Capítulo 19. "Las Ventajas de ser Paul".

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Mama told me not to waste my life

she said spread your wings

my little butterfly

Don't let what they say,

keep you up at night

and if they give you

SSSHH!

Then they can walk on by

Cuando coloqué Wings como tono de alarma en mi celular, tenía en mente despertar de una manera positiva. Ya saben, sonriendo, bostezando, estirando los brazos, queriendo comenzar otro gran día...

Pero lo único que realmente quiero hacer ahora es partir el celular con mis propias manos, lanzar el cadáver por la ventana, y continuar durmiendo.

Lastimosamente, no podía. Así que me levanté de la cama y fui a desayunar (siempre desayuno en pijama, es como mi onceavo mandamiento). Caitlin estaba terminando su desayuno mientras leía apresuradamente unos papeles cuando llegué a la cocina.

̶            Heeey –saludé, caminando hacia el refrigerador.

̶            Heeey –respondió sin dejar de ojear los papeles.

̶            ¿Examen?

̶            A primera hora –resopló, con una mueca.

̶            Ewgh.

Corté un pedazo de pan, lo abrí a la mitad, y coloqué dos rebanadas de queso dentro. Después le coloqué atún. Jamás sería tan bueno como los emparedados de Subway pero, hey, no eran malos.

̶            Ya me voy, saluda a tu novio de mi parte –dice Cait, levantándose.

̶            Lamentablemente no puedo entrar en libros, así que olvida ese saludo –le digo, llevando mi emparedado a la mesa. Caitlin lanzó una revista a la mesa.

̶            Eso parece real –me guiñó un ojo, y salió de la cocina- ¡Te quiero! ¡Nos vemos a la noche!

Frunzo el ceño y veo la revista.

Ah, claro, genial. Los turistas con cámaras sabían muy bien cómo sacar provecho a sus fotos. La portada de la revista éramos Harry y yo, en el suelo de SYCO.

̶            ¡No puedo creer que hayas comprado esto! ¡Estás derrochando el dinero en popo! –le digo, lanzando la revista nuevamente a la mesa- ¡No te crié así!

Escuché la risa de Caitlin, y luego el sonido de la puerta cerrándose.

Cuando terminé de desayunar subí para arreglarme. Eso significa cepillarme los dientes, utilizar el inodoro, y vestirme con jeans ajustados y alguna camiseta. La afortunada esta vez fue mi camiseta negra de Queen. Mi hermosa, preciada, y perfecta camiseta preferida. Sería capaz de ir a unos premios con esta camis- esperen, ya hice eso, jé.

Lo único que hice con mi cabello fue acomodarlo más o menos con mis manos, y después de tomar mi bolso, salí del departamento. No maquillaje, no tacones, no peinados detalladamente elaborados. Puedes pensar lo que quieras, realmente, pero así soy yo.

̶            Buenos días Charles –saludé al guardia del edificio, un señor anto, canoso y flacucho que me recordaba a mi abuelo.

̶            Buenos días, señorita –me respondió amablemente, y le sonreí.

Ese día me fui a SYCO en mi motocicleta. Se supone por gramática que es "una" motocicleta, pero me gusta ignorar eso y decirle "chico".

El camino fue igual de entretenido que siempre. Me gustaba ir en motocicleta por que la sensación era mí parecida a volar: el viento jugaba contigo y en contra, la velocidad esparcía la adrenalina en tu torrente sanguíneo, y el sonido de la motocicleta hacía de banda sonora. Frené en un semáforo. No me gusta detenerme, razón por la que, aun sabiendo que son necesarios, odio a los semáforos.

Enamorada de la competencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora