CAPÍTULO O3: El arcoíris de mis nubes grises

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Punto de vista de Wendy:

Mis piernas ya no pueden más. No sé porque sigo corriendo si llego tarde de todos modos, pero hay algo dentro de mí que sigue luchando por mi puesto en ese instituto.

La puerta del instituto esta cerrada, llego más que tarde que nunca. Y ahora ¿cómo le digo a la directora que he sido víctima de una persecución?

Una vez que me abren la puerta corro hacia clase, pero veo como la directora y sus ojos penetrantes no me paran de intimidar, y se forma una sonrisa malvada en la comisura de sus labios.

- ¿A dónde vas tan rápido señorita Miller? - dice con su estúpida voz de controladora.

- Verás, no es lo que parece, he sido víctima de una persecución de un robo esta mañana y... - Pero ¿qué haces? La primera persona que te encuentras, ¿y ya se lo cuentas?

- Y... ¿qué? ¿Te crees que me volveré a creer tus excusas de tus retrasos? - Mierda, esto me pasa por inventarme tantas cosas, esto es más o menos como el cuento de las ovejas. Pero debo de decirle algo para que se lo crea.

- Esta vez es verdad, un grupo de chicos me arrastraron hasta un cobijo que hay cerca de...- un momento, ¿le estoy diciendo donde se refugian?

- Así que me estas reconociendo que las otras veces eran mentira... - Estúpida vieja de mierda, haga lo que haga, le saca pegas.

Decido dejar mi orgullo a un lado y le digo:

- Si tienes razón, las otras veces eran mentira, y esta también, asi que, aceptaré cualquier castigo.

- Ya era hora señorita Miller porque tienes un expediente permanente - dice con un toque de chulería.

"¿Pero de que va esta?" pienso. Tal vez ha llegado la hora de asentir y hacer caso. Nos dirigimos a su despacho, ¿cómo le voy a contar esto a mi madre ? Y lo peor, ¿que será de mi ahora?

Mientras me habla sobre el expediente y de que va a llamar a mis padres; bla, bla, bla no puedo dejar de pensar en ese grupo. ¿Quién son? ¿Y porqué se dedican a robar? Recuerdo ese chico, el mismo que me preguntó "¿Estás bien?" Su tupé alborotado, su skate rallado, se nota que se ha hecho daño en el. Su mirada oscura intimidante...

- ¡SEÑORITA MILLER!, ¿me está escuchando? - me grita dejándome de vuelta a la realidad.

- ¿Qué si la estaba escuchando? No, no la estaba escuchando, por qué mentir, la mentira me llevado aquí. - digo honestamente con la cabeza agachada.

- He llamado a tus padres, no contestan, les he dejado un mensaje de voz - dice frotándose los ojos, como si hubiera tenido un día tan malo como el mio. - Puedes recoger tus cosas e irte a casa. Ya te llamaremos para que vengas con tus padres.

Recojo mi mochila de mala manera y cierro la puerta de su despacho con mucha fuerza. ¿Y ahora qué?

Una idea descabellada toma el control de mi cabeza. Ir al cobijo. Para comprobar si lo que he vivido es real o solo un sueño. Empiezo a correr en dirección de aquel camino que evitaba antes. El barrio de la gasolinera esta vacío, y el cobijo también. Hay tres latas de "Coca-Cola" en el suelo. Las vendas aun están allí. Se las habrán dejado. Entro, parece más grande que antes. No hay nada, solo los objetos mencionados anteriormente. Las partículas de polvo inundan todo mi entorno. Son las 07:44, me dirijo a casa. Necesito descansar después de todo lo vivido.

*

PUNTO DE VISTA DE NOAH

Nos dirigimos hacia al instituto. Miro Amanda, aun tiene parte de la sangre de las rodillas de esa chica en las manos.

- ¿Todos lleváis la lata de Coca-Cola vacía en la mochila? - dice Amanda rompiendo el silencio.

Nos miramos los tres chicos con los ojos abiertos, sin responder a la pregunta, Amanda se para y dice:

- ¿Cuantas veces os he dicho que no dejéis pistas? Si vamos a robar, hacedlo bien, si no, no os molestéis en hacerlo.

Me encanta cuando habla con este tono.

- A ver ¿quién eres para hablarnos así? - replica Colin - No eres ni la presidenta ni la vicepresidenta del grupo.

Quiero decir algo, pero no puedo, tengo que ocultar cualquier acto bonito hacia Amanda, o de lo contrario creerán que aun me gusta. Se pone roja, mira a Colin y frunce el ceño. Se pone roja, no le salen las palabras, Amanda porque eres tan... ¿irresistible? Me mira. Esta esperando que la defienda, lo siento pero no puedo. Mira al suelo, Ben me mira, Colin me mira, parece toda una batalla de miradas. Hasta que Ben entiende que es una situación intimidante para mi, y rompe el hielo.

- ¿Os conocéis las maniobras de los primeros auxilios? Porque yo no, y tenemos examen después de economía.

- Si, tampoco son muy difíciles - presume Colin.

- Me los sé de memoria, hasta he traído las vendas que os dije... un momento... están en el refugio ¿verdad? - dice con una cara de "obvio".

- Ben yo estoy contigo, no sé ni que significan primeros auxilios - digo orgulloso de nuestro analfabetismo.

Nos chocamos las manos y Amanda pone los ojos en blanco y susurra: "chicos".

Me siento culpable por no haberla ayudado en ese momento, pero creo que he dado la imagen que quería dar, ya es hora de sacarme ese rumor de encima.

Llegamos al instituto, tengo que apartar la mirada para no ver el "rencuentro" de Amanda y Jake, su novio. Actúan como si no se hubieran visto desde hace tres años, y la última vez fue ayer. Es tan perfecta, no mentiría si os digiera que es la chica que está más buena que he visto en mi vida.

A mi izquierda, hay un grupo de chicas que susurran y me miran. Me giro, me ven y sonríen. Y así todos los días. Ser el quarterback del instituto no es nada fácil. Te mandan flores con mensajes en la taquilla con el seudónimo de "tu admiradora secreta" me lo sé de memoria. Hasta hay veces que me dejan bragas. Cosa que le mosquea un poco Amanda y no sé por qué.

Yo solo quiero una chica, solo quiero hacer mía una sola chica del mundo entero, y esa es Amanda Steele. Veo como se dirige a su clase, sus pies que se mueven en perfecta sincronía, esas piernas que me dan tantas ganas de agarrar, esas manos tan delicadas, y sus caracterísitcas uñas pintadas de granate y esos ojos que una vez te miran, hacen sentirte como si los tuyos estén bajo el dominio de los suyos, y una vez en ese estado, la he cagado, sé que costará salir de allí, sus ojos jugaran una y otra vez conmigo, hasta que me deje sin aliento y sin fuerzas para escapar de su dominio. Pero esto ¿ella lo sabe?, Claro que no, y prefiero que no lo sepa.

¿Estoy verdaderamente enamorado de Amanda o solo es atracción? No tengo ni idea, no sé que es el amor, no sé cual es el punto que hay que llegar para entrar en el corazón de otra persona. Solo conozco el rechazo, creeréis que para ser uno de los chicos más populares del instituto estoy rodeado de chicas, pero os equivocáis. Nunca habéis sentido que, por mas gente que este en vuestro entorno - gente que os habla, gente que os escribe, gente que os cuestiona, gente que os critica- os sentís vacíos, como el ultimo humano que queda sobre el planeta Tierra. Necesitáis a alguien u os sentís vacíos.

Y ese alguien en mi caso es mi madre.

Creo que es ese el problema. Veo a Amanda como si fuera una madre para mí. Me cuida de todo lo malo y me hace abrir los ojos y cerrarlos de la realidad cuando conviene. Ella me privó de los cigarros, y dos meses después acabé con mi adicción gracias a su apoyo. Me trata como la madre que me hace falta, ella ocupa su lugar cuando mas la necesito. Ella no sabe nada de mi pasado. Solo sabe que vivo con mis tíos. Pero esta atracción va a peor, cada vez que la veo me gusta más y me recuerda aun más a mi madre y hace que me estremezca. Amanda es la única chica que me hace sentir feliz. Es el arcoíris de mi pasado de nubes grises.

Suena el timbre y me borra todos los pensamientos de la mente, en parte, lo necesitaba.


Foto del capítulo: Amanda Steele





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