Capítulo 55 "Fuego".

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Capítulo 55


Fuego




-¡Terminé llorando!- me contó Harry riendo.

-¿Enserio?- le pregunté riendo con él.

-Sí, por eso NUNCA intentes quitarle su comida a Niall - me dijo.- Oye, ¿no has preguntado la fecha de la graduación de Sophie?- me preguntó.

-Aún no.- le dije.

-¿No extrañas estar con ella? - me preguntó.

-Oh, eso es un caso - le dije y reí -. Siempre peleamos, por todo.

-Yo amo a Gemma, y la extraño tanto... - me dijo. - Creo que soy el chico más afortunado del planeta. Te tengo a ti, a mamá, a Gemma, a los chicos... - dijo, y sonreí. Dios, este chico sabía como volverme loca. Bueno, más loca de lo que ya estoy.

-Te amo - le dije sin dudarlo.

-Te amo aún más - me sonrió. Me quedé mirándole, y luego volteé a ver mi ventana.

Aún conservaba mi sonrisa de boba, hasta que vi un auto estacionado a un costado de la calle.

Dentro del auto brillaba una luz... Fruncí el ceño... ¡Era fuego!

-¡HARRY!- grité espantada.- ¡HARRY DETÉN EL AUTO!-. Mis ojos se aguaron inmediatamente, y ya las lagrimas emanaban de estos.

Los recuerdos del peor día de mi día volvían a invadirme...

Casi podía ver un par de azules y hermosos ojos dentro del auto encendido en llamas...


-¡NO!- grité llorando. Harry detuvo el auto frenando que golpe. No le dejé hablar porque salí del auto y corriendo me dirigí hacia aquel auto.

Casi me atropella una camioneta, pero no me importó, seguí corriendo. Llegué al auto prendido en fuego y...

-¡ARIA! - gritó Harry asustado, y colocó ambas manos en mi cintura, tratando de contenerme con él.

-¡HARRY EL AUTO!- grité llorando.- ¡HARRY!

-¡ARIA CÁLMATE!- gritó - ¡ES SOLO UN BOMBILLO ENCENDIDO!


Entonces el fuego desapareció, y como decía Harry, era solo una lucecita encendida dentro del auto. Me quedé callada y sin moverme... Mis mejillas comenzaban a enfriarse debido a las lágrimas y a fría temperatura.


-¿Aria?- me preguntó Harry. Me reincorporé.

-Estoy bien.- le dije.- Vamos al auto.

Estaba temblando. Harry no soltó mi cintura en el recorrido hasta que llegamos de vuelta a su camioneta negra, como si temiera que cayera en cualquier momento. Me ayudó a subir al asiento, y cerró la puerta. Mientras el daba la vuelta alrededor del auto para llegar a su asiento, respiré hondo, suspiré, y me tranquilicé.

Sequé mis lágrimas.

-Ya paso, no pasará de nuevo. Ya paso. - dije, y sentí nuevamente una lágrima bajar por mi mejilla. Ese nudo amargo en la garganta permanecía allí. Y ahora el hoyo en mi pecho cobraba vida. Nunca se había ido, de hecho. Sólo que aprendí a vivir con ello.

Mi vida parecía perfecta, ¿cierto? Padres perfectos, una hermana, una tía en la que confiaba plenamente. Tenía amigas, estaba en la banda ganadora de The X Factor, tenía a Harry Styles como novio, una voz "maravillosa", soy millonaria...

Sí, parecía perfecta. Pero no lo es, no lo fué, y nunca, jamás, lo será. Jamás. Porque lo que ha pasado no se puede cambiar, y lo que ha pasado nunca me dejará vivir en paz.

Las pesadillas se habían ido, y mi "trauma" ya no estaba presente. Sin embargo, sabía que esto volvería a pasar. Las alucinaciones volverían, lo sabía.


-¿Que ocurrió?- me pregunto Harry. No respondí, no diría un típico "nada", porque lo que acababa de pasar nunca podría ser un "nada". - Aria... No tengo la menor idea de lo que pasó hace unos minutos, pero me estás preocupando. ¿Estás bien?

Solté un suspiro.

-Estoy mejor - dije con sinceridad.

-¿Quieres hablar de ello?- me preguntó. La misma pregunta había tenido que escuchar bastante por parte de los psiquiatras. No, gracias.

-No es necesario - le dije subiendo sólo un poco las comisuras de los labios,

-¿Segura?- me preguntó. Asentí.

-Sólo pensé que era fuego... Es todo.- le dije. Fuego... Sólo fuego... Y se me aguaron los ojos. Parpadeé un par de veces para evitar que se formen lágrimas.


Al llegar a Hard Rock, ya estaban todos en una mesa esperándonos. Harry y yo llegamos tomados de la mano.

-¿Por qué se retrasaron?- preguntó Liam preocupado.

-¡Por favor no sean muy detallistas!- dijo Sussan.- Si lo hicieron, no tienen que decir nada.

Todos reímos mientras Harry y yo tomábamos asiento.

-Había tráfico.- mintió Harry, y yo le dí un apretón en la mano, dándole a entender que enserio se lo agradecía.

-Debo ir al baño - les dije y miré a Caitlin. Ella comprendió la indirecta.

-Te acompaño.- dijo de inmediato levantándose.

-¿Por qué las mujeres siempre van juntas al baño?- preguntó Louis.

-Hermione fue sola... Y la atacó un troll - le dijo Kathie.

Caitlin y yo fuimos hasta el baño en silencio, y al llegar...

-Volvió a suceder - le dije sin rodeos.

-¿Sobre...?

-Sí, Caitlin. - le dije. Ella se acercó y me abrazó.

-¿Que ha pasado esta vez?- me preguntó.

-Vi un auto... - aspiré hondo.- en llamas. Y... Caitlin, te juro que vi sus ojos. - le dije, y exploté en llanto.

¿Se han preguntado por qué nunca lloro?, ¿Por qué solo lloro con cosas muy fuertes? Eso ocurre cuando pasas demasiado tiempo llorando... Demasiado tiempo, noche tras noche, sufriendo de la peor manera con recuerdos. El día que me propuse seguir adelante, fue el día que me propuse que tendría que dejar de llorar, tendría que dejar de torturarme a mí misma.

-Salí corriendo hacia aquel auto, parecía una psicópata desesperada, gritaba y lloraba. Pero cuando Harry me dijo que solo había un bombillo encendido...

-Shshsh... - me abrazó más fuerte.- Respira, tranquilízate, todo va a estar bien

-Caitlin, yo le prometí que iba a estar bien... Yo... - seguía llorando, las lágrimas no paraban.- Quiero morir. - dije entrecortadamente.

-No - dijo dura, su tono de voz pasó de comprensivo a seria. Se separó de mi.- No más recuerdos. No vuelvas a repetir eso. No vuelvas a... - ahora a ella se le aguaban los ojos.- Escucha, entiendo que eso fue muy fuerte para ti...

-¿Muy fuerte?, ¡Fue lo peor que pudo haberle pasado a una persona!, ¡LO PEOR! Preferiría haber muerto.- le digo viendo a la nada.- Desearía que sus hermosos ojos volvieran, y me miraran de nuevo. Que no daría yo por escuchar otro "Te amo" de él.

-Comprendo como te sientes...

-No.- dije fría.- No vuelvas a decir eso jamás. Esa es la mentira más falsa que puede existir. Nunca pasaste por lo que yo, no puedes decir que sabes como me siento. Comprender, es ser capaz de hacer.

-¡¿Puedes entonces tratar de cooperar?!, ¡No es lindo verte sufrir, Aria!- me grita, y le caen un par de lágrimas.

-Lo siento.- le digo arrepentida. Mi rostro se suaviza.- Es sólo que... Olvídalo.

-Estas cumpliendo siete meses con Harry. Tienes que estar feliz. Quiero que te tranquilices, saques ese pensamiento de tu cabeza, y vayamos a reír con esos idiotas que nos están esperando.- me exige, y yo asiento.

-Me gustaría estar sola un minuto, por favor - le digo. Ella me observa un segundo, y luego de asentir, se va.


Yo apoyo mi espalda en la pared, y me deslizo hasta el frío suelo. Abrazo mis piernas y escondo mi cabeza entre mis rodillas.

Y aunque no lo desee, mi cabeza me tortura con millones de recuerdos que implican un par de hermosos ojos azules, con un brillo especial.

Golpeo el suelo con mis manos una y otra vez. Debo parecer una niña caprichosa y malcriada cuando no consigue la muñeca Barbie que quiere.

Me levanto del suelo, y miro al espejo. Me miro directamente a los ojos, y ahí están.

Mi par de ojos azules, idénticos a sus ojos... Él debía estar aquí, no yo.


Acuno mis manos debajo del chorro de agua que suelta el grifo, y salpico mi rostro. Luego me seco con un pedazo de papel y me observo una vez más en el espejo.
Esta es una de esas veces en las que me agradezco por no usar maquillaje, de lo contrario ahorita parecería un mapache.

Salgo del baño y me dirijo a la mesa donde hay un montón de risas. Todos ríen menos Harry. El solo tiene una pequeña sonrisa en sus labios, pero parece ido, en otro mundo.

Me siento a su lado, y coloco mi mano encima de la suya, que esta en la mesa. Apenas siente el tacto él voltea su cabeza para verme, y sus ojos derraman preocupación. Aprieta mi mano.

-¿Estás bien?- me pregunta en un susurro. Yo asiento.

-Ya lo estoy.

-¡Miren quien llego!, ya a Harry le estaba faltando el oxígeno.- bromeó Zayn. Harry arrugo una servilleta hasta volverla una pelota, y se la lanza a Zayn.

-¿Aria? - escucho una voz femenina atrás mío. No conozco esa voz. Me volteo para encontrarme con una chica rubia, de cabello largo y alisado artificial. Estaba maquillada, tenía un vestido azul marino muy oscuro, y llevaba tacones. No. Definitivamente no la conozco.

-¿Hola?- digo extrañada.

-¿No me recuerdas?, ¡Soy Natalie!, ¡Natalie Theers!- me dice sonriendo.

Miro a Caitlin, quien tiene la misma expresión que yo.

-¿Natalie? - pregunto asombrada.- ¿Ahora eres rubia? - Ella era castaña claro. Tampoco tenía la misma nariz, y se había operado los pechos.

-¡Sí!, ¡No puedo creer que estés aquí!, ¡Te he extrañado tanto! - dice extendiendo los brazos para abrazarme. Yo por no ser descortés me levanto y la abrazo. Sin embargo, ella me aprieta demasiado, y siento que mis pulmones explotaran.- ¡Llamaré a Megan! No se la creerá. - dijo y se fue a gritando "¡Megan!".

Yo volteé a ver a Caitlin con mis ojos abiertos al máximo. Ella estaba igual que yo.

-¿Megan?- pregunto yo.

-No me extraña para nada que esté con ella.- dijo Caitlin.

-¿Quienes son?- pregunta Sussan.

-Natalie estaba en nuestra escuela, era nuestra amiga, pero simplemente se alejó y se fue con Megan. - les expliqué.

-¿Megan?- preguntó Dannia.

-Ya saben, la mala del cuento. La típica rubia malvada... - les explicó Caitlin.

-Sólo que Megan no es rubia - les dije.- Bueno, no sé si ahora lo es, pero antes no lo era...

-¡Ahí Megan!, ¡Ahí está! - escuché decir a Natalie. Les susurro a los chicos un "salvenme", antes de que Natalie me haga girar para ver a Megan.

Megan era como una Kim Kardashian, pero más exagerada. Ella me observo de pies a cabeza antes de hacer una mueca de desagrado.

-¡Aria!- sonríe hipócrita, y me da un beso en la mejilla. - ¡Tanto tiempo!, ¿Cómo has estado, amiga?

"Amiga". Si claro, amiga tu abuela. Oh, cierto, su abuela era una de sus únicas amigas. Nadie en la escuela la soportaba.

-Eh... Pues bien.- le digo.

Ella observa a los chicos en la mesa, a Caitlin, a las chicas, y dice:

-Ya veo. ¿Ése es tu novio?- pregunta mirando a Harry.

-Sí, es él.- le digo. Harry se levanta junto a mi y pasa un brazo alrededor de mi cintura. Megan le guiña un ojo.

-Hola, soy Megan. Por cierto, lo olvidé, Natalie, ¿Te di mi nuevo número de celular?- le pregunto a Natalie.

-¿Qué?, ¿Tú tienes...?, ¡Ah!, no, no me lo has dado - le dijo Natalie.

-¡CERO CUATRO CATORCE...!- grita y le hecha una mirada a Harry. Hasta yo capté que le está dando su número a Harry.

-Oye, creo que es más fácil que me des el número a mí, yo tengo el celular de Harry.- le digo. Megan me observo, y todos en la mesa rieron. - Si Eric te dejó, no tienes que quitarle el novio a alguien más.

Con eso causo que Caitlin casi se atragante de la risa. Natalie enrojeció.

-No le quité el novio a Natalie - dijo Megan enojada -, es sólo que ellos no iban a funcionar. Eric me quería a mi, y Natalie como buena amiga lo aceptó. Luego YO dejé a Eric - Entonces pasó un mechón de su cabello para atrás, haciéndolo volar con la mano.

-Bueno, tengo que - imite su gesto - irme. Tengo cosas más - volví a imitarle - importantes que hacer.

-¿Irte a cantar con tus amiguitas?, ¡Tampoco cantas tan bien como crees!- me dice riendo. Natalie se mantiene de pie, incómoda, ella no se metería conmigo, pero tampoco iría en contra de Megan.

-Pues canto mejor que tu.- le digo.

-¡Todos cantan mejor que ella!- dijo Caitlin.

-¡Cantar no sirve de nada! Eso es para vagos.- dice ella. Mala idea. Muy mala idea.

-Creo que se te olvida el hecho de que estás enfrente de diez cantantes - dice Sussan, mientras todos le miran fijamente.

Megan abre sus ojos como platos. No se había percatado de ese pequeño detalle.

-Vámonos Natalie - dice apresurada, y se van corriendo. Bueno, caminando, supongo que es algo imposible correr con tacones de 15 centímetros.

-Y esa, señores y señoras, fue Megan. - les dije tomando asiento.- La molestia con la que he tenido que lidiar por años.

-Me compadezco de ti - dice Sussan.

-Buenas noches, ¿Que van a ordenar?- preguntó un mesero llegando. Tenía el cabello atado en una coleta, tatuajes, pircings...

-¡Amigo!- saludó Nora.- ¿Cómo estás?

-Bien, ¿y tu? - le saludó de vuelta.

-Bastante bien. Dame una Cheeseburguer, sin cheese - le dijo Nora. Kathie y yo nos miramos indignadas.

-¿No te gusta el queso?- pregunté ofendida.

-¡Oh, lo siento! Si me gusta, pero no en la hamburguesa. Soy fan del queso. Y amo la canción "DO YOU LIKE CHEESE!?" - dice.

Mientras Nora, Kathie y yo egolatrábamos al queso, los chicos pidieron. Luego de unos minutos el mesero se fué.

-¿Has probado el queso americano? - preguntó Nora.

-¡Claro que sí!- dijo Kathie.

-Es tan perfecto...- dice Nora.

-¿Pueden dejar de hablar del queso?- pregunta Sussan.

-Corta nota - le dice Kathie.

Me quedé observando la pantalla donde ponían diversos vídeos de música, algunos eran extraños... Tanto que causaban risa. Es decir, ¿Qué video musical tiene vacas coreando en un fondo negro, y al vocalista deslizándose en mostaza?

-¿Alguien ha visto la película de Bob Esponja? - preguntó Nora.

-¡YO!- gritamos las chicas y yo.

-¿Recuerdan cuando se emborrachan con helado?- pregunto Nora entre risas.

-¡Y cuando llaman al mesero!- dice Sussan.

-¡Si!, ¡MEEEESEEEROOOO!- grita Kathie.

-¡MESEEERIIITOOOO!- grito yo.

-¡Yo soy un cacahuate, sí!- grita Caitlin.

-¡Tú eres un cacahuate sí!- corea Dannia.

-¡Todos somos cacahuates sí!, ¡cacahuates, cacahuates sí!- gritamos.

-¿Alguien más piensa que las tortugas de Buscando a Nemo se drogan?- pregunté riendo.

-¿Por qué?- preguntó Nora carcajeando.

-Es que dicen: Y tu hiciste OHHHH, y nosotros AAHHH y todos UUHHHH, suaaveee...- imito a las tortugas hablando como hippie.

Todas están rojas de la risa, Sussan cae de su silla. Los chicos están muertos de la risa, pero solo por como estamos nosotras. Quiero decir, las drogadas parecemos nosotras.

-¡Vámonos en moto!- digo yo,

-¡Yo conduzco! - dice Nora.

-¡Yo voy de pie!- dice Sussan riendo como loca.

-La policía las va a parar - nos dice Caitlin riendo.

-Sí - digo carcajeado - va a pedir los papeles - le digo entrecortadamente por la risa - y yo... Y.... Le... Yo... - no puedo terminar mi frase por sigo riendo como psicópata, al igual que todos.- Y le digo ¡Tijera! Gané - digo mientras Nora aplaude riendo, Sussan empieza a caminar en círculos como hace siempre que ríe, y yo... Golpeo la mesa.- ¿Entienden?, ¡Papeles!, ¡Tijera!, ¡De piedra, papel o tijera!- les digo.


-Hey, hola - saluda una voz masculina. Al voltear aún riendo veo a un chico rubio, con pecas, ojos azules.

-¡Zack!, ¿Qué haces aquí?, ¿Viniste con Natalie y la otra?- le pregunté.

-Con Natalie, a la otra no la soporto - dijo girando los ojos y tomando asiento en la mesa al lado de Liam. Liam lo observa raro. Claro, no lo conoce.- Hola Caitlin - le saluda.

-¿Que onda? - saluda Caitlin aún riendo.

-¿A esta que le pasó?- me preguntó. Y yo empiezo a reír más.

-Hola, chico desconocido - saluda Kathie.

-Hola - le saluda Zack sonriendo. Yo solo no puedo parar de reír, y realmente me asusta el posible hecho de que la comida tenga algún tipo de droga.

-Bueno, solo vine a saludar. Hasta luego... - yo solo me río más fuerte - ... Loca.- dice y se va.

-¿Hoy conocen a todo el mundo o qué?- pregunta Harry.

-No lo sé - sigo riendo.- Al parecer todos los conocidos de la escuela de Los Ángeles se pusieron de acuerdo para venir a Londres.

-¡Vinieron en un cacahuate con el mesero!- comento Nora riendo. Y aquí vamos de nuevo...











Abrí la puerta de mi habitación con Harry atrás mío. Era media noche, y Harry se iba a quedar a dormir conmigo. Nos dejamos caer en la cama, Harry apaga las luces y me abraza.

-Te amo.- dice Harry.

-Yo también- le digo sonriendo y cerrando los ojos.

-Lo digo enserio. Aria, quiero que lo sepas, enserio te amo. Te amo. - me dice seriamente. Yo me extraño.- Pase lo que pase, tienes que saber que enserio te amo.

Entonces entiendo que trata de que le diga lo que pasó hoy con el coche.

-Harry, confío en ti. Te amo. Pero no es momento para hablar de eso.- le digo. El luego de unos segundos asiente. Y ambos cerramos nuestros ojos, abrazados.

Tengo miedo. Sé que soñaré con eso hoy. Sé que las pesadillas volverán. Se que veré ese par de ojos azules en mis sueños de nuevo. Veré el fuego...





<< -Aria, no me dejes solo.- me pide débilmente, mientras cascadas de lágrimas asean sus mejillas.

-Te prometo que estaremos bien. Cierra tus ojos.- le digo, no quiero que vea como todo esta en llamas.- Tu y yo estaremos sanos y salvos. Tu estarás bien. Te lo prometo.- le digo con voz cortada, yo también estoy llorando.

-No me dejes sólo.- me pide nuevamente.

-Estoy aquí.- le digo sonriendo, pero aun así sigo llorando.- Te prometo que estaremos bien. >>




Tres dos días después. Miércoles.







-Aria - dice Sussan.- no puedes faltar al ensayo.

-Ya fui el lunes, sé la canción, no tuve fallos - le digo. - además, mañana es jueves, hay ensayo general.

Las chicas me miran, no están convencidas de dejarme ir.

-Por favor.- les pido.- Necesito ver a Jared.

Había decidido que necesitaba ir con Jared. Necesitaba a Jared. Necesitaba a mi amigo.

-Por favor - les pido. Dannia suspira.

-Ve.- me dice.

-Gracias - les digo sincera. Salgo de la gran casa, y corro a mi motocicleta. La he traído, sabía que la necesitaría.




Aparco la motocicleta enfrente de la antigua casa de madera. Escucho el sonido de un martillo chocar contra una dura superficie, repetidas veces. Bajo de mi motocicleta, y camino rodeando la casa. Detrás de ella un pequeño establo.

Es de madera, como toda la casa. Se ve antiguo, pero estable. De nuevo escucho el sonido del martillo golpear.

Paso a paso me dirijo hacia el establo. No hay rastro de animales cerca, y considerando que es un establo, es extraño.

Observo el marco del portón, y entro en el establo.


Ahí estaba Jared. Vestía solo unos shorts de jeans rasgados, lo que denota que una vez fueron pantalones de jeans. Lleva una camiseta blanca, sin mangas, y llena de tierra. Estaba tratando de clavar un clavo en la pared, por eso el sonido del martillo. Al sentir la presencia de alguien más, voltea en mi dirección.

Achina los ojos, y sé que no le da crédito a sus ojos al verme de pie a unos metros de él.

Deja caer el martillo y corre hacia mí. Me abraza apretujándome en sus brazos, y me eleva del suelo.

-Aria - murmura sin soltarme. Yo le abrazo igual de fuerte. Necesitaba a Jared.- ¿Qué haces aquí?

-¿No puedo visitarte? - le pregunto.

-¿Qué te ha pasado?- me pregunta preocupado.

-¿Cómo?- le pregunto.

-No sonríes, no eres sarcástica, no actúas como una niña de ocho años... Pareces de cuarenta.- me dice.

-Supongo que a veces hay que parecer de cuarenta.- le digo.

-Tú no. Tú eres perfecta tal y como eres. - me dice.

-No soy perfecta. Soy una persona horrible por dentro.- le digo soltando una lágrima.

-No. - me contradice.- No lo eres, y no vuelvas a repetir eso. No quiero escucharte decirlo de nuevo, ¿entendido?

-Gracias por ser mi amigo Jared.- le digo. Jared me acerca a él y me abraza.

-No tienes nada que agradecer. Vamos adentro.


Le conté a Jared. Le conté todo. Absolutamente todo. Cada pequeño detalle. Le conté el verdadero pasado de Aria Weather. Le conté todo lo que venía detrás de ese par de ojos azules cautivadores, le conté el verdadero motivo de por qué me fui a Los Ángeles.

Él me escucho, dejó que hablara, espero a que terminara con la última palabra. Y estuvo aquí conmigo.

-¿Ahora entiendes por qué soy una horrible persona?- le pregunté llorando.- ¿Ahora entiendes que mi vida nunca fue perfecta?

-No.- me dijo.

-Jared, por mi culpa...

-Sé lo que paso.- me dijo.- Lo siento, enserio. - me regalo una débil sonrisa.

-Dices que lo sientes, pero no has hecho nada.- le digo, devolviéndole la sonrisa.

-Tú tampoco Aria. No te digo nada porque será imposible convencerte. Pero fue un accidente, no fue tu culpa. Y no pienso que seas una horrible persona.- me sonrió.- Para mi sigues siendo perfecta.


Es imposible tener amigos en abundancia. La palabra "amigo" no se puede aplicar a cualquier conocido. Un amigo es alguien con quien puedes confiar siempre, pase lo que pase. Siempre.

Tengo amigos, sí. Sussan, Dannia, Kathie, Caitlin, Harry y Jared.


Jared era realmente mi amigo.

-Jared. -le digo. - Te amo.

-¿Qué?- parece sorprendido. Nunca le había dicho que lo amo. No con esa sinceridad especial.

-Te amo.- le digo.- Gracias por ser como eres. Gracias estar aquí. Te amo.

Jared me abraza.

-Te lo dije antes, no tienes nada que agradecer.






Esa noche volví a tener pesadillas. Y supe que solo tenía una forma para desahogarme.





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No sé ustedes.... YO QUIERO UN HARRY Y UN JARED. Ambos son tan magníficamente perfectos, como chocolate con queso...



BUENAS NOTICIAS : solo me queda esta semana de clases. Luego estaré libre como por... 20 días :) estaré escribiendo y subiendo capítulos como tres veces por semana !!!


¡VI EN LLAMAS !! CATCHING FIRE !!! UNA DE LAS MEJORES PELÍCULAS EN EL MUNDO !!

Adiós, QUE LA SUERTE ESTÉ SIEMPRE DE SU LADO Y RECUERDEN QUIÉN ES EL VERDADERO ENEMIGO.

Enamorada de la competencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora