Capítulo 26. "Amigos".

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Estaba recordando esa vez que Harry y yo hicimos un pastel. Quedó horrible, se quemó por completo. Terminamos con mucha harina en la cabeza, gastamos todo un cartón de huevos porque al menos cuatro los partimos mal. Oh, y cuando lo probamos, nos dimos cuenta de que colocamos sal en vez de azúcar en la mezcla. Sabía horrible. Ewgh.

Oh, eso fue hace sólo cinco días.

̶ ¡Aria, centrada, por favor! –la voz de Caitlin me sacó de mi cabeza, devolviéndome al mundo real.

̶ ¿Qué?

̶ ¿Qué vestido crees que es mejor para dama de honor? –preguntó Sussan, sosteniendo dos vestidos. Dannia sostenía otros dos a su lado, y Kathie uno.

Me llamó la atención el vestido que sostenía Dannia. Era azul oscuro, de la mitad de los muslos para abajo se iba transparentando levemente. Pero dejaba los hombros y el cuello al descubierto por completo.

– El azul, pero... –hice una mueca– La parte de arriba es demasiado simple. Quizá si cubrieras los hombros con un poco de la tela de... ¿no podemos rediseñarlos o algo? –pregunté.

– Podemos intentarlo –Caitlin asintió.

Pero mi celular sonó. Era una llamada de Harry.

– Tengo que contestar –dije, levantándome.

– ¿Harry? –Dannia enarcó ambas cejas. Me encogí de hombros.

– Oh, y yo pensé que nos habíamos librado de él por estos días –lamentó Kathie. Le saqué la lengua y contesté.

– HOLAAAA

– ¡Heeey! –saludó– ¿Qué vas a estar haciendo mañana?

– ¿Vuelves mañana? –pregunté, intentando disimular mis ansias.

– Hoy a media noche. Tengo que ir a SYCO mañana por la mañana, pero tengo la tarde libre.

– Ow, Harry. No creo que podamos salir –hice una mueca– Estoy ocupada con las chicas por la próxima semana. ¿No te dijo Ed sobre la boda?

– ¿La boda?

– Sussan y Ed van a casarse –le dije.

– Oh, woah. Demonios. No tenía idea. Sólo... woow... woah. Tengo que llamar a Ed o algo.

Él en serio sonaba sorprendido, así que me reí.

– Por lo que, voy a estar ocupada. Tú sabes, los arreglos y todo eso. –expliqué.

– Entiendo. Bueno, ¿al menos te veré en SYCO?

– Seguro. Creo que comencé a extrañarte.

– ¿En serio, amor? –tenía su tono divertido y casi podía sentir su sonrisa. Eso me hizo casi soltar una risa.

– Comencé a hacer chistes sobre pasteles quemados pero nadie se reía.

– Pudiste venir conmigo, ¿sabes? Yo habría reído.

– No, no podía Harry. También tengo cosas que hacer aquí –resoplé.

– Vas todos los días a SYCO, no creo que a Molly le hubiera molestado que faltaras unos cuatro o cinco días.

– Tenía una entrevista y una canción que practicar. Y luego con el compromiso de Suss y Ed he estado ocupada con las preparaciones de la boda. No podía sólo irme a Nueva York.

– Entiendo –suspiró– Igual, se acercan los cuatro meses. ¿Ya pensaste en algo?

– Superaré lo del paracaidismo, eso tenlo por seguro –le dije. Él se rió.

Enamorada de la competencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora