Ryan
Me contenía para no destruir todo lo que tenía a mi paso. Cerré los ojos contando hasta el tres tratándome de calmar, pero es imposible. Apague bruscamente el televisor de la sala de reuniones. Estaba furioso, muy furioso.
No me interesaba saber nada sobre el supuesto romance entre Peyton y el maldito imbécil. Aunque lo único que me alegro fue que aclaro que solo son amigos y nada más.
El muy estúpido sabia lo que estaba haciendo, sus jugadas estaban bien pensadas. Pero se equivocaba en algo, no dejaría que se robara a mi mujer. Estaba demente si pensaba que lo permitiría.
No dejaba de pensar en que el muy imbécil no hubiera negado tener nada con Peyton. Eso es lo que más me tenía enfurecido. Maldito. Tenía que encargarme de él, cuanto antes.
Salí de ahí y me dirigí directamente donde se encontraba se encontraba Kelset. Tenía que acabar con esta mierda rápido.
-Aléjate de ella -dije entre dientes cuando llegué donde el se encontraba sin ni siquiera mirar a los demás.
- ¿O si no que? -pregunto enfrentándome. Desgraciado.
Supongo que tendría que hacer valer mi apodo del Diablo. Haría que estuviera en su propio infierno si seguía así.
-Te vas a arrepentir toda tu puta vida -masculle con la mandíbula tensa. Tenía la intensión de romperle el cuello si no se callaba.
-Sé que eres el Diablo -dijo indiferente como si aquello no fuera importante, pero estaba tenso.
-Todos tenemos un lado oscuro. Unos sabemos cómo llevarlo, otro lamentablemente no. —sonreí de lado maliciosamente - Pero como ya sabes quién soy, supongo que sabes que ella es la Diabla. —Estaba orgulloso de todo lo que soy, de lo que somos. — Aléjate de ella o te vuelo la cabeza -amenace seco. Estaba hasta las narices son su maldita mierda.
Se detenía o lo mataba.
-No me interesa lo que tu quieras. Ella es mi amiga y no me aléjare porque a ti se pega la puta gana -riño. Estúpido.
-Quedas advertido Kelset, con la mafia no se juega y peor si es con el Diablo -dicho esto me fui con una sonrisa en el rostro. Lo había dejado con la palabra en la boca.
Por el rabillo del ojo lo vi estaba soltando maldiciones. Eso le pasa con meterse con Peyton, ella es todo para mí.
La amo y la amaré en esta vida y en la otra. No veo un futuro sin ella.
Regrese a mi oficina, mire atentamente por todos los lados. No quería encontrar un intruso como la última vez. No tenía humor para eso y por suerte no había nadie aquí. Espere un mensaje de Lucí para que me confirmara si Peyton estaba en la empresa.
Ella había regresado a trabajar en mi compañía desde la semana pasada por mi salud mental. Así podría ser todo lo que hice en todo momento, aunque suene muy extremista.
Una vez que le asegure de que mi novia estaba aquí, fue a su oficina. Abrí la puerta silenciosamente y la cerré para que nadie entrará. Me quedé en la entrada observándolo. La encontré revisando algunos documentos. Estaba muy concentrada, se veía hermosa. Carraspee para llamar su atención.
-Perdóname -comencé a decir rápido. No quería que me botara de su oficina. —Siento haber sido un idiota. —No se me daba muy bien disculparme. Pero hacía lo mejor que podia. No quería perderla.
<<Sabes muy bien que los celos no me hacen reaccionar de la mejor manera posible. —me sincere de un sopetón. Ella me miraba sorprendida por mi arrebato. Claro, la entendía. No se esperaba eso ni yo mismo, si lo pensaba bien. Me atreví acercarme. -Detesto que todos te estén mirando con deseos de robarte de mi lado que al pensar en la posibilidad de que podría ocurrir me vuelve loco. —trague saliva, parecía que en la últimas palabras había sonado más tímido de lo que quería.>>
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Todo Cambio #1 (Saga "Carreras clandestinas" )
RomanceTodo cambió. Cuando menos lo esperamos todo cambia en un abrir y cerrar de ojos. Todo sucede tan rápido que no somos capaces de elegir los caminos correctos. Donde sí elegimos mal, nos puede llevar por el camino equivocado que nos pueda de causar u...