída y tropiezo que he tenido.

Me puse mis gafas de sol antes de salir de la cafetería, desde el momento en que salió en los titulares que estaba comprometido y esperando un bebé, los paparazis no han dejado de acostarme un solo momento. Eso estaba acabando con lo paciencia, y cabe destacar que tenía muy poca.

Aunque bien podría deshacerme de ellos, no lo haría por dos motivos. El primero es que ellos lo hacían porque es su trabajo y el segundo, ellos necesitaban ese trabajo.

Todos mis hermanos han desmentido una y otra vez esas noticias falsas, pero aún siguen persiguiendome.

La prensa puede ser muy despiadada.

Con ayuda de mis guardaespaldas logre subirme a mi auto evitando a toda costa a los fotógrafos. Estaba un poco fastidiada con tenerlo, era más que suficiente a los que ya tenía y me cuidaban desde la sombra. Pero no me podía negar, Tyler personalmente los contrato para que me cuidarán.

Al menos tres autos negros blindados estaban tras de mi mientras manejaba. Lo positivo es que podía ir un poco más tranquila de lo normal, no corría peligro.

Al pertenecer también a un mundo lleno de armas, pandillas, droga, dinero, mucho dinero, te podrías conseguir un enemigo fácilmente.

Y morir de la misma manera.

Pero solo es capaz de sobreviví el que no le tiene miedo a nada, ni a la misma muerte.

Repasando mi agenda mentalmente, recordé que tenía una entrevista con una revista. Estaba segura que abordarán los temas que me he hacen aparecer en primera plana. Bufe, esto puede ser cansado.

Me detuve cuando un semáforo se cambió a rojo, a pesar de que iba tarde a la empresa no me preocupe. Ryan sabía todo lo que hacía y tenía que hacer. Y bueno, también sobre el sermón de cada uno de los hermanos para que tuviera cuidado cada vez que salía de la mansión. También estaban preocupados por el escrutinio y lo polémico que han sido los últimos días para mi, pudiera aparecer un maniático.

Soy consciente que todo lo que hacían es porque me cuidaban y protegían, es algo que apreciaba mucho, sobre todo si es de parte de ellos. Me hacían sentí como una niña pequeña a pesar de ser ya una adulta.

Estacione el auto y subí en el ascensor privado que estaba un poco oculto de la vida del público que solo usamos Ryan, mi familia, Jake y yo. Nadie más, ni siquiera los más allegados a nosotros. Llegué al piso de presidencia, sentí todas las miradas puestas en mi. Suspiré, pasé de largo ignorando a todos. Salude brevemente a Lucí y me dirigí a mi oficina directamente donde me recluiria todo el día si es posible hasta la hora de salida.

Han pasado dos horas desde que había comenzado hacer unos estúpidos tratados. Tuve que llamar a uno de los siete, porque no entendía algunas cosas o más bien no cuadraba. Tenía que darme una vuelta por allá, no quería problemas.

Busque en uno de los cajones un liga para el cabello y lo sujete en una coleta alta. Estos tratados me hacían agotar un poco. En cada uno de ellos tenía que evaluar nuestro interés y el de ellos. Tanto cosas positivas y negativas a la vez.

Todo Cambio #1 (Saga "Carreras clandestinas" ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora